Por: Guillermina Gómora
Vivimos días de definiciones en materia legislativa y este martes conoceremos qué facción del Partido de la Revolución Democrática (PRD) controla en el Congreso las negociaciones en materia de reforma energética: la progresista o la radical; la que negocia o la que toma tribunas y calles.
Hoy se emitirá el fallo respecto a la legalidad del procedimiento de dictamen de las leyes secundarias en materia energética en la Cámara alta. Se determinará la validez o no de la interpretación de normas aplicables en la discusión de las iniciativas por parte de las Comisiones Unidas de Energía y Estudios Legislativos Primera para abordar leyes secundarias en materia energética, que impugnaron los perredistas y los llevó a levantarse de las mesas de trabajo en comisiones, bajo el argumento de que se trataba de una “farsa”.
Una vez más, los conflictos internos de las tribus trascienden a las cámaras y se convierten en camisas de fuerza para los coordinadores de las bancadas, aunque el senador Miguel Barbosa haya dicho: “No estoy formado para ser un político irresponsable”; ahora enfrenta el dilema de entrar a la discusión con sus pares del PAN, PRI o seguir el camino del amago marcado por sus dirigentes y correligionarios.
El juego está abierto y las tres principales fuerzas políticas han definido sus posturas y fijado los límites de sus propuestas de las leyes secundarias de la reforma energética, que del 23 al 28 de junio podrían aprobarse si se convoca y aprueba la realización de un periodo extraordinario para discutirlas y aprobarlas en el pleno.
Extrañeza y malestar, por decir los menos, han generado los dichos de los senadores perredistas que se dicen ignorados en los debates previos, comandados por el presidente de la Comisión de Energía en el Senado, David Penchyna. El priista rechaza las acusaciones y presenta evidencia numérica de la nutrida y aguerrida intervención de los representantes de la izquierda.
Aquí las cifras sobre la participación de los discípulos del Peje, que no se despojan de su papel de víctimas. Tenemos que del martes 10 de junio, cuando inició el proceso, al viernes 13 cuando decidieron levantarse, sus intervenciones sumaban más de 800 minutos, porque a pesar del acuerdo de hablar hasta por 10 minutos, ellos lo hicieron, en muchas ocasiones, por 40.
En la sesión de las Comisiones Unidas de Energía y Estudios Legislativos Primera, del día 10 de junio, hubo 59 intervenciones de legisladores de todos los partidos políticos y sumaron 205 minutos, y de esas 59 participaciones, 42 fueron del PRD-PT. Para el 11 de junio hubo 63, de ésas más de 40 fueron del PRD-PT; el 12 de junio fueron 69, de esas el PRD usó 51 veces la palabra. Y el 13 de junio, cuando se levantaron, iban 12 intervenciones y los perredistas llevaban 6.
Hasta aquí los datos duros y la respuesta al secretario general del PRD, Alejandro Sánchez, que acuso al Senado de querer “tener una izquierda que no argumente, que no debata y que sólo vaya a levantar el dedo”. Como se aprecia no hay tal, los números demuestran lo contrario.
Entonces, ¿cuál es el verdadero origen de la guerra de declaraciones y acusaciones entre legisladores del PRD y del PRI? ¿Las negociaciones y cercanía del PAN con el gobierno federal?
Acaso el PRD olvida sus acuerdos con la actual administración, comenzando por el Pacto y durante la reforma fiscal ¿Será que al igual que los panistas, la elección interna para renovar dirigente los lleva a radicalizar sus conductas e incurren en la cerrazón como arma mediática de negociación tribal y legislativa?
Acusan a los panistas de “chantaje”. ¿Qué calificativo merece lo que ellos hacen a través de su manido discurso convocando a la desobediencia civil contra los vende-patrias? Mejor sería que con ideas inteligentes regresaran al debate.
Vericuentos
¿Levantan castigo a Gabino?
El próximo miércoles el presidente Enrique Peña visitará por primera vez en lo que va de su administración el estado de Oaxaca. El gobernador Gabino Cué le reza a todos los santos para que sus jefes de la Sección 22, los maestros, no lo hagan quedar mal.
@guillegomora