Por:Guillermina Gómora

Una vez más, el laberinto de la inseguridad atrapa a los responsables de garantizar la paz social. La tragedia de Iguala, Guerrero, escaló a niveles que obligaron al presidente Enrique Peña a tomar el control y dejar en claro que: “ante estos hechos de violencia que se han suscitado, no cabe el más mínimo resquicio para la impunidad”.

En efecto, lo que sucede en Guerrero, Michoacán, Tamaulipas y otros estados tiene su origen en la impunidad y la perversión del poder donde la narcopolítica ha sentado sus reales; el crimen organizado ha infiltrado las estructuras de gobierno y no se sabe a ciencia cierta hasta qué niveles. Recuperar el estado de derecho requiere algo más que cuerpos policiacos.

Como lo adelantamos en Caleidoscopio, la delincuencia organizada es la responsable de los hechos en Iguala y la desaparición de los 43 alumnos de Ayotzinapa, que a decir de mis fuentes, 28 de ellos son los muertos de las fosas encontradas el pasado fin de semana, circunstancia que agravará la crisis de ingobernabilidad y descomposición social en Guerrero

Problema que no desea encarar el PRD, ahora bajo el mando de Carlos Navarrete, y pretende endosarle al gobierno federal, al exigirle su intervención. ¿Olvida acaso que Ángel Heladio Aguirre Rivero y el narco-alcalde prófugo, José Luis Abarca, llegaron a sus respectivos cargos por su partido? Mejor sería que fuera pensando en ayudar y no en distorsionar.

El problema de la inseguridad en México, lamentablemente, es añejo y como sociedad hemos pagado costosas facturas: miles de vidas perdidas, rezago económico, educativo y un tejido social destruido por el terror en el que cimienta el crimen organizado su estructura de poder y control, que se ha convertido en el enemigo a vencer por los gobiernos locales y federal.

Responder a este desafío exige, insisto, algo más que cuerpos policiacos y militares, demanda un pacto entre ciudadanos y autoridades. Un ejemplo de ello es Chihuahua, que ha recuperado poco a poco la seguridad gracias a esta alianza que busca erradicar el dolor y horror que han vivido.

Hace unos días, durante su Cuarto Informe de Gobierno, César Duarte convocó a sus paisanos a seguir con el reto de recuperar sus valores que les han dado identidad como pueblo y les permiten vivir en paz. El tema de la seguridad fue el más destacado por el gobernador y presumió que se logró reducir el robo de vehículos de 28 mil 700 a 4 mil 400, al grado de que las aseguradoras en Juárez bajaron un 30 por ciento el costo de las pólizas de seguro de autos. Celebró también que se cumplió un año sin secuestros en Juárez, cuando años atrás se registraban en promedio 10 al día.

Ante 16 mandatarios estatales que acudieron a su informe, donde estuvo el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, con la representación presidencial, Duarte llamó a los chihuahuenses para que 2015 sea el año de la justicia, sin la cual, alertó, no puede haber paz duradera. Incluso pidió a sus adversarios no utilizar el tema de la seguridad como bandera política que los divida.

Como una muestra de la estabilidad que hoy vive Chihuahua, Duarte anunció importantes inversiones por la reforma energética, que van de los 100 mil millones de dólares y que podrían llegar a 250 mil millones de dólares, acciones que sin duda garantizan crecimiento, empleo y un mejor porvenir para las familias.

Queda claro, entonces, que la divisa más importante para crecer es la seguridad. De modo que ahí esta el detalle, la certeza jurídica se traduce en paz social, inversiones nacionales y extranjeras que generan empleo y estimulan la educación y elevan la calidad de vida. El reto, como señalamos al principio, está en recuperar el control.

Vericuentos

En campaña

A partir de hoy inicia el proceso electoral 2015. El senador Emilio Gamboa dejó muy claro ante los nuevos magistrados su responsabilidad de actuar con autonomía e imparcialidad total para resolver los medios de impugnación que presenten los actores inconformes. Algunos candidatos ya los destaparon, tal es el caso de los diputados del PRI en Quintana Roo Marybel Villegas y José Luis Toledo, que buscan llegar a San Lázaro. ¿Quién sigue?

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