Hace muchos años el maestro José Pagés Llergo me preguntó:
-¿Sabe qué necesitamos hacer los periodistas en este país?
-Bueno, muchas cosas pero ¿a qué se refiere?
-Necesitamos hacer un periódico que defienda la gente de lo que dicen los periódicos.
En muchos países del mundo el periodismo se ejerce en un ámbito de impunidad. La prensa británica publica horrores indescriptibles especialmente contra la Familia Real y sin embargo sobrevive de demanda en demanda.
En Estados Unidos los tabloides y los medios de escándalo, hieren y muerden a quien les viene en gana y proteguidos por las enmiendas constitucionales. De cuando en cuando alguien gana una decisión judicial y un paparazzo recibe una orden de restricción para no tomar fotografías de éste o de aquel personaje casi siempre del “Show bussines”.
Hace poco un número de la revista española “El jueves” fue retirado de la circulación y su editorial multada por un juez tras la publicación de una caricatura grotesca contra el príncipe de Asturias y doña Letizia, pero los plebeyos no gozan de ninguna protección de la Casa Real y quien les quiera decir a los de sangre roja cuanto les salga del forro de los cojones (dirían en España) podrá hacerlo impunemente.
Tanto como en México donde los linchamientos mediáticos son cosa de todos los días. Y si no pregúntele a Kalimba o a los deportistas de la Selección de Futbol, a Jorge Hank o a Raúl Salinas de Gortari.
El único e insuficiente recurso es el fantasmal “derecho de réplica” cuya base se halla en la carrancista Ley de Imprenta, la más muerta de todas las letras en el panteón jurídico nacional cuya obligación de rectificar en el mismo espacio y de igual tamaño una información errónea –entre otras disposiciones–, nunca se cumplió, como tampoco se cumple la Ley Federal de Radio y TV.
Dice la Constitución: “…el derecho de réplica (art 6°) será ejercido en los términos dispuestos por la ley.”
Y eso está bien, excepto por un mínimo detalle: no hay ley respectiva. No hay reglamentación, lo cual lleva un nuevo espectro al concurrido cementerio.
Por eso y por otras cosas se ha producido un espacio de absoluta impunidad en los medios. Cualquiera destroza un prestigio, cualquiera inventa, no se necesita nada, ni prueba ni documentación ni certeza. Todo se basa en un juego perverso en el cual la prensa no tiene contrapesos ni jueces ni control. Basta la falsa invocación del derecho a la libertad de expresión para frenar cualquier intento de poner en orden a los medios, los libres y los concesionados.
Y cuando digo prensa abarco en la sinécdoque a todos los medios de información, ya no se diga el desastroso chismorreo de las redes sociales.
Como parte de la solución de un aparente conflicto laboral, la empresa MVS instituyó desde hace unas semanas la figura del “ombudsman” del radioescucha.
No se sabe hasta ahora si alguien podrá recurrir a tan escandinavo personaje radiofónico para defenderse de las acusaciones vertidas son ánimo de propaganda por el señor Federico Doring; quien en el espacio informativo de esa estación duplicó los contenidos previamente filtrados al Diario Oficial en cuanto a la política en Coahuila, la fortuna de Vicente Chaires a quien se señala como prestanombres de Humberto Moreira.
Obviamente tan justiciero afán se debe a la sistematización de la campaña contra el PRI, pero eso es demasiado obvio como para tomarlo en cuenta. Como evidente es también el papel del diputado Doring en Acción Nacional: el golpeador en los medios. Todos recordamos su papel en los “videoescándalos” cuando era peón de confianza del jefe Diego.
Eso se sabe hasta en Stanford.
Pero el asunto de la réplica ya ha llegado (en mala hora) hasta las destructivas manos del Instituto Federal Electoral donde se plantean hasta sanciones a los medios incumplidos frente a este derecho del público, como si el instituto pudiera normar un derecho constitucional cuyos pasos deberían transitar por el Poder Legislativo y no por una ocurrencia del consejero Alfredo Figueroa quien confunde autonomía con soberanía.
Todo estaría muy bien si el IFE tuviera conocimiento y competencia en esta materia.
PETARDO
El arraigo a Jorge Hank; rechazado por la Procuradora Marisela Morales en un principio, no borra el ridículo de la incursión militar en contra del empresario. El asunto del acopio de armas se vino abajo y no quedó más recurso sino el uso de un par de pistolas en homicidios cuya pena aun no prescribiría.
En esas condiciones el cambio de escenario y la cuarentena de JHR, permitirán un compás de espera para no hacer tan sonoro el fracaso inicial.
–¿Y el Ejército puesto en tan difícil situación?
Pues firme y callado. Son los riesgos de la obediencia.
MONDRAGON
Una vez más el secretario de Seguridad Pública, Manuel Mondragón y Kalb prueba cómo el cumplimiento de la ley es el mejor camino para la prevención del delito.
Metido de lleno en el operativo “Conago 1”, tuvo tiempo para evitar el linchamiento en Cuajimalpa.
Ya algunos dicen, el linchamiento fue preparado desde el subterráneo, para causarle problemas a Carlos Orvañanos, un delegado panista exitoso quien ha declarado sus intenciones de lanzarse por su partido en pos de la jefatura de gobierno del DF contra Mario Delgado o quien a fin de cuantas escoja MEC.
¿Será?