Obviamente estos asuntos no guardan necesariamente relación de causalidad uno con el otro, pero vale la pena revisar ambas noticias. Si no son consecuentes, si son al menos coincidentes. Ambas definen un clima.
Veamos:
“(EU)La negativa del alcalde Cuauhtémoc Blanco Bravo para continuar en el municipio con la Policía de Mando Único Coordinado acrecentó el clima de confrontación con el gobierno estatal, que encabeza Graco Ramírez.
“Al iniciarse 2016, Blanco asumió el mando del municipio de Cuernavaca y, en las primeras horas del día, tomó la protesta de ley al titular de Seguridad Pública, así como al tesorero y al contralor municipales.
“Su estancia en la Secretaría de Seguridad Pública local fue custodiada por cinco unidades militares artilladas, luego de que la tarde del 31 de diciembre, el comisionado estatal de Seguridad Pública, Alberto Capella, acudió al edificio a retirar parte del armamento y diversos equipos, entre ellos el de radiocomunicación.
“El gobierno de Cuauhtémoc Blanco acusó que desarmaron a la policía y con ello mermaron la seguridad, por lo que solicitaron apoyo del Ejército.
“Sin embargo, Capella aclaró que sólo se llevaron el equipo asignado al Mando Único ante la negativa de continuar con el esquema.
“Por la tarde, durante la toma de protesta del alcalde perredista de Jiutepec, el gobernador Graco Ramírez dijo que en los temas de seguridad no hay diferencias partidistas que justifiquen, hay que trabajar por ella.
“Comentó que “aunque no coincidiera el presidente o la presidenta con el gobierno, con el partido del gobierno, al que pertenece el gobernador, de todas maneras la obligación es trabajar, es construir acuerdos, es servirle a todas y todos sin distingo”.
La cantada coordinación entre municipios gobiernos estatales y fuerzas federales, se reventó en minutos en Morelos cuando todos se iban apenas reponiendo de sus festejos hasta las siete de la mañana. Cuernavaca es la principal ciudad del Estado y su influencia conurbada matiza toda la región, incluyendo, por supuesto el municipio de Temixco. ¿Algo pasó en Temixco?
Poca cosa. Revisemos.
“(UdM) Gisela Mota, alcaldesa electa del municipio de Temixco de estado de Morelos y ex diputada federal fue asesinada a balazos en el interior de su domicilio, ubicado en la calle Lázaro Cárdenas del poblado de Pueblo Viejo.
“En el interior de su vivienda quedó la Presidente municipal, quien fue agredida por cuatro hombres armados.
“Los pistoleros ingresaron a la propiedad, golpearon a Gisela Mota y después le dispararon en la cabeza.
“Al lograr su cometido los delincuentes huyeron a bordo de una camioneta, en donde se toparon con una patrulla, cuyos elementos policiacos se enfrentaron a tiros y al parecer otros dos delincuentes murieron.
“A las 7:50 horas del sábado arribaron los paramédicos, quienes confirmaron que la funcionaria se encontraba sin vida.
“Entre los límites de Temixco y Xochitepec, en un camino de terraceria, los asesinos dejaron pasamontañas, prendas de ropa y un arma larga.
“Al lugar llegaron agentes de la Policía del Mando Único, elementos de la Policía de Investigación Criminal y militares”.
Este asunto no debería mostrarnos nada sino la concurrencia de factores divergentes en la escena política y una raíz: la falacia de “ciudadanizar” la autoridad política, de sustituir a los profesionales de la política, dado su desprestigio, por ciudadanos cuya falta de conocimiento los hace fáciles títeres de otros intereses como sucede con este destacado deportista analfabeto.
Quizá los políticos gocen de un enorme desprestigio bien merecido, pero sustituirlos por el primer imán de votos disponible en la escena, resulta francamente contraproducente. No serán los ciudadanos sin conocimiento ni cultura, ni bases ni siquiera sentido común, quienes prestigien a la política.
No es el caso del “Bronco” en Nuevo León o Jorge Castañeda, adalid en la batalla en favor de las candidaturas ciudadanas pues ambos son profesionales de la política, cada uno con su estilo. Cada uno juega las cartas de sus patrocinadores, pero ninguno es un neófito; tampoco un huérfano. “Independencia” no es orfandad. Ni siquiera plena libertad.
Pero mientras, la violencia en Morelos se carga a la primera autoridad municipal en el año, con lo cual ya suman 124 entre los asesinados y los amenazados en los últimos años.
Revisemos estos datos en los cuales se incluyen otros casos de grave riesgo y aun de asesinato:
“..En cuanto a presidentes municipales, durante este sexenio se han reportado 32 casos en 14 estados.
“En febrero pasado, “Excélsior” publicó que varios alcaldes de Michoacán, Durango y Chihuahua tuvieron que dejar sus domicilios o trabajar fuera de su demarcación para proteger su integridad y la de sus familiares, debido al hostigamiento de los grupos criminales que operan en sus localidades.
“El 4 de junio de 2008, Manuel Angulo Torres, presidente municipal de Topía, Durango, fue el primer asesinado; el último, José Eduviges Nava Altamirano, de Zacualpan, Estado de México (ahora se debe agregar a la alcaldesa de Temixco, para arrancar el 2016).
“En ese rubro, Durango encabeza la lista con seis muertes; le siguen Chihuahua y Michoacán, con cuatro cada uno, y Guerrero, con tres.
“Respecto del Estado de México, Nuevo León, Oaxaca y Tamaulipas, en cada uno se realizaron dos asesinatos de alcaldes; mientras que Coahuila, Morelos, Puebla, San Luis Potosí, Veracruz y Zacatecas han registrado una baja en cada uno.
“En lo que va del presente año han ultimado a cinco alcaldes. El 7 de enero pasado, Saúl Vera, de Zaragoza, Coahuila, murió en un atentado. El 11 del mismo mes, Abraham Ortiz Rosales, de Temoac, en Morelos, también murió a balazos; tres días después, Luis Jiