Guillermina Gómora Ordóñez

No hay plazo que no se cumpla y llegó la hora de la reforma hacendaria, tan discutida por la clase política mexicana y que buscaba lucrar con ella. Se acabó el desgarramiento de vestiduras por el intento de aplicar el IVA a medicinas y alimentos. Ahora se abrieron nuevos frentes y viene lo más complicado: su discusión y aprobación.

Desde ya, diversas voces advierten sobre los estragos que provocarán las nuevas tarifas y el aumento de las ya existentes en la clase media, la población de altos ingresos y los contribuyentes cautivos. Por ejemplo, la modificación al Impuesto sobre la Renta (ISR), que pasaría del 30 al 32 por ciento para las personas físicas con ingresos gravables superiores a 500,000 pesos anuales. Más de uno calificó esta propuesta como un gancho al hígado.

Si bien es cierto que el pago de impuestos siempre provoca malestar, sobre todo porque no se reflejan en diversos rubros, cuando se habla de aumentos todavía crece más el enojo. No hay que perder de vista que el padrón de contribuyentes activos es muy bajo y terminan pagando siempre los mismos. De acuerdo con datos del Servicio de Administración Tributaria (SAT), éste se ubica en 38 millones 473 mil 767 personas. Apenas el 31.5% de los 118 millones de mexicanos que somos; en éstos recae todo el peso.

El presidente Enrique Peña Nieto asegura que se trata de una reforma social y plantea una pensión universal de mil 092 pesos para mayores de 65 años y un seguro de desempleo de un salario mínimo hasta por seis meses, para proteger temporalmente a quienes pierdan su trabajo. ¿Pero de dónde saldrán estos recursos para éstos y otros programas? ¡Eureka!, del pago de impuestos. El gobierno busca recaudar el próximo año 240 mil millones de pesos extras, si aprueban la reforma.

Así las cosas, el debate surge cuando se pretende apalancar el enfoque social de la reforma en más impuestos, tarifas más altas y el mismo padrón de contribuyentes. El proyecto contempla aplicar el IVA general a colegiaturas, renta y venta de vivienda, transporte terrestre foráneo, alimentos para mascotas y joyería, y uniformar este impuesto en las fronteras con el resto del país.

La reforma también prevé mantener el ajuste mensual en gasolinas en 2014 y aplicar un incremento acorde a la inflación esperada a partir de 2015, además de introducir un nuevo gravamen a la importación de combustibles fósiles y otro al uso de plaguicidas. Incluso considera aplicar el Impuesto Especial a Producción y Servicios (IEPS) a bebidas azucaradas, equivalente a un peso por cada litro, lo cual permitirá recaudar 12 mil millones de pesos al fisco. Argumentan en este caso que es una medida para reducir los índices de obesidad. Lo mismo dijeron del cigarro y la gente sigue fumando. Lo mejor sería pensar en otras opciones médicas y deportivas.

Ante este panorama, los hombres del dinero, a través del presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, han advertido que afectará más a las personas de clase media (el 75 por ciento de los mexicanos), a quienes se les atribuye el poder adquisitivo para comprar mascotas y enviar a sus hijos a escuelas privadas, entre otros rubros. Sin considerar los esfuerzos que se hacen para poder solventar una educación de calidad que en el sector público no se ofrece, por lo menos hasta ahora.

Mención aparte merece la intención de eliminar el Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE). Recordemos que la medida se instrumentó para combatir el lavado de dinero por parte del crimen organizado en el sector financiero e inhibir los flujos de dinero del comercio informal, que por cierto crece exponencialmente y nadie hace nada. Así que convendría recapacitar sobre este punto durante las mesas de análisis.

Cabe destacar que además del perfil recaudatorio que hemos señalado, hay puntos rescatables en la propuesta, como la desaparición del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), que provocó serios roces entre los industriales y el gobierno anterior. La gran idea de Ernesto Cordero, entonces secretario de Hacienda, muere por inanición. Otro punto a favor es el de eliminar las exenciones y privilegios de los regímenes especiales. Así como la aplicación del impuesto de 10% a las personas físicas en la enajenación de acciones en el mercado bursátil y la adición de un nuevo impuesto a las utilidades obtenidas por las personas morales.

La historia apenas comienza a escribirse dentro del espíritu reformista de la presente administración. El gobierno debe actuar con inteligencia en materia fiscal si necesita una mayor recaudación para ejecutar sus programas, reactivar la economía y empujar las siguientes reformas, sobre todo la energética. Los subejercicios del presupuesto en lo que va del año casi nos llevan a la recesión y esto a los dueños del dinero los tiene muy escamados. Así que además de tejer fino en el Congreso, deberán ir de la mano con el sector productivo del país que demanda una reforma hacendaria que impulse el crecimiento, la creación de empleos y el desarrollo de infraestructura, no una política tributaria que se recargue y castigue a los mismos de siempre.

Vericuentos

Marcador reformas vs opositores: 1 – 0

Aún con los maestros disidentes haciendo de las suyas en el DF, el presidente Enrique Peña promulgará hoy la legislación secundaria de la reforma educativa. No hay marcha atrás. La Ley General del Servicio Profesional Docente se aplicará y beneficiará a 1.4 millones de maestros de educación básica y media superior, dijo Emilio Gamboa, coordinador del Grupo Parlamentario del PRI en el Senado, quien reiteró que a partir de estos cambios los docentes dejan atrás mecanismos poco transparentes de ingreso y permanencia en el sistema educativo. Léase venta, renta o herencia de plazas, sin ningún filtro de calidad.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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