Y el presidente de México dio su brazo a torcer, a través del que es prácticamente su órgano de difusión oficial, La Jornada, hizo lo que tozudamente se había negado a hacer: colocar a Omar García Harfuch, uno de los policías formados de principio a fin al cobijo de la Secretaría de Seguridad Pública de Genero García Luna, como candidato a la jefatura de Gobierno de la CDMX.

Eso, de acuerdo a fuentes cercanas al equipo de Claudia Sheinbaum, virtual candidata morenista a la Presidencia, es necesario ante el hecho de que ni Clara Brugada (alcalde de Iztapalapa) ni otro candidato o candidata morenista de la capital, ha logrado despegar… y a esa ausencia de una figura de peso, se suma el peligro de Xóchitl Gálvez al frente de la alianza opositora. El riesgo de perder la ciudad capital se ve potencializado está más latente que nunca, según las fuentes morenistas.

En las reuniones de staff de Sheinbaum, desde hace meses, Omar García Harfuch era el As bajo la manga para un caso de extrema emergencia. La oposición a que el jefe de policía de la ciudad se convirtiera en candidato morenista, por lo demás, surgía sólo desde Palacio Nacional, debido a la obstinación con la que López Obrador dirigía sus odios hacia cualquier persona que hubiera trabajado con Genaro García Luna.

Ley de Murphy de por medio, esta decisión, bendecida por Sheinbaum, se da justo cuando el Presidente de México tenía una campaña contra la Suprema Corte debido a la contratación de una figura menor del equipo de García Luna, Ricardo Marquez Blas, sobre quien el mandatario populista mexicano dejo caer una serie de ataques en sus mañaneras.

García Harfuch es un policía completamente formado bajo la sombra del otrora superpolicía mexicano. Se formó, se especializó en labores de inteligencia policial y nunca renegó de su brillante paso por la Policía Federal (donde era llamado «El Bueno de Harfuch» gentilmente por sus compañeros).

AMLO ahora dio su bendición al candidato que quiere Sheinbaum y es posible que, en efecto, sea la mejor opción para contener la oleada opositora.

Quedan en el aire las recomendaciones que los amigos de García Harfuch le hicieran después de sufrir un brutal atentado cuando se dirigía de su casa a su oficina, ya siendo jefe de policía de la CDMX:

«Debes salir del país, aceptar los cargos en organismos internacionales», fue la premisa para alguien que está marcado por uno de los cárteles más poderosos del país. La recomendación parte de la premisa de que si se descomponen más los temas del narco en México, García Harfuch no deja de ser un blanco por estar al cobijo de un puesto de elección popular. En contraparte, la salida del país se traduciría en el relajamiento de los intereses mafioso por su cabeza.

El futuro, García Harfuch y la elección, se tornan ahora en un asunto de primera prioridad.