(epígrafe) Con mis mejores deseos para Oscar Levín

Sorpresas te da la vida, decían quienes vieron en agonía callejera al gran padrote Pedro Navaja, en la inmortal canción de Rubén Blades cuya letra evoca la desventura musical del tango cuyo destino, decía Jorge Luis Borges se mudó del cantar de gesta a la sórdida crónica policial.

Hoy nos cuenta Carlos Navarrete, senador de la República, trovador, bohemio, taurino y militante de una izquierda cuya vergüenza rompe los espejos, algunos detalles hasta ahora conocidos, pero nunca confirmados de cómo el PRD preparaba un acto de “terrorismo parlamentario” (las comillas son mías) con granadas de gas lacrimógeno en el Palacio Legislativo de San Lázaro durante la accidentada “toma de posesión” de Felipe Calderón la cual fue “tocata y fuga”, para usar un término tan musical como la obra de Blades.

Navarrete dijo ayer en una entrevista con Luis Cárdenas, transmitida por MVS Radio, cómo la prudencia y la habilidad de Javier González Garza, coordinador de los diputados amarillos en esa ocasión y sus oficios con los senadores perredistas lograron desactivar una circunstancia de consecuencias impredecibles.

Al comienzo de estas líneas dije sobre los detalles de esta combustible situación y los califiqué de conocidos pero no confirmados. Y lo explico.

En una de sus últimas actividades como presidenta de la mesa en San Lázaro, Ruth Zavaleta, presentó un libro del “fotoperiodista” Aarón Sánchez cuyo título es “Una cámara en la Cámara”. En esa ocasión fuimos invitados José Carreño Carlos, Francisco Ramírez y este redactor para hacer los comentarios sobre el trabajo del compañero.

Entre las muchas fotografías (y eso ya lo he relatado) hay una de un pastor alemán olisqueando la cubierta de una curul.

Cuando en tono de broma pregunté quién era ese noble can, Zavaleta se río y contó la historia.

–Había algunos compañeros con bombas Molotov; iban a hacer travesuras, aquella mañana, dijo –palabras más, palabras menos–, con una especie de risa nerviosa.

Cuando esa información se publicó, la nomenclatura perredista en aquel tiempo controlada (hasta donde en esa jaula alguien puede controlar algo) por Andrés Manuel, le echó la aburridora a Ruth quien tomó los caminos de la incapacidad para procesar diálogos, hecha célebre en otras latitudes políticas, y se retracto al son de la verdad no me consta, ni lo vi, nomás me dijeron, sólo me contaron pero pruebas no tengo; faltaba más.

Pero hoy sabemos, al menos por el libro de Navarrete (el cual por cierto se presenta hoy en el Hotel Marquís) la verdadera circunstancia. Si no eran cocteles Molotov sí eran granadas de gas lacrimógeno. En cualquier caso la violencia estaba ahí dispuesta a aparecer en cualquier momento.

Habida cuenta de la veracidad de aquel incidente sólo quedan dos preguntas. ¿Quién fue el temerario? y cómo hicieron para desanimar a los noroñas (y lo escribo con minúscula pues ya no es un apellido; se volvió adjetivo) y ejemplares de ese tipo capaces de actuar como si aquello hubiera sido el Casino Royale?

Quizá hoy no importe en cuanto a la vigencia perdida de la anécdota pero si cuenta como un antecedente más para comprender la raíz violenta del PRD cuyos excesos se manifiestan día con día y aun entre ellos mismos.

Todo este despelote en el cual se han metido y para cuya solución no hallan otra fórmula sino la conocida tradición de los bandoleros de cuidarse los unos a los otros, en un ambiente donde las cuchilladas vuelan por los pasillos, es parte irrenunciable (e incurable) de su identidad.

Frente a esto resulta hilarante la falsa concordia esgrimida por Marcelo Ebrard quien insiste: no pasa nada entre Andrés y yo, como si sus “franeleros” electorales no obedecieran órdenes precisas. Partido de “Adelitas” y “Juanitos”. No dan para más.

Pero aun así, después de arrasar con la ciudad de México, insisten en su empeño de gobernar el país. Sólo así podríamos los mexicanos empeorar el caos actual.

COMPETENCIA

Obviamente el libro de Navarrete es una más de sus estrategias de posicionamiento en pos de la candidatura de la izquierda en el DF, en la cual el Procurador Miguel Ángel Mancera y la maestra y diputada Alejandra Barrales, son delanteros en las encuestas en cuya escala avanza penosamente Mario Delgado.

En este sentido la diputada Barrales ha presentado una nueva combinación para darles más oportunidades de intervención en los asuntos públicos a los ciudadanos del DF.

Propone el binomio “participación-planeación” para hallar mejores fórmulas de trabajo comunitario. Obras de todos, hechas con todos.

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25OCT11.CRONICA

EL CRISTALAZO

Sagradas, pero vacas al fin

RAFAEL CARDONA

Pacen con la parsimonia de su inmunidad. Nadie osa jamás alzar una vara en su contra ni para arrearlos ni para medirlos. Son pocos, en verdad pero muy selectos y largamente beneficiados por los frutos de una leyenda alimentada por ellos mismos. Son los rumiantes de su propia pastura. Si me lees te leo.

