Desconoce esta desinformada columna el origen de la palabra “tolongueo”. No aparece como tantas otras en el RAE, ni mucho menos en el Hispánico Universal en su apartado de americanismos.
Los mexicanistas de la palabra, al menos quienes hicieron el lexicón de “El Colegio de México” la dejaron fuera de su ilustrado paginario y por tanto no hay auxilio posible, al menos no con la premura de una columna cuyo cierre siempre es urgente.
Por esa razón, propongo una definición propia: tolonguear es estimular con lisonja a quien después censuramos por sus acciones.
El tolongueo es la tolerancia sin pensar en las consecuencias. Es un poco como las madres cuya nostalgia romántica les fomenta a las hijas el noviazgo peligroso y después la riñen por haber salido embarazada. Primero la “tolongueaban”; después le cuidan a la cría.
Y yo creo muchas veces en la capacidad “tolongueadora” del gobierno frente a las organizaciones sociales. Cada y cuando es posible se les estimula su capacidad crítica, como si fuera genuina; se lleva a pastar a las “vacas sagradas” cuyo concurso a veces resulta no sólo estéril sino aprovechado y luego vienen las quejas producto de la incomprensión.
La sociedad civil organizada en “observatorios”, plataformas digitales, organizaciones militantes y demás formas ya sabidas, nunca ha sido una aliada del gobierno. Ni debe serlo, dirán algunos, yo entre ellos.
Pero tampoco debe ser una especie de capataz bien pagado a quien se tolonguea a cambio de un prudente planteamiento de sus recursos oratorios.
La más evidente de estas formas de relación entre el poder público y la voz social, está en los medios de comunicación, cuya manutención el Estado garantiza, como tantas otras cosas, a través del gasto publicitario cuyo monto ahora escandaliza.
Pero sin ese volumen de dinero, no existiría un periodismo radiofónico tan abundante, ni habría tantos diarios, ni tantas páginas de Internet subvencionadas indirectamente por el gobierno.
El gasto público tolonguea a los medios y estos juegan su papel crítico en bandas más o menos anchas. Y todos felices.
Pues lo mismo sucede con las organizaciones vigilantes de la seguridad y ha quedado claro en estos días tras el encontronazo, al menos verbal; entre la agrupación “Causa en Común” y el gobierno federal.
Veamos los puntos de vista de cada uno de ellos:
“ (EPN)…a veces se escuchan más las voces que vienen de la propia sociedad civil que condenan, que critican y que hacen bullying sobre el trabajo de las instituciones del Estado mexicano”.
“Escuchamos, muchas veces, las voces que con valor y valentía son críticas a los esfuerzos vanos e ineficaces en el combate a la inseguridad, y muy pocas voces escuchamos cuando hay algo digno que reconocer en la tarea de las fuerzas de seguridad pública, en la tarea de las Fuerzas Armadas, que tienen que actuar cada vez con protocolos de mayor rigor, con absoluto respeto a los derechos humanos, y cuando se pone en duda que lo hayan hecho, nadie sale a hablar por ellas, nadie sale a defenderlas, nadie habla, respalda y apoya la buena actuación de las policías; las dejamos solas, las abandonamos… no hemos llegado a las condiciones de seguridad a las que aspiramos, y por el contrario se está revirtiendo, pero también para hacer un llamado a que si la sociedad civil como lo merece y lo hace, – para demandar hay que dar-, y debe estar dispuesta a dar y a reconocer cuando hay una buena actuación, cuando se logran objetivos deseados…”
Y María Elena Morera, presidenta de la organización Causa en Común, afirmó –de acuerdo con la información divulgada ayer–, que la violencia que se vive en México ya tiene proporciones bélicas.
“Aseguró que la violencia ya representa una emergencia nacional que pone en riesgo la estabilidad del país.
“Esta masacre sí la consideramos de proporciones bélicas, los asesinatos, las desapariciones, las violaciones a los derechos humanos, los secuestros, las extorsiones, los robos, ya se hicieron parte de la vida misma de los ciudadanos”.
La presidenta de la organización Causa en Común indicó que la violencia ya se convirtió en parte de lo cotidiano y que llevará años eliminarla.
“La violencia que vivimos ya no es temporal ni regional, es endémica y de alcance nacional, no se ha logrado contener y mucho menos revertirla”.
María Elena Morera participó en el foro Sumemos causa por la justicia que se celebró en Alcázar del Castillo de Chapultepec.
En el diagnóstico que realizó de la violencia la presidenta de la organización Causa en Común aseguró que es intolerable que los responsables del desastre sólo pongan pretextos y no soluciones…
“…Nuestro sistema de seguridad, de justicia y penitenciario en el mejor de los casos se encuentra estancado, difícil que pueda empeorar, pero tampoco mejorar por la falta de compromiso”.
“Si seguimos por este camino lo que sí puede agravarse y mucho es la inseguridad. ¿Cómo hacer frente a una violencia que se arraiga y se extiende por todo el país? Ni la resignación ni la inercia son una opción”.
Pues sí, el “tolongueo” es una forma sencilla de criar cuervos…
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