Una vez más las “instituciones” se disminuyen y ridiculizan por su propia voluntad y el incontrolable impulso de ser utilizadas patrimonialmente en agravio de uno u otro personaje político.
Como se quiera ver, a pesar del resultado final y la airosa salida de Leonardo Valdez, el consejero presidente del Instituto Federal Electoral, el IFE, como escenario nacional, resultó raspadísimo con el intento fallido de los panistas en el consejo general para silenciar al señor López.
Al parecer la amnesia es una enfermedad frecuente en el PAN. Como si no supieran cómo se resolvió el caso del desafuero en los tiempos de Vicente Fox, ahora la emprenden como malos leguleyos, contra el tabasqueño incómodo quien si no les devuelve la memoria tampoco los deja conciliar el sueño.
Primero la exhumación de aquel insulto sobre el peligro para México, practicada desde Los Pinos y después el intento de hostigarlo sin atribuciones, como si el IFE fuera un apéndice del sistema de Administración Tributaria ; silenciarlo y abatirlo sin percibir cómo de manera automática lo regresan a las posiciones de popularidad de las cuales ya gozaba hace seis años.
Quizá un poco menos, pero con esa “sobrealimentación” balanceada con los esteroides del miedo, poco le falta para montarse de nuevo en la cresta de la ola.
No ha habido en toda la historia reciente de México momento cenital para ningún político comparable con la tarde del desafuero (7 de abril del 2005) cuando todo el sistema de poder se volcó en contra de un solo hombre y se estrelló primero contra la propia defensa del inculpado, y después contra la multitud agrupada por millares en su favor, con el Zócalo y las calles cercanas colmadas en espera de una sola orden.
Ese día, si lo hubiera querido, López habría incendiado el país. Lo difícil sería ahora prever cuántas vidas habría costado apagar el incendio.
Aquella tarde del “yo acuso”, López la emprendió contra los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial confabulados en su contra y salió fortalecido mientras la “clase política” metía el ridículo rabo entre las patas. Ese ya es un dato para la historia nacional.
Y ese mismo rabo y ese mismo ridículo es hoy de Guillermo Bustamante, el representante del PAN ante el IFE quien no tuvo escapatoria ante el fracaso de su iniciativa para sancionar a quien desde la condición de ciudadano expresa, amparado por un partido político, sus opiniones sobre la realidad nacional.
Para salvar la cara el IFE salió con una bagatela y sancionó al Partido del Trabajo, pero no es eso lo importante, lo notable consiste en atestiguar cómo en los días previos a su relevo en el Comité Ejecutivo Nacional el Partido Acción Nacional vuelve a tropezarse con la misma piedra.
Estos no aprenden, dijo mi tía.
Alguien sugiere en ese rincón de lo incomprensible desde donde todos los quebrantos y derrotas del Presidente Calderón se quieren presentar como estrategias preparatorias del porvenir: el Presidente “infla” a López para “desinflar” a Marcelo, lo cual es absolutamente absurdo.
A estas alturas todos sabemos algo de sobra: López no es un peligro para México. Es un peligro para cierta parte de la oligarquía. Su legitimidad electoral, si llegara a ganar la presidencia nunca estaría en duda.
Pero a él le importa algo más perdurable: la historia; no los noticiarios.
Y en ese sentido procedería a la decapitación de tres o cuatro (simbólicamente hablando, claro está) y uno de ellos sería el ya para entonces ex presidente Felipe Calderón a quien no le perdona (según dice a cada paso) haberle birlado la presidencia de la República. La tradición nacional de los ex presidentes intocables (o en el exilio forzoso o voluntario), se acabaría.
SIGUE BELTRONES
Fiel al ritornelo de su mensaje por televisión-internet, Manlio Fabio Beltrones exhibe otro de los capítulos nacionales afectados por el desorden. Orden y progreso, propone el senador. Y dice en relación con el desbarajuste en concesiones, revisiones y demás en el sector de la comunicación:
“Esta acumulación de incompetencias e irresponsabilidades debe frenarse de inmediato, por el perjuicio que está causando a los bienes y a los intereses públicos, así como a la competitividad del país y el bienestar de los consumidores. Por eso se está llamando a comparecer ante el Senado de la República a los titulares de la SCT y la Cofetel; y por eso la insistencia en legislar para que los órganos de regulación económica sean autónomos y transparentes en sus decisiones, y en modernizar el régimen presidencial para fortalecer los mecanismos de equilibrio y control entre los poderes públicos”.
ALÍ
Invito a comer a Chumacero a mi casa.
–¿Te gustan los ostiones, Alí? Hoy tenemos mariscos.
–¡Claro!, en Nayarit comemos muchas cosas del mar. Además los ostiones son muy buenos para coger… entre ellos, ¿verdad?