Toda discusión de antaño, especialmente con los padres, terminaba con un palmetazo en la mesa y un rotundo punto final antes de la advertencia: ¡…Y San “Seacabó”!
En el santoral todos los días eran propicios para la devoción de ese magnífico santo cuya virtud principal era terminar con cualquier divergencia y sepultar cualquier opinión.
Ayer el Presidente Felipe Calderón pareció habernos dicho a todos: “San Seacabó”.
Bueno, pues si las cosas así están no tendría ya mucho sentido insistir en el análisis de la realidad. En todo caso no sería oportunidad sino para insistir en algo ya dicho: el gobierno está incomunicado.
Los tecnócratas –buenos o malos; de primera o de tercera–, no comprenden la diferencia entre divulgar y comunicar. Se divulga desde la soledad y se comunica desde la fraternidad. Al menos la unidad, la comunión en el propósito.
Ayer, en un experimento más de la frecuente pretensión de gobernar por, para y desde la televisión, el Presidente fue muy claro:
–«Siempre hemos estado abiertos a revisar lo que sea necesario de esta lucha por la seguridad. Hay que estar dispuesto a hacer cambios, pero mantener la esencia misma, que no implique un cambio fundamental… la estrategia va a seguir avanzando, en (la) medida que ésta tenga éxito, las cosas van mejorar.
“Hay avances, en la medida que hagamos un esfuerzo se reflejará en mejores condiciones de seguridad».
Quizá de manera involuntaria el Presidente habla del cogollo crítico de este asunto: los resultados.
A mí personalmente no me importa la estrategia. A ningún mexicano le importaría este concepto del vocabulario militar, pero a todos nos genera interés la claridad de estas palabras y el compromiso implícito de admitirlas (y aceptar sus consecuencias) en un sentido o en otro.
Explico:
“La estrategia va a seguir avanzando… en la medida que ésta tenga éxito las cosas van a mejorar…”
Absolutamente de acuerdo. ¿Pero si la prolongada e inalterable estrategia no tiene éxito, a quién le debemos achacar el fracaso?
Hoy ante el surgimiento reconocido del “narcoterrorismo”, fenómeno no reconocido en los cinco años anteriores, el gobierno puede ostentar cualquier cosa menos los galardones del triunfo.
Insiste el presidente en su afán: perseguir a los delincuentes; enfrentarlos, fortalecer las instituciones y reconstruir el tejido social. Sin embargo lo primero hasta ahora no ha causado lo segundo sino todo lo contrario.
Para mi juicio el problema está mal planteado.
Si la disyuntiva es cruzarse de brazos o seguir igual no se plantean los términos de manera correcta. Si se sigue como hasta ahora se logarán –obviamente– los mismos resultados de hoy, de ayer y de anteayer; es decir, pocos, así se les quiera magnificar con la exhibición de los detenidos, los anuncios en la radio y las series de televisión.
El asunto es si los actos del gobierno ha creado una nueva realidad mejor de la vigente hace cinco años. Eso es todo. ¿Estamos hoy mejor o peor?
Tampoco será posible resolver nada en los terrenos del pleito político o el aprovechamiento coyuntural; el oportunismo y la irresponsabilidad como es el caso de Vicente Fox quien recomienda recetas nunca aplicadas por su gobierno y propone entre otras cosas una amnistía como si se tratara de delitos políticos.
«Imagínate —le dice a Carlos Loret en cuyo elenco matutino de entrevistas estuvo también Emilio Azcárraga–, que a los criminales que lanzaron la gasolina en el casino les demos amnistía y los dejemos libres.
“¿Pues qué es eso?
“O sea, no sé cuáles sean las ideas y fundamentos de eso. Creo que para amnistía y para tregua con los criminales ya tuvimos demasiados años y ahorita estamos pagando las consecuencias de haberlos dejado crecer en todo el país, esto es como un cáncer que se ha expandido. Hay quienes pensaron que no pasaba nada si se les dejaba operar.
“Si me dicen que la solución es no meterse con ellos no voy a permitirlo*.
«En cuanto a legalización de la droga, entiendo el argumento. Esa renta no proviene del mercado mexicano, los ingresos son mayores en EU. Los americanos son responsables, decenas de millones de dólares pagan a los criminales, son más de 100 millones de norteamericanos los que han consumido droga, exigimos que reduzcan la demanda por drogas, que cierren el criminal tráfico de armas de alto poder.
“Si no pueden reducir la demanda por drogas, entonces háganlo pero encuentren un modo para cerrar las ganancias a los criminales».
*La versión de las palabras de FCH proviene de noticieros Televisa. Hasta las 14.09 el sitio web de la Presidencia no había “subido” la entrevista. Tampoco la de EAJ.