Ya se comienzan a escuchar los anuncios promocionales previos al Informe Presidencial en su tercera edición.
Ya nos advierte el Presidente Enrique Peña de cómo la velocidad del movimiento de México ha disminuido en contra no solo de sus deseos sino de la conveniencia colectiva; de cuáles son los factores de la desaceleración económica, de cómo se ha nos ha hundido el mercado del petróleo, de la incidencia de los factores mundiales, de la adversidad, de la horrible corrupción.
Ya nos ha dicho de todo esto pero de nada valdría si no se abate (él mismo lo ha dicho) el peor de los factores en una sociedad, la pérdida de la confianza, la erosión de la credibilidad. Y según algunas casas de encuesta, la popularidad presidencial, la aceptación y sus correspondientes de confianza y credibilidad están en puntos bajos, a veces muy bajos. Y eso le debería preocupar tanto como el precio del dólar, o más así el discurso hacendario nos quiera hacer creer en lo inocuo de este factor.
Por eso vale la pena releer las palabras presidenciales (copio un comunicado de la Presidencia) y poner atención a dos preposiciones: la confianza EN México y la confianza DE México. Lo primero es sencillo (los mexicanos debemos confiar en nuestro país), lo segundo, no tanto. ¿La confianza de México en quién?
Revisemos estas palabras presidenciales pronunciadas hace apenas unos días durante la XXXVIII Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública:
“…es momento de iniciar un profundo esfuerzo, un esfuerzo común para recobrar este valor que hemos perdido; es momento de recuperar la confianza en México y en nosotros mismos; es momento de estar más unidos que nunca, ya que enfrentamos como país un entorno económico internacional difícil y complejo”.
“Resaltó que “los mexicanos hemos ido perdiendo algo fundamental para crecer como sociedad y como país: la confianza. La confianza en el Gobierno Federal, en los gobiernos locales, en el Congreso Federal y en las Legislaturas de los Estados, en el Poder Judicial de la Federación y en el Poder Judicial de las distintas entidades”.
“Desafortunadamente, añadió, “las instituciones públicas y privadas han sufrido un deterioro en la confianza, y lo más grave, también existe una pérdida de confianza entre los ciudadanos mismos”.
“El Presidente Peña Nieto refirió que “en el México actual, la conducta del Presidente de la República como Jefe del Estado, y la de todos los que tenemos el privilegio de servir a los mexicanos, además de estar apegada a derecho, debe ser tal que nuestras acciones no generen desconfianza entre la población”.
“Tras mencionar que la conclusión de la exhaustiva investigación de la Secretaría de la Función Pública es “que las conductas de las partes involucradas fueron legales y que no existieron dichos conflictos”, el Presidente Peña Nieto puntualizó:
“La investigación demuestra que la conducta, tanto de mi esposa y la mía, estuvieron plenamente apegadas a la ley; sin embargo, estoy consciente y reconozco que estos acontecimientos dieron lugar a interpretaciones que lastimaron e incluso indignaron a muchos mexicanos. A todos ellos les ofrezco una sincera disculpa”.
Si esto significa algo, debemos entonces colegir cómo el trabajo de investigación y la prueba de limpieza de la conducta presidencial deberían ser factores positivos en la recuperación de la confianza extraviada, pero eso no es tan simple como nada más decirlo.
Perder la confianza es fácil; recobrarla es a veces imposible. Y él, debe hacerlo posible si quiere transitar los años faltantes de su mandato por caminos alejados al infierno de la desesperanza.
CHUCHISMO
Como si las cosas no fueran suficientes con la fallida presidencia de Carlos Navarrete en el Partido de la Revolución Democrática, ahora la fracción “chuchista” se enfrenta a un nuevo fracaso; no lograron colocar a un coordinador de los propuestos inicialmente en la fracción entrante a la XLIII Legislatura y debieron recurrir a Francisco Martínez Neri, ex rector de la UABJO quien al menos de apellido tanto se parece al trísateme célebre Felipe Martínez Soriano con todo y su guerrilla universitaria.