Sólo estuvo una hora en el Puerto, zona sin electricidad y no pudo ver de primera mano la magnitud de la catástrofe y prefirió retornar a la CDMX

El populista presidente Andrés Manuel López Obrador fue el protagonista del espectáculo en donde el objetivo fue posar para la foto en su polémica visita a Acapulco, donde tras quedar varado por varias horas al estar bloqueada la autopista del Sol, tuvo que caminar para tomar otro vehículo que lo llevó hasta el Puerto guerrerense, epicentro del impacto del huracán “Otis”. Llegó de noche, pasadas las 8, pero al no haber electricidad no pudo percatarse con sus propios ojos de la magnitud de la catástrofe. Solo estuvo una hora, ya que a las 9 de la noche emprendió el regreso a la Ciudad de México al parecer en un helicóptero de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Fue más el show que montó el huésped de Palacio Nacional que se duda sobre la verdadera razón a la que fue a Acapulco, donde estuvo en la devastada zona urbana, pero no fue a comunidades rurales donde también la están pasando de terror, de pesadilla, sin acceso a servicios y sin saber cómo están los habitantes de zonas de la costa.

No hay datos de víctimas ni cuantificación de daños, ya que ni las autoridades federales ni las estatales tienen información de primera mano, y es que se minimizó el impacto del huracán “Otis” que ha exhibido nuevamente la desorganización con la que ha operado esta administración federal.

Tras viajar en una camioneta Suburban negra desde la CDMX, el mandatario y su comitiva quedaron varados por varias horas al estar bloqueada la autopista del Sol.

NO SE QUISO ENSUCIAR

Tuvieron que caminar un tramo para librar la zona del bloqueo y abordar un Jeep del Ejército que también quedó atascado hasta que logró salir. Estuvo en el vehículo todo el tiempo pues no quiso ensuciarse o mojarse los pies “para no enfermarse”.

El populista mandatario avanzó y en el trayecto habló con algunos lugareños pero aprovechó para salir en las fotos al ser abordado por periodistas que le preguntaban sobre el objetivo de su visita en la zona. “Llevamos maquinaria y equipo a Acapulco”, señaló.

El populista mandatario llegó a Acapulco a las 8 de la noche, donde sostuvo una reunión con su gabinete de seguridad y autoridades locales, donde de forma apurada le reportaron sobre los daños que causó “Otis”, pero ese encuentro no duró mucho, por lo que a las 9 de la noche el Ejecutivo regresó a la Ciudad de México.

López Obrador prefirió la comodidad de Palacio Nacional que seguir en la zona cero de la tragedia, prefirió regresar y no ver de propia mano cómo la están pasando los guerrenses más desprotegidos o si hay albergues suficientes para atenderlos. Es parte del espectáculo del líder de la 4T que aprovechó para sacarse la foto y que después no digan que no fue a la zona del desastre.