En visita por Campeche, la mandataria electa, quien evitó decir que la obra está inconclusa y que también se cometió ecocidio al desaparecer miles de hectáreas de selva y daños a cenotes, prometió al patrón de Palacio Nacional continuar el proyecto
Siguiendo la misma retórica que el patrón de Palacio Nacional, con discursos que buscan endulzar el oído de su maestro, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, no sólo se desvive en halagos para el populista presidente Andrés Manuel López Obrador, sino que al acompañarlo por Campeche, donde aprovecharon para viajar en el Tren Maya, ese proyecto que sigue sin estar terminado y que suma falla tras falla en su servicio, prometió consolidarlo y se aventó a asegurar que éste es un proyecto de infraestructura único en el mundo.
En el tercer fin de semana de recorridos con AMLO, como parte de la transición de gobierno, la mandataria electa dijo que “esta gran infraestructura, tiene otras grandes enseñanzas que son símbolo de la transformación, deja atrás el insostenible modelo neoliberal que tanto daño causó a la nación y tanto sufrimiento a nuestro pueblo”, dijo la entrante mandataria federal, quien ni de broma quiso tocar el tema del ecocidio que se cometió al borrar miles de hectáreas de selva ni las afectaciones a los cenotes en Yucatán, para que se cumpliera este capricho de López obrador
Sheinbaum sostuvo que, mientras en el pasado se privatizó el servicio de trenes, en la denominada cuarta transformación, se recuperó el papel del Estado mexicano. La mandataria electa habló maravillas del Tren Maya, pero olvido señalar que la obra, pese a que ya fue inaugurada, no se ha culminado en al menos dos de sus tramos, y tampoco mencionó las afectaciones que han provocado en cavernas y cenotes de Yucatán, los pilotes de acero que se colocaron para soportar el tonelaje de la bestia de acero que correrá por un puente elevado de concreto.
Además, Sheinbaum aseguró que se recobró la importancia de las empresas privadas en la generación de riqueza y distribución a través de la inversión, lo que no especificó con algún ejemplo.
Asimismo, defendió que el desarrollo de esta obra prioritaria de la 4T otorga beneficios laborales a los trabajadores mexicanos, quienes están participando en su construcción, pues rechazó que están lejos de los antiguos ferrocarriles de lo que consideró como el esclavismo y la sobreexplotación en México.
La mandataria electa evitó citar las protestas y amenazas de más bloqueos de trasportistas que llevaron el balasto para la obra del Tren Maya y a quienes el Gobierno de la 4T les adeuda 90 millones de pesos por sus servicios.
Para complacer a López Obrador, quien quería que le endulzaran el oído con halagos, la mandataria electa insistió en que la obra del tren Maya reconoce la historia profunda de México, al mismo tiempo que reivindica a los pueblos indígenas del presente, por lo que aseguró que dará continuidad al desarrollo del proyecto en Maya en el sureste del país.