El fenómeno derribó árboles y el tendido eléctrico en la zona de la bahía de San Francisco, donde los vientos alcanzaron una velocidad de 96 kilómetros por hora en algunas zonas

Un segundo río atmosférico consecutivo azotó el domingo el norte de California, donde dejó caminos inundados y a decenas de miles sin electricidad, además provocó una inusual advertencia de fuerzas con vientos de huracán mientras el estado se preparaba para lo que podrían ser varios días de lluvias intensas.

La tormenta inundó calles y derribó árboles y el tendido eléctrico en la zona de la bahía de San Francisco, donde los vientos alcanzaron una velocidad de 96 kilómetros por hora en algunas zonas. En las montañas se registraron ráfagas superiores a los 128 kilómetros por hora.

Más de 200 mil clientes se quedaron sin electricidad en todo el estado, y la mayoría de los apagones se reportaron en el norte de la entidad, de acuerdo con poweroutage.us.

“Aún no salimos del peligro, los fuertes vientos continuarán durante la tarde de hoy”, informó el Servicio Meteorológico Nacional para la zona de la bahía.

Seis condados de la zona de la bahía corrían un bajo riesgo de que las trombas llegaran a tierra firme y se convirtieran en tornados, dijo el Centro de Predicción de Tormentas. La última vez que el centro pronosticó un riesgo de tornado en la región fue en febrero de 2015, de acuerdo con el San Francisco Chronicle.

“El centro del sistema de baja presión es muy profundo, y se mueve muy lento y está muy cerca de nosotros. Y es por eso que tenemos esos vientos tan fuertes. Y su lentitud es lo que causa estos elevados totales de precipitaciones y el riesgo de inundaciones”, dijo en una sesión informativa el domingo.

Gran parte del estado apenas se empezaba a secar tras el paso del sistema de la semana pasada, el cual dejó inundaciones y caída de nieve en las montañas. La más reciente tormenta, también llamada “Pineapple Express” porque su columna de humedad se extiende a través del Pacífico hasta cerca de Hawaii, llegó el sábado al norte de California, cuando la mayor parte del estado se encontraba bajo algún tipo de aviso por la presencia de viento, oleaje o inundaciones.