Indignados por el proceder de López Obrador, los afectados por la inundación con aguas negras, lamentan que al mandatario “le importe más el qué dirán”, que estar con la gente que lo necesita, la que votó por él y que ahora enfrenta un grave problema y a los que abandonó para “no ensuciar sus zapatos”

Para no meterse al lodo y mucho menos tocar con su delicada piel las aguas fecales que inundan desde hace más de tres semanas las casas de más de 7,500 personas de tres colonias en Chalco, Estado de México, el populista mandatario, que resultó muy delicadito, justifica su ausencia en ese rincón mexiquense, bajo el argumento de que “tengo que cuidar la investidura y no exponerme” a ataques de mis adversarios.

A menos de 40 días para que culmine su polémica administración, la que ha dejado más interrogantes que aciertos y donde rondan los rumores sobre supuestos apoyos del crimen organizado para su campaña presidencial del 2018 y en su gobierno, al populista gobernante lo que menos debería importarle a estas alturas de su agónico gobierno es lo que digan sus adversarios, la realidad es que el mandatario lo que menos le importa son los pobres y damnificados a los que presumía defender y ver por su bienestar.

“No, no, porque están atendiéndose (las inundaciones en Chalco). Estoy pendiente, tenemos 70 personas en refugios, están regresando a sus casas”, externó, sin estar bien informado de que los damnificados, la mayoría, nunca abandonaron sus hogares, siguen ahí desde hace más de 20 días soportando los olores fétidos de las aguas negras que tienen inundados su hogares, algo de lo que López Obrador ignora, no está informado ni lo más mínimo, así como ocurre con el caso de la detención de Ismael “El Mayo” Zambada, que hasta la fecha desconoce qué ocurrió, lo mismo ocurre con el caso de Chalco, improvisa sus discursos para ver si se acerca un poco a su nublada realidad.

“Y sabes por qué no voy, por lo mismo porque no fui en su momento a Acapulco: están como buitres, es temporada de zopilotes, entonces tengo que cuidar la investidura presidencial, no es Andrés Manuel, ya una vez que entregue la banda presidencial voy a ser Andrés Manuel de Tepetitán”, puntualizó, pero ya para ese momento ya para qué se molesta en tratar asuntos sensibles en los que necesita su presencia, si lo que más le preocupa es que no quiere mojar sus mocasines y mucho menos levantar el dobles de sus pantalones o calzarse unas botas de hule para caminar entre aguas fecales, así es la cara que apenas muestra el mandatario populista con lo que deja claro que nunca le han importado los pobres ni en este caso los damnificados.

En Chalco los damnificados han expresado su indignación por el proceder de López Obrador, de quien dicen que “le importa más el qué diirán”, que estar con la gente que lo necesita, la que votó por él y que ahora enfrenta un grave problema y a los que abandonó para “no ensuciar sus zapatos”.

“Tenemos el Plan DN-III, el Plan Marina, la gente de Chalco sabe que ahí están soldados de la GN, de Protección Civil, marinos, que se les está ayudando, pero voceros del conservadurismo utilizan una desgracia de estas para cuestionar al Gobierno, qué hace el Gobierno”, dijo, sin explicar por qué la ayuda ha llegado tarde, por qué el alcalde morenista de Chalco, José Miguel Gutiérrez, en los seis años de gobierno no hizo absolutamente nada para corregir este problema que le detonó en sus manos antes de irse, si él conocía que el problema de las inundaciones en característico de todos los años. De esto sí no mencionó ni una palabra el populista gobernante.