Obreros y maquinaría comenzaron a eliminar el jardín desde antes del amanecer del martes y para horas de la tarde habían instalado unos 18 metros de muro compuesto de pilares de metal alternados
Obreros y maquinaria pesada destruyeron el Jardín Binacional para continuar la construcción del muro de nueve metros de alto del ahora expresidente Donald Trump, en la frontera entre San Diego, California y Tijuana, en México.
Los equipos de una empresa privada contratados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) del Gobierno estadounidense comenzaron a eliminar el jardín desde antes del amanecer del martes y para horas de la tarde habían instalado unos 18 metros de muro compuesto de pilares de metal alternados.
Como la barda fronteriza fue originalmente construida en esa zona en 1993 un metro dentro de territorio estadounidense y el jardín se cultivó junto a esa barrera en ambos lados de la frontera, las labores del martes casi desaparecieron por completo los plantíos.
Como vestigios del jardín solo quedaron en pie una planta valeriana, una palma y una sección con col rizada.
Funcionarios de los dos países inauguraron el Jardín Binacional en 2009 como símbolo de entendimiento y de interés compartido de unidad entre los residentes fronterizos y los pueblos mexicano y estadounidense, de acuerdo con el fundador del jardín, el activista Daniel Watman.
El jardín era parte del Parque de la Amistad, un área verde sin muros que inauguró en 1971 la entonces primera dama Pat Nixon como símbolo de la amistad de los pueblos de ambos países.
Durante un tiempo, Watman también cosechaba los domingos hortalizas del Jardín Binacional para alimentar a indigentes, familias y migrantes que llegaban a la zona de la frontera junto a la playa.
Con la reciente extensión en la zona junto al Océano Pacífico del muro iniciado durante el mandato de Trump (2017-2021), el Parque de la Amistad fue cerrado al público y quedó dividido por tres muros paralelos de 30 pies (nueve metros) de altura.
Pese a haber detenido inicialmente la construcción del muro y ante los persistentes flujos migratorios, el actual presidente, Joe Biden, ha aprobado la continuación de las obras a lo largo de la frontera con fondos asignados previamente por el Congreso, argumentando que se trata de reparaciones.
Pedro Ríos, director del Comité de Servicios de los Amigos Americanos en San Diego, dijo este miércoles a EFE sentirse “preocupado de que un muro fronterizo que representa la división, la separación y el distanciamiento sustituya un jardín que ha sido símbolo de amistad, de unidad, de acercamiento entre los residentes fronterizos”.
Explicó que el Jardín Binacional sirvió para mostrar a grupos que llegaban a la frontera desde diversas ciudades estadounidenses “cómo en una zona donde tantos agentes fronterizos se enfocan únicamente en controlar y arrestar, los residentes de ambos lados de la frontera expresaban con el jardín su interés común de unidad”.
Ríos advirtió que los muros paralelos que destruyeron el Jardín Binacional y el Parque de la Amistad «van a traer más muertes de migrantes, porque es una zona por la que las familias tratan de cruzar» la frontera. El dirigente de derechos humanos lamentó que un proyecto que «durante décadas unió a familias separadas por motivos migratorios y a comunidades fronterizas» termine en un sistema de muros paralelos «que solo van a traer muerte a la zona».