Emilio Gamboa dijo que los priistas en el Senado, “reiteramos nuestro compromiso de seguir viendo hacia adelante y de superar las diferencias en un ámbito de civilidad y tolerancia, porque el México actual debe encontrar sus fortalezas, precisamente, en la pluralidad democrática, en donde sólo son válidos los argumentos y la razón, no la descalificación a ultranza y menos aún la agresión”.
Si no fuera tan burdo, tan torpe en sus maniobras, el todavía presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Raúl Plascencia Villanueva, movería a la risa casi tanto como Memo Ríos quien ante sus chistoretes ripiosos, pide “aplausos, aplausos…”
Esta nota, publicada ayer en “La Jornada” y otros medios, nos habla de la dimensión casi pueril, de sus intentos de autopromoción ante los senadores cuyo juicio decidirá el futuro de la anquilosada comisión cuyo objeto inicial de satisfacer una condición “democrática” para el México moderno y “teleciano” (TLC), hace mucho tiempo conoció sus mejores momentos.
Hoy es un torpe elefante blanco; oneroso y –como tal— de escasa utilidad.
Vea usted:
“En el expediente de 12 mil hojas que el titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, presentó al Senado para respaldar su reelección hay más de 3 mil cartas que, en su mayoría, son de un machote, una misma redacción y sólo cambia el nombre de la organización.
“Es el caso de la Confederación Mexicana de Limitados Físicos y Representantes de Deficientes Mentales, con sede en Guadalajara, que pide a los senadores se mantenga en el cargo a Plascencia, con argumentos similares a los que esgrime otra organización: Las chuparrosas trabajadoras, con sede en Papantla, Veracruz.
“Algunas organizaciones que expresan respaldo lo hacen en papel sin membrete; otras ni siquiera aparecen en Internet, y en algunas más la firma es distinta al nombre impreso. Es el caso de Toloko Jamuchin Mos, AC, del Distrito Federal, cuya directora, Guadalupe Jupa Yevizmea pide a los senadores la relección de Plascencia, sólo que al firmar invierte sus apellidos y los escribe con una ortografía distinta…”
Los ejemplos abundan en la misma información. ¿A quién se le ocurren estos recursos de “aplanadora virtual”? Pues a alguien sin oficio, imaginación ni respaldo.
Por eso es interesante este planteamiento del senador Emilio Gamboa divulgado apenas ayer:
“Ante el proceso de selección del presidente de la CNDH, Emilio Gamboa dijo que los priistas en el Senado, “reiteramos nuestro compromiso de seguir viendo hacia adelante y de superar las diferencias en un ámbito de civilidad y tolerancia, porque el México actual debe encontrar sus fortalezas, precisamente, en la pluralidad democrática, en donde sólo son válidos los argumentos y la razón, no la descalificación a ultranza y menos aún la agresión”.
HORROR
Fue una noche de horror.
Iba a ser nada más una cirugía programada y relativamente sencilla, pero con riesgos ante los cuales el equipo médico (como se comprobó) estaba preparado. Pero el susto (viernes a sábado) fue de noche de “jalogüin”.
Le perforación del catéter en la aorta y una aurícula del corazón del jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera obligó a una cirugía mayor de alto grado de especialización de la ablación a la complicación, la cual fue dirigida y efectuada por el doctor Carlos Riera de manera absolutamente positiva.
La presencia de los médicos militares, la visita del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio y la posterior llamada del presidente Peña Nieto al afortunado paciente, tienen un contenido político de entendimiento altamente notable entre los gobiernos federal y capitalino donde, por cierto, se deberán hacer ajustes ante la necesaria disminución del ritmo de trabajo del doctor Mancera.
—¿Fue una noche de horror?
—Sí, pero también una noche de milagros.
rafael.cardona.sandoval@gmail.com