Resultan graves y preocupantes los niveles de violencia que se registran en diversos estados del país, y conviene recordar la advertencia lanzada hace 35 años por el político veracruzano Jesús Reyes Heroles: “Pensemos precavida y precautoriamente que el México bronco, violento, mal llamado bávaro, no está en el sepulcro; únicamente duerme. No lo despertemos, todos seríamos derrotados”. En efecto, la convivencia cotidiana con el delito nos ha pasado facturas muy altas.
Veamos lo que sucede por ejemplo en el Distrito Federal, con las 11 personas levantadas, secuestradas, desaparecidas etcétera, etcétera… el calificativo es lo que menos importa, el hecho es que nadie sabe qué pasó y, en consecuencia, su paradero. Sin pretender satanizarlos, está claro que su actividad, el narcomenudeo, y la pelea por el negocio y los territorios desencadenaron su desaparición. Las autoridades actúan con temor y siguen negando que los cárteles del crimen organizado operen en la ciudad de México. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Nadie quiere tomar la papa caliente, saben que lo sucedido a los 11 jóvenes en el after Heaven se trató de un ajuste de cuentas relacionado con la venta de droga en este bar y en el Black Condesa, donde asesinaron a El Chaparro, como conocían los tepiteños a Horacio Vite, quien después de ser golpeado recibió dos disparos en la cabeza, sólo dos días antes de que ocurriera el levantamiento. Aunque en el Barrio Bravo circulan muchas versiones, amigos y familiares de los desparecidos están conscientes de que es “un ajuste de cuentas”.
Horacio Vite pertenecía a la organización denominada La Unión Contra que busca adueñarse de la venta de droga en la Zona Rosa, la colonia Juárez y la Condesa. Mientras que algunos de los 11 jóvenes que fueron levantados están relacionados con La Unión, grupo que en Tepito se encarga de brindar seguridad a los comerciantes, por lo que cobran una cuota. La muerte de Vite, según habitantes del Barrio Bravo, originó la venganza en contra de Jerzy Ortiz, hijo de El Tanque, quien fue levantado junto con una decena de amigos, algunos de los cuales se dedicaban a la venta de droga al menudeo.
Es un hecho inédito en el Distrito Federal, pero lamentablemente muy común en otras entidades. Negar la realidad no ayuda a resolver el problema. Tepito está fuera de cualquier jurisdicción, se ha convertido en territorio autónomo, el Eje 1 Norte es zona exclusiva de acceso restringido. Entrar a la colonia Morelos, es todo un reto para la policía y quienes no son vecinos, en seguida se corre la voz y si representa un peligro se ejecuta el plan de desalojo o de fuga según sea el caso. Las vecindades son un verdadero laberinto que se convierten en puertas de salvación para quien lo conoce.
La autoridad lo sabe y participa en el blindaje de esta área, custodian lo legal y lo ilegal, se comercializa de todo desde ropa hasta drogas y armas. Ahí se puede comprar un perfume o un Ak-47. La cuna de boxeadores famosos y personajes históricos es desde hace tiempo un territorio dividido entre bandas dedicadas al robo, la comercialización de drogas y la extorsión, entre otras cosas. Los comerciantes coreanos que se han asentado en la colonia Morelos pagan derecho de piso para poder mantener sus negocios, que va desde los 5 mil pesos en adelante, según el rubro y el tamaño del local. Claro que esta cuota voluntaria no los libra de ningún asalto.
El pago por derecho de piso se ha convertido en el pan de cada día de muchos industriales y comerciantes en México. Es el nuevo impuesto, como si no fuera suficiente con la carga tributaria oficial ordenada desde la Secretaría de Hacienda. En nuestra edición de hoy, el presidente de la Asociación Nacional de Discotecas, Bares y Centros de Espectáculos (Anidice), Ismael Rivera Cruces, denuncia que los empresarios, gerentes y trabajadores de ese sector son amenazados por grupos delictivos, que les exigen que les permitan vender “sus productos” y si se les niega, “somos amenazados de muerte, mandándonos coronas fúnebres, orejas de perro, o corremos el riesgo de ser secuestrados, tanto nosotros como algún miembro de nuestra familia”.
El colmo de esta tragedia es que las autoridades lo saben y les exigen pruebas de sus dichos para poder actuar. ¡Vaya indolencia! El ciudadano queda en total indefensión, pues se ha comprobado que muchas de estas mafias están coludidas con la policía e impartidores de justicia. Si no, cómo explicar el trasiego de las drogas, la mercancía pirata, la venta de productos robados, la trata de personas nacionales y extranjeros, el licor adulterado y un sinfín de delitos que ocurren a la luz del día en las principales calles y plazas de la ciudad de México.
Ismael Rivera lanza un SOS al gobierno federal, acusa indiferencia del jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, y de su equipo, y advierte que existe el riesgo de que la vida nocturna del DF desaparezca, como ya ocurrido en Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, entre otras ciudades del norte del país. Asegura que “estas bandas delictivas están en la ciudad de México. Es un hecho. Pero la autoridad local se niega a aceptarlo. No sé si por ignorancia o por algún interés”. En efecto, ahí está el foco rojo, ignorarlo, genera un vacío de poder y los huecos se llenan. ¿Acaso quieren compartir el poder? Michoacán es un triste ejemplo de la ausencia de la ley y del estado de derecho.
Vericuentos
No apto para cardiacos
Hoy se reunirán de nuevo los familiares de los desaparecidos de Tepito con el procurador capitalino, Rodolfo Ríos. Nada concreto hay en el avance de las investigaciones, las caras largas desfilan por los pasillos del Palacio del Ayuntamiento, de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Procuraduría. Saben que están en la mira ciudadana, justo a 6 meses de haber asumido el gobierno de la ciudad de México. ¿Les arruinaron el festejo?
Círculo virtuoso
Hoy llegará a México el presidente de China Xi Jinping, el mandamás del gigante asiático, como se le conoce a este país. Busca fortalecer los vínculos con sus socios. Mucho deberíamos aprender de cómo se ha superado esta nación hasta convertirse en una potencia. Elevar la productividad es el primer paso y Emilio Gamboa, coordinador de los senadores del PRI, convoca a empresarios, trabajadores, académicos y sociedad civil a establecer un compromiso común para impulsar la generación de riqueza, el fortalecimiento de las clases medias y así generar un círculo de crecimiento que nos conviene a todos. No hay recetas mágicas, la clave está en sumar esfuerzos.