El anunciado tranvía del Centro Histórico y su difundido costo de 17 mil millones de pesos a 25 años –con todo y una consulta tramposa estilo PRD–, es el atractivo turístico más rentable para un alcalde en la historia reciente del mundo y el transporte “verde” más oneroso y limitado para una megalópolis de país emergente.
No satisface la necesidad de movilidad personal de Buenavista al Zócalo y viceversa, pues la misma ya está cabalmente satisfecha por otro transporte sobre rieles, el METRO, ni resuelve un problema donde de todas maneras ya está resuelto.
Sin embargo –como lo han documentado muchos, entro otros Jacobo Zabludovsky, promotor de la prometida delegación del Centro Histórico–, destruye innecesariamente un perímetro de valor internacional, paulatinamente rehabilitado en la pasada década e impone a esa zona de la ciudad la ocurrente visión de replicar figuras urbanas para entretenimiento turístico, tan acertadas en lugares como Las Vegas o Disneylandia.
Pero en una ciudad como el D.F. (o lo que le toca de ella), por la crónica carencia de recursos y la aplicación de los mismos al transporte público colectivo, es menester apreciar la nueva ocurrencia rentable, desde la urgente y fría necesidad de movilidad personal eficaz para sus habitantes, ‘verdes’ o de cualquier color.
El transporte concesionado en la capital, en especial el colectivo, mueve a la mayoría de la población capitalina; los vetustos y justamente criticados microbuses son con 24 mil unidades (o la cifra actualizada en poder de Armando Quintero, secretario de Transporte y Vialidad y Marcelo Ebrard) el transporte cotidiano de los visitantes y capitalinos.
Destartalados, caducos, desordenados y más, hoy son el reflejo del divorcio entre el discurso y la realidad.
Tres años Nos ha repetido el Jefe de gobierno su “prioridad” de renovar tal servicio. Bueno, pues los 17 mil millones de pesos del trenecito innecesario permiten reemplazar todos los microbuses con 10 mil autobuses de los considerados “Cero emisiones”, o sustituir la totalidad de los microbuses con 14 mil midibuses de última generación con bajas emisiones.
Ese remplazo se podría dar también con recursos de la iniciativa privada, pues el concesionario es un microempresario con capacidad de pago cuando el mecanismo de financiamiento no se pervierte como ocurrió en los tiempos de Manuel Camacho, tutor de Marcelo, quien sustituyó “peseras” por “micros” mediante aquella onerosa telenovela de fraudes y cochupos cuya herencia es el parque vehicular de transporte público más ruinoso del país.
Pero el negocio del Tranvía llamado dinero, por rentable como resulte de la licitación en adelante, tiene otro inconveniente: choca con el discurso “verde” del Jefe de Gobierno cuya recurrencia en la conferencia americana de Alcaldes lo coloca en el dilema. ¿Cuántas toneladas de GEI
(Gases Efecto Invernadero) retirará de la atmósfera tenochca en
25 años? es decir cuando el actual Jefe de Gobierno tenga 75: cero.
Hagamos una cuenta más sencilla, si la inversión se destina a renovar los malhadados ‘micros’ tenemos dos cifras:
Si se sustituyen por 10 mil autobuses de cero emisiones se retiran del aire 8 millones seiscientas mil toneladas en 10 años, no en 25. Si se reemplazan por 14 mil “midibuses” de bajas emisiones se eliminan de nuestro cielo 3.3 Millones de toneladas en el lapso de los 10 años.
¡Oh!, un dato verde no de ecología, de dólares. Un MDL (Mecanismo para Desarrollo Limpio) de la ONU, ejecutado con precisión y veracidad, obtiene por cada tonelada anulada entre 12 y 15 euros de apoyo financiero directo.
Más claro, si la inversión del tranvía se canaliza a mandar al olvido al tormentoso “micro”, le reportaría al GDF, no a su titular claro, en el caso de autobuses de cero emisiones: 103 millones de euros (unos 2 mil millones de pesos al tipo de cambio actual) y unos 750 millones de pesos en el caso de los “midibuses” de baja emisión.
Es decir… Toda la inversión pagada y ¡Sin costo financiero! en 10 no en 25 años. Pero 10 años son la mera eternidad, ante la urgencia de recaudación informal directa de una sola fuente, por el apremiante, altísimo costo para pelear una candidatura presidencial.
SENADO
Hoy a las nueve de la mañana se inicia en el Senado de la República, el Seminario de Análisis para la Reforma Política, organizado por el Instituto Manlio Fabio Beltrones cuyo presidente es Belisario Domínguez.
La primera mesa es sobre candidaturas independientes, renovación del mandato, referéndum, umbral de votación para partidos, y sus implicaciones en los procesos electorales. La segunda, sobre reelección inmediata, número de integrantes y acceso al poder Legislativo; la tercera, la ratificación del gabinete por el Congreso; las iniciativas preferentes y populares, el veto presidencial y la reconducción presupuestal.
Para mañana la sesión se abre con la mesa sobre reelección de alcaldes y legisladores. La quinta mesa es acerca del impacto de las reformas en estados y municipios. La sexta, la cooperación de poderes entre gobiernos divididos y la última – con la clausura a cargo de Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación–, en torno de un acuerdo institucional o la reforma deseable.