A veces pareciera como si la compleja estructura, siempre saturada, siempre insuficiente de los servicios de salud en este país hubiera estado proyectada como el jardín de Weston en Xilitla, con escaleras hacia ninguna parte, terrazas sobre al aire o como una telaraña la cual con infinita paciencia decora las esquinas de un laberinto escondido en un enigma, en cuyo interior hemos quedado presos y cautivos sin nada por hacer excepto aumentar la arquitectura de infinitos rincones y esquinas y caminos cerrados.
Hoy lamentamos la muerte de dos niños indígenas de la zona de Simojovel, donde otros 29 permanecen hospitalizados. Al parecer las vacunas contra la hepatitis causaron estas reacciones adversas y en un par de casos, mortales. La causa profunda aún se investiga y por fortuna el IMSS –a diferencia de otras historias similares en el pasado en otras instituciones de salud–, no ha rehuido ni la atención ni la información.
Recordemos algo ocurrido hace una docena de años:
“…Dos de ocho bebés que permanecían en el área de «cuidados intensivos» del Hospital Regional en Comitán, Chiapas, perdieron la vida, tres más fueron dados de alta y tres aún permanecen internados bajo vigilancia de galenos en la capital del país. Los niños muertos son hijos de las señoras Gloria Edith Vázquez y Candelaria Díaz, originarias de esta localidad, que durante hace varios días mantuvieron a sus hijos en terapia intensiva en el nosocomio.
“Los dos menores padecían de insuficiencia respiratoria, sepsis, enterocolitis, entre otros daños que ponían en peligro su vida.
“En un documento al que tuvo acceso este diario (Crónica), se confirmó el deceso de los menores, con lo que se elevaría a 34 el número de bebés muertos entre el 1de diciembre al 27 de enero. Así, por ahora sólo tres menores permanecen en el área de «cuidados intensivos», donde son atendidos por neonatólogos, pediatras y perinatólogos”.
Ahora el IMSS explica:
“En seguimiento a los acontecimientos suscitados en el municipio de Simojovel, Chiapas, el IMSS informa:
“Los 29 menores que tuvieron reacciones adversas presuntamente asociadas a la aplicación de las vacunas continúan hospitalizados, de los cuales 23 están estables y 6 se encuentran graves. El IMSS y la Secretaría de Salud del Estado están colaborando intensamente para otorgar la mejor atención médica a los menores…
“…Ya se encuentra en el lugar un equipo encabezado por el Director Médico del Instituto, el Responsable de Epidemiología Nacional, la Directora del Programa IMSS Prospera, el Jefe de las Delegaciones, la Responsable de Atención a los Derechohabientes y especialistas en vacunación y toxicología. Por parte de la Secretaría de Salud Federal, personal de Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), así como personal de la Secretaría de Salud del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y Adolescencia…
“…El IMSS continúa con la investigación e informa que únicamente se ha suspendido, de manera preventiva, la aplicación de vacunas de los lotes en cuestión”.
CHURUMBELES
Eran otros tiempos, claro.
La figura presidencial apenas comenzaba a erosionarse del tótem al poste de crucero, la mudanza entre la sacralidad y el límite del territorio canino. Todo comenzó con la esperanza y terminó con el repugnante vodevil. De la silla a la colina, del orgullo de mi nepotismo al elogio público de los “churumbeles”. Viajemos todos al Caparroso de nuestra memoria.
El “churumbelito” sigue haciendo de las suyas como cuando jugaba malabares con los previos y expectativas del petróleo. ¡Ay!, Pepe Andrés, ¿hasta dónde, hasta cuando?