Son las “vacas sagradas”; los intocables, los “intelectuales” y contra ellos, se ha alzado Carlos Salinas en inusitada reflexión pública de comentarios dichos pero nunca publicados con la única autoridad política indiscutible: su enorme cúmulo de información (pasada, presente y futura); las viejas facturas, las pagas y las pendientes, alguna vez se usan. Seis años de saber cuánto vales, cuánto cuestas; con quien comes y con quien te acuestas.

A sus dichos sobre los intelectuales orgánicos del país contenidos en una obra de reciente publicación y de la cual dieron cuenta ayer (cada uno con su enfoque) algunos diarios nacionales vendrá una catarata de protestas, desmentidos, comentarios, afirmaciones y señalamientos. Todos se irán en contra de Carlos Salinas a quien ya no le pueden decir más. Todo se lo han dicho y todo se le ha resbalado.

Salinas ha escrito un texto llamado “¿Qué hacer? Una alternativa ciudadana” en el cual sustituye la tesis del Estado fallido por la Nación asfixiada en la cual, la economía está enferma, las familias viven aterrorizadas por la violencia, desanimadas y con una transición enredada cuya ciudadanía debe ser organizada para liberar fortalezas capaces de reorganizar al país.

Más allá de la certeza de sus afirmaciones llama la atención la virulencia de sus juicios sobre un grupo de ensayistas, escritores, historiadores y periodistas, hombres y mujeres cuyos ventanales en el monte Olimpo han sido quebrados a pedradas.

Juzgue usted:

“Enrique Krauze encabeza la lista de intelectuales orgánicos afines a los gobiernos neoliberales que han presidido el país durante los últimos sexenios. No obstante, hay que apuntar su clara inclinación a dejarse llevar por los vientos del gobierno en turno…

“… Gran cacique cultural, indigno heredero del legado intelectual de uno de los más notables hombres de letras del siglo XX mexicano, Krauze, el historiador, ha convertido en método lo que en un principio fue una necesidad a la medida de su conveniencia: hacer de la historia una suma de anécdotas triviales, para enseguida “emborronar” o desvanecer la interpretación de los hechos y proponer un relato casi mitológico de los acontecimientos nacionales.”

Sobre Sergio Aguayo:

“Según se hizo público, Aguayo ha utilizado fondos de agencias internacionales y ha servido a los órganos de inteligencia de los gobiernos neoliberales mexicanos. Además, desde la tribuna de la Cámara de Diputados se le ha señalado como agente de los Estados Unidos al servicio del Departamento de Estado de ese país, donde por lo demás ha recibido “apoyos” económicos de la Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, NED), establecida en 1982 por Ronald Reagan y financiada con dineros públicos estadunidenses.

En otro momento, a este personaje se le vinculó con ciertos órganos de inteligencia y espionaje del gobierno federal mexicano, específicamente con el Cisen. El señalamiento ocurrió en un entorno especialmente comprometedor: en medio de una denuncia en contra de este centro, por el espionaje ilegal ejercido sobre diversos funcionarios del IFE y varios miembros de los partidos de oposición”.

En torno de las señoras Dennise Dresser y Carmen Aristegui (la única periodista en el grupo) Salinas dice:

“…Denise Dresser es el prototipo del intelectual “ninguneador”. Bien se ha dicho que “satanizar al contrario para que la gente no tome en cuenta sus ideas es señal de impotencia intelectual y pérdida de control emocional”. Denunciada por “plagiaria y mentirosa”, como analista político Dresser ha resultado funcional a los intereses intervencionistas contra nuestro país. En un artículo que publicó en Proceso en marzo de 2010 defendió la entrega del sistema de pagos del país a los extranjeros y exaltó la intervención de Bob Rubin en el golpe financiero a México. Ha denigrado y desprestigiado el andamiaje institucional que, paradójicamente, dice defender, y ha emborronado la historia nacional en sus trabajos”.

Carmen es a su vez ejemplo entre “los periodistas que sólo escriben por encargo o para cubrir sus propios intereses”.

“Sobre ella los propios periodistas han señalado su tendencia a “victimizarse”, así como su falta de rigor a la hora de comentar hechos y circunstancias que la involucran. Aristegui ha sido señalada por sus pares, quienes reprueban su marcada propensión a denostar y, más precisamente, a ensuciar reputaciones”.

También escribe de Lorenzo Meyer a quien le censura su manera sistemática defensa de “las ideas y las acciones, aun las más controvertidas desde una perspectiva social, de Andrés Manuel López Obrador, el candidato presidencial del PRD derrotado en la elección de 2006”.

Sin embargo, nada ha escrito sobre la larga lista de torpezas y abusos que desde el poder ha cometido el político tabasqueño… confunde las luchas populistas contra el poder con la promoción del neopopulismo desde el poder”.

–¿Y por qué hace Salinas todo esto? ¿Por qué desnuda a los críticos, por qué se expone?

Primero por considerar oportuno hacerlo cuando nadie lo puede hacer. Y quizá por una apuesta arriesgada. Mientras más lo golpeen (en época electoral), menos le pegan al PRI.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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