Hoy por la noche, a hora temprana, los tres candidatos al gobierno de la ciudad se enfrentarán en un debate tan controlado como frustrante. La falsa cortesía, la civilidad (¿sabrá alguien el significado de esa actitud?) y el contenido ligero de las preguntas y los moderadores (tiene por obligación ser corteses y neutrales), se trata de simular un debate; no de confrontarse “a navaja libre”, como querrían los ciudadanos, o por lo menos los acuciosos cronistas.
Los candidatos (por orden de antigüedad de sus partidos), son Santiago Taboada de la alianza PAN, PRI, PRD; Salomón Chertorivski, del Movimiento Ciudadano y Clara Brugada, de Morena, PV y PT. O sea, Santiago del PAN, Clara de Morena y Salomón nada más del Naranja fosfo.
Yo imagino a Taboada, con una leve sonrisa al comenzar su exposición y tras agradecer y decir todas las frases de fingida amabilidad correspondientes a quien ocupa un espacio de televisión, preguntarle al estudio, pero con la vista en Clara, ¿ya llegó Juanito?, casi como un homenaje a aquella pregunta picardía de Jacobo Zabludovsky cuando en “24 horas” preguntaba por Paula Cusi.
Y quizá completa la interrogación aclarar:
—Perdón Clara, pregunté por Juanito porque se merecía una invitación al foro; a fin de cuentas, sin él no serías nada. Un poco de gratitud nunca estorba.
Pero obviamente Santiago no le va a hablar así a la señora Brugada. Es todo un caballero.
Con esa introducción o sin ella. La señora se va a colgar del cartel inmobiliario para atacar a su adversario. Él quizá conteste como ya lo ha hecho, señale al gobierno central (el de la comadre con quien Clara no se lleva) y a Salomón le permitirán meter su cuchara para esplendor de su discurso entre la tecnocracia y los tenis color naranja.
Santiago le podrá contestar, caray, clara, para haber perdido la encuesta en tu partido te desempeñas con soltura, superas a Harfusch en elocuencia y trayectoria de gobierno, pero él te ganó. A lo mejor por eso ahora lo cobija el Partido Verde, porque en Morena lo vetaron. Bueno, lo vetó el dueño.
El debate –educadito, ligerito, como se los preparaban a Delfina– no tendrá una repercusión definitiva en la votación. El descalabro de Claudia Sheinbaum en el año 21 no fue suficiente, a pesar de haber sido suficiente, para retirar la piedra terca de la decisión presidencial. Y ahí se originó el primer roce: la señora Sheinbaum perdió en su selección –indudablemente muy competitiva–, y ahora debe fingir armonía con Clara… y con Juanito, si aparece.
–¿Cuáles serán los temas del debate?
“(El País).- Las coaliciones y el IECM acordaron los temas a debatir en los tres encuentros previos a la jornada electoral del 2 de junio.
Para este primer debate, los candidatos a Jefe de Gobierno tendrán 25 minutos efectivos para expresar sus ideas (Juanito no), plantear propuestas y confrontar a sus opositores. Tras un sorteo realizado por el IECM y con los representantes de cada partido, se determinó el orden de participación para el debate: Clara Brugada será la primera en hablar, seguida por Salomón Chertorivski y, en tercer lugar, Santiago Taboada. Los temas a tratar en el primer debate de Ciudad de México son:
Desarrollo Humano, Estado de Bienestar, Política Social, Crecimiento, Desarrollo económico, Finanzas Públicas
Resulta increíble: en ese temario tan general como ampuloso, no se habla de las cosas reales. Ni una alusión a la sequía y la falta de agua; el desastre del transporte, la deforestación del campo capitalino, la sobreedificación sin planes reales, el cielo sucio, las contingencias ambientales.
Todo se les va a ir en la descripción utópica de sus propias mitologías. Y cuando mucho alabarán la seguridad capitalina, pero esa es prenda ajena: eso se le debe en todo caso, al policía cuya vida estuvo en riesgo.
Lo demás, son ocupaciones en el lactario.