–“Esto lo tenemos que rescatar. A partir de hoy hemos comenzado a negociar, a reunirnos de nuevo, a dialogar. Lo vamos a resolver”, me dijo ayer uno de los constructores del “Pacto por México” platafortma política de acuerdos esenciales (y desacuerdos accidentales) cuya corta vida lo ha llevado de la cima del optimismo al pozo del pesimismo.

–Es una especie de pleito entre recién casados. Se va a arreglar”, me dijo el Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Francisco Arroyo con tanto optimismo como buen humor. Como siempre.

Pero más allá del puerto donde atraque el maltrecho navío, y sin considerar cuánto tiempo le lleve la reparación del casco, hoy el buque necesita dique seco. El torpedo le pegó –dicen los nautas—en la Santa Bárbara, pañol donde –como todos sabemos—se almacena la pólvora en los barcos de guerra.

Pero los riesgos del pacto, evidenciados por la suspensión del acto pomposo y largamente preparado para presentar la Reforma Financiera, ya se veían venir. Esta columna lo dijo apenas el lunes:

“Si en el principio fue el pacto y el pacto se hizo obra y habitó entre nosotros, y tras él se siguieron en cascada las frenéticas, fulgurantes y en algunos casos espectaculares acciones iniciales del gobierno del Presidente Enrique Peña, hoy el todopoderoso acuerdo bajo cuya pálida sombra florecía (o comenzaba a florecer) el árbol de los acuerdos, ya no parece un laurel, parece una ortiga.

“Si los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática ( o mejor dicho sus dirigencias) hallaron en ese acuerdo un terreno donde negociar hacia dentro y hacia fuera, un escenario propicio para una fugaz resurrección en pleno conflicto con sus respectivos caciques (en el PAN FCH y en el PRD, Andrés Manuel) hoy una vez consolidados al menos tras la digestión de las derrotas, parecen estar dispuestos a la cara cobranza de sus amores.

“La amenaza de Gustavo Madero de la semana pasada no deja lugar a interpretaciones y nos hace pensar en el costo de las albóndigas y el caldo. ¿Cuál debe salir más barato?”

Ahora bien, el asunto de los programas públicos, en especial el adverso a la pobreza, parece ser un recurso político, no un motivo para la discordia eterna nacional. Los problemas del pacto no provienen nada más de Veracruz. Surgen también de las pendencias internas: René Bejarano y Héctor Bautista contra “Los chuchos” en el PRD y la banda calderonista (cuyos delegados de Sedesol fueron desplazados con grave quebranto financiero y electoral), contra Gustavo Madero en Acción Nacional.

Pero sea cual sea el origen no de los problemas, sino el uso político de esos problemas ayer el pacto era un enfermo en terapia intensiva. Ni se murió ni se va a morir (al menos no de este mal ni en estos días) pero vaya con el susto, vaya con el tropezón, como dijo Jesús Zambrano quien en estos días lo preside.

Como una medida de emergencia en el indispensable control de daños, los mexicanos podemos conservar este documento distribuido ayer por la Presidencia y firmado por el Presidente de la República. Si las cosas no fueran tan graves no habrían ameritado la intervención directa y casi de madrugada del jefe del Estado:

“En (la)democracia, es natural que existan diferentes opiniones. Nuestra normalidad democrática permite la posibilidad de disentir, pero también de dialogar y asumir compromisos en favor del país.

“Un instrumento como el “Pacto por México”, no está exento de las eventuales tensiones y diferencias coyunturales, propias de la política. Corresponde a todos los actores seguir trabajando por las reformas que requiere el país.

“Por estas razones y en aras de contribuir a que los mecanismos de negociación del Pacto por México retomen el desarrollo de los acuerdos suscritos, he decidido dar un espacio al diálogo y presentar, en los próximos días, la Reforma Financiera anunciada para hoy.
“Es de elemental civilidad política, esperar este tiempo, toda vez que esta reforma emana de dos de los compromisos asumidos en el propio Pacto por México. Se trata de una reforma esencial que fomentará que los bancos presten más y a menores tasas. De aprobarse, contribuirá decisivamente a democratizar la productividad y elevar los ingresos familiares.

“El Gobierno de la República contribuirá activamente para que prevalezcan las condiciones de diálogo y acuerdo, que juntos hemos alcanzado en los últimos meses”.

Pero finalmente, y así se lo dijeron los senadores a Rosario Robles quien ganaba peldaños en el edificio de Reforma mientras musitaba, ¡no te apures, Rosario, no te apures!, una cosa es el acuerdo político y otra la denuncia ante la procuraduría en contra de los presuntos mapaches veracruzanos.

Pero si el aplazamiento de una sesión importante del pacto fue un recurso, también debe ser entendido como la expresión de la primera (no será la última) crisis del pacto.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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