La FGR calificó como un «montaje» un video presentado por la fiscalía estatal y reveló rastros de sangre que refuerzan la hipótesis de que Cuén fue asesinado en una finca en Culiacán

El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, respondió a las recientes revelaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) relacionadas con el asesinato de Héctor Cuén, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y exdiputado federal electo. Rocha aseguró no tener la autoridad para emitir opiniones sobre el caso, destacando su lejanía con los hechos. Las investigaciones apuntan a la participación de Cuén en una reunión con Ismael «El Mayo» Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, poco antes de ser asesinado.

La FGR calificó como un «montaje» el video difundido por la fiscalía estatal, cercana al gobierno de Rocha, que sugería que Cuén había sido asesinado durante un intento de robo. Este hallazgo contradice la versión estatal y refuerza la hipótesis federal de que el crimen ocurrió en una finca de Culiacán, donde se encontraron rastros de sangre que coinciden con los de Cuén.

El caso Cuén y sus implicaciones políticas

Rocha Moya, quien fue cercano a Cuén durante su campaña de 2021, ha insistido en su inocencia y negó tener conocimiento de la amistad entre Cuén y Zambada. A pesar de las declaraciones del narcotraficante en las que lo describe como su amigo, el gobernador afirmó: «No sabía de esa relación, nunca me platicó nada». Estas declaraciones lo colocan nuevamente en el centro de la polémica, dado que las investigaciones señalan una posible implicación en los hechos que derivaron en el asesinato.

La Fiscalía General del Estado de Sinaloa presentó un video con el que pretendía sostener su versión del asesinato como un robo, pero la FGR ha desmontado dicha teoría al descubrir pruebas materiales que indican que Cuén fue asesinado en la misma finca donde se realizó la reunión con Zambada. La propia FGR ha señalado la complicidad de funcionarios estatales en la manipulación de pruebas, lo que ha intensificado las tensiones entre los gobiernos federal y estatal.

Investigaciones en curso y nuevos cuestionamientos

A medida que avanzan las investigaciones, la figura de Rubén Rocha se ve más comprometida. Aunque ha insistido en que fue él quien solicitó la intervención de la FGR al presidente Andrés Manuel López Obrador, aún persisten las dudas sobre su papel en la supuesta reunión con Zambada y Cuén. El gobernador ha negado cualquier vínculo con el Cártel de Sinaloa y aseguró: «Nadie está excluido de ser investigado».

La renuncia de Sara Bruna Quiñonez, exfiscal general de Sinaloa, se dio apenas un día después de que la FGR asumiera la investigación, lo que ha generado especulaciones sobre su participación en las irregularidades del caso. Aunque Rocha no defendió explícitamente a Quiñonez, sí afirmó que su sucesora, Claudia Zulema Sánchez Kondo, no estaba involucrada en las investigaciones.

Violencia en Sinaloa y la fractura del Cártel

El asesinato de Héctor Cuén y la captura de Zambada se enmarcan en un contexto de creciente violencia en Sinaloa. Desde septiembre, los enfrentamientos entre los hombres de El Mayo y los Chapitos, hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán, han dejado más de un centenar de muertos. Esta lucha por el control del Cártel de Sinaloa ha intensificado la inseguridad en el estado.

Rocha Moya, criticado por minimizar la violencia, intentó matizar su postura al señalar que la única forma de combatir la inseguridad es reconociendo su gravedad. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica, con asesinatos y secuestros que azotan la región. El conflicto entre las facciones del cártel continúa, mientras las investigaciones por el asesinato de Cuén y el secuestro de Zambada avanzan.

El futuro del caso sigue siendo incierto, pero la FGR ha dejado claro que todos los implicados, desde funcionarios locales hasta altos mandos, podrían enfrentar la justicia.