Fueron 20 los autobuses contratados por la Secretaría de Gobernación (Segob) con los que se pretendía llevar a su nuevo hogar a los migrantes, pero sólo dos de estas unidades lograron el objetivo sin que se supiera con certeza el destino

Infructuoso resultó el operativo que llevó a cabo la noche del viernes y madrugada de este sábado por personal del Instituto Nacional de Migración (INM) para desalojar la Pequeña Haití, en la Plaza Giordano Bruno en la colonia Juárez de la alcaldía Cuauhtémoc, y es que las labores de convencimiento de elementos migratorios y del grupo Beta para instar a los más de 600 moradores de esta comunidad antillana para mudarlos a albergues en Puebla, Hidalgo, Estado de México y Guerrero llegaron a oídos sordos y este contingente se dispersó y con la luz del día regresó a este sitio que consideran temporalmente como su hogar.

Fueron 20 los autobuses contratados por la Secretaría de Gobernación (Segob) con los que se pretendía llevar a su nuevo hogar a los migrantes, pero sólo dos de estas unidades lograron el objetivo sin que se supiera con certeza el destino.

Durante la madrugada la Pequeña Haití lucía vacía, con restos de basura, algunas prendas de ropa o zapatos esparcidos por la plancha de concreto de este sitio, lo que anunciaban que los habitantes temporales de esta comunidad antillana ya no regresarían por lo menos en algunos días.

Sin embargo, con los primeros rayos del sol también aparecieron algunos haitianos que buscaban a otros de sus connacionales que se aferraron a no salir de la Ciudad de México y quedarse en la zona.

Las casas de campaña no aparecieron sobre la plancha de concreto de la Plaza Giordano, pero sí se hizo notar la marabunta antillana que comenzó a buscar acomodo para descansar después de un deambular por calles de la colonia Juárez en lo que se retiraban del lugar elementos de migración y de la Policía de Seguridad Ciudadana que los escoltaron.

Lo que sí es una realidad es que La Pequeña Haití se niega a desaparecer.