Cuando alguien hurgue en los archivos de la vastísima memoria digital de nuestros días, y busque una imagen del momento actual no deberá afanarse mucho: los vándalos encapuchados –tolerados, entrenados, consentidos, patrocinados y por tanto conocidos; impunes y alcahueteados–, le prenden fuego a la bandera nacional y destrozan y asaltan una librería en la Ciudad Universitaria.
Apilan los libros a patadas y caminan sobre los despojos de páginas pisoteadas para no ser leídas nunca más. Ese es el retrato más fiel del México de hoy, donde ya nada es como antes, según dicen ufanos los profetas de la Cuarta Transformación Nacional.
Los vándalos amenazan con su insultante grafito la vida del rector universitario, quien maniatado desde hace años (como les ocurrió a Zubirán, a Chávez, a Gómez Morín, a Barnés de Castro y a otros más), solamente exhibe, inerme, un pálido grito de prensa en el cual, como tantas veces antes, se condenan los hechos, se lamenta lo sucedido, se lloriquea por ellos, se plantean denuncias penales, todo como se ha hecho y se repite sin ninguna consecuencia.
“Por mi mala raza callará el espíritu”.
El buscador de imágenes podrá hallar también el zafarrancho –ahora disimulado por Ricardo Monreal—en el cual fue destruida la autonomía de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en cuya presidencia se puso desde el Palacio Nacional, contra viento y marea, a sangre y fuego (así haya sido fuego fatuo), a una señora cuyas luces nadie ha visto. Doña Nada.
Ahora se descalifica a la víctima (la CNDH era silencioso refugio conservador) para justificar al verdugo (violamos la ley en nombre de la justicia).
Monreal, en el extremo del intento de autoengaño (como si no supiera su faena), ha dicho tras la renuncia de los consejeros de la CNDH, motivada por el procedimiento de renovación en medio de ilegalidades acumuladas.
“…Nadie es indispensable en la construcción de un Estado nuevo …tanto interés en la CNDH, «me suena a que hay intereses profundos, en la comisión, económicos, políticos, de complicidad».
“Las renuncias de integrantes del Consejo Consultivo (El universal), las calificó como «natural» y aunque lo hayan hecho en protesta, «me parece sano, porque hay que darle una sacudida a la comisión».
Pero así estamos, la Cámara de Diputados viola los plazos constitucionales y se sube a la máquina del tiempo para avanzar o retroceder a su antojo relojes y calendarios, mientras los ocupantes de San Lázaro prometen seguir ahí hasta llegado el tiempo de la justicia, lo cual nos anuncia una pronta recuperación de los espacios.
Como dijo Porfirio Muñoz Ledo en uno de sus últimos episodios de lucidez: “que manera de legislar…”
País de carpas pedigüeñas y manifestaciones –del Zócalo al Periférico, habría dicho Cortés Tamayo–por esto y por aquello, mientras el gobierno se desentiende del cumplimento cabal de la ley, porque prepara, él mismo, la verdadera gran transformación de México: poner al gobierno por encima del Estado.
Esa y no otra es la vocación, meta, cruzada, finalidad y destino de la Cuarta Transformación, la cual vendrá cuando todo haya sido desmontado, pues ya nos dice el Buen Libro:
“…(hay) tiempo de destruir y tiempo de edificar… tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntar piedras…tiempo de romper y tiempo de coser…”
Hoy todo se percibe como si la vida tuviera prisa por avanzar en este nuevo sendero de la demolición nacional, en este mundo en cuya cáscara todo se envuelve con palabrería infatigable en medio de explicaciones sin razón, útiles para argumentar motivos y estrategias, pero no para convencer a nadie con dos dedos en la frente.
El tiempo corre y se hace angosto y breve: en menos de una quincena veremos como el gobierno se celebra a sí mismo en el primer aniversario del inicio de su prometida la Cuarta Transformación Nacional, tras cuya evolución todos viviremos en el reino de la justicia, el bienestar, la igualdad y la dicha.
Pero mientras…
Mientras y para hacerlo todo posible se debe pasar por encima de las cosas recibidas pero no heredadas, porque una herencia se repudia, se rechaza y –de paso—se declara al donante, indigno de trasladar cuanto de lo suyo vomito..
