Tras rechazar que los grupos étnicos que radican en la Ciudad de México “no son migrantes” con los mismos derechos y obligaciones que el resto de la población, es necesario y hasta urgente integrarlos a los beneficios sociales, como una casa digna, un hogar familiar.
Al poner en marcha el Foro Vivienda indígena: derecho primordial de los pueblos y de las comunidades indígenas en el DF, su organizadora y promotora, Diputada Ana Estela Aguirre y Juárez, Presidenta de la Comisión de Vivienda de la ALDF, reconoció que “si bien los recursos para satisfacer las necesidades de vivienda de los capitalinos son escasos, se le debe dar un uso más racional al presupuesto asignando al Instituto de la Vivienda del DF (INVI) de manera que contemple e integre a esos beneficios a los grupos indígenas de la capital”
La legisladora petista informó que la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) otorga al INVI anualmente una partida especial para casa-habitación indígena de 40 millones de pesos, pero lamentó que se desconozca el destino real de ese dinero, ni los proyectos realizados para tal fin.
En las ponencias del Foro, Agustín Girón Méndez, líder del Movimiento de Indígenas y Artesanos del Centro Artesanal “La Ciudadela”, expuso que los diputados de la Asamblea Legislativa reformen las reglas de operación del INVI, pues les resulta difícil cumplir los requisitos que exige el Instituto, ya que su trabajo es informal y no tienen manera de demostrar ingresos o acreditar arraigo, lo que les imposibilita acceder a un casa para elevar su calidad de vida.
Por su parte, Epifanio Díaz Sarabia, defensor y promotor de los derechos humanos, explicó que el 95% de los grupos étnicos no están organizados, se encuentran dispersos, por lo que no pueden acudir como grupos a solicitar una vivienda, pues para empezar no son asalariados,”de ahí la importancia de Foros como éste, promovido por diputados, que tienen la facultad y capacidad para reformar leyes”
Finalmente destacó una de las propuestas que pide reservar cada año el 5% del presupuesto del INVI para la compra de suelo y construcción de vivienda indígena, en donde las comunidades participen diseñando y proyectando sus unidades habitacionales preservando sus usos y costumbres originarias.