Por eso ahora se desechan las instituciones del neoliberalismo, se arroja de la boca lo pasado, se evita siquiera una comparación, aunque se repitan métodos, procedimientos y anhelos del viejo partido de la Revolución (cuya decadencia se conmemora dentro de pocas horas, en medio del desprecio por la bisabuela paralítica y ciega).
Se niega y reniega la herencia, pero repiten las formas y modos del tronco político del cual vienen las metamorfosis del priismo paternalista , al morenismo populista; la misma gata, pero revolcada en los polvos evangélicos y juaristas, de cuya compleja estructura nada saben los nuevos jilgueros de la intelectualidad en boga; los analfabetos de los derechos humanos, los reacios a cualquier autonomía, los ayunos de ciencia, los confusos e impreparados cuya docilidad y sumisión lambiscona les han dado el control de la nueva opinión publicada.
Hoy han alzado a los altares a “Don Evito”, que como todos los de su multicitada y muy sobrevaluada condición de indio no tiene la culpa frente al deseo del compadre.
“Algunos sectores privados no están de acuerdo, por eso digo que es cuestión de clase. ¿Cómo es posible –se pregunta– que este indio, que los indígenas puedan demostrar que hoy Bolivia está mejor?” (La Jornada. Evo entrevistado por “El patán”. Nomás).
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Antes de irse, con discreción y elegancia, Alejandra Haas, la ex comisionada contra la discriminación, alerta sobre uno de tantos puntos pendientes:
“Hemos normalizado la discriminación desde el Estado: políticas deficientes, presupuesto insuficiente y de ahí las brechas de analfabetismo, asistencia escolar y acceso a una educación superior, brechas que son enormes… Hay que ser vigilantes”, pues esta conducta fácilmente, cuando la presión sobre las comunidades de acogida de los y las migrantes se ven presionadas y no reciben apoyo ni acompañamiento. Se empieza por odiar al extranjero y terminamos odiando al vecino de toda la vida. En cambio, la historia de México como país de destino puede escribirse con otra tinta: La de la integración. Por ello urge una política nueva, amplia y de largo plazo”.
Política de largo plazo. No es necesaria. Basta con ser boliviano, rico y fugitivo. No hay xenofobia en la 4T.
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Quien sostiene relaciones inmejorables, a pesar de cualquier pronóstico inicial o hereditario, con la IVT, es el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, quien dijo apenas en ocasión de su III Informe de Gobierno:
“Oaxaca se fortalece por la presencia permanente del más grande aliado que en la era moderna haya tenido la entidad”.
Y así se analiza parte del importante informe:
“…Como parte de un Oaxaca seguro, tercer eje del PED; el Gobernador señaló que la entidad es uno de los 10 estados más seguros del país, esto gracias a la coordinación de esfuerzos con la Guardia Nacional y las fuerzas de seguridad estatales y municipales. Dijo que este rubro ha sido fortalecido con la entrega de 180 patrullas y 80 motocicletas nuevas, así como 560 cámaras de videovigilancia.
“Además, para combatir la impunidad, la Fiscalía General del Estado de Oaxaca ejecutó seis veces más órdenes de aprehensión que en 2016, lo que significa el combate frontal a la impunidad.
“Durante su mensaje al pueblo de Oaxaca, Alejandro Murat señaló que en el cuarto eje; Oaxaca productivo e innovador, en el mes de agosto se suscribió el Pacto Oaxaca con el presidente Andrés Manuel López Obrador, nueve gobernadores de la zona Sur –Sureste del país y la Confederación de Cámaras Industriales que permitirá colocar al Istmo de Tehuantepec y a Oaxaca como un referente regional de desarrollo.
“Puntualizó que de acuerdo al INEGI la entidad creció en su economía 3.9%, esto gracias a las políticas públicas impulsadas durante los tres años de gobierno que han permitido atraer inversión privada por 36 mil millones de pesos. La industria del mezcal ha tenido un importante crecimiento al producir más de cinco millones de litros anuales de esta bebida”.
Salud.
A través de BanOaxaca se otorgaron más de 31 mil emprendimientos que generan empleo mediante la inversión de más de mil 800 millones de pesos, lo que hace de esta institución el fondo de garantía estatal más importante de México.
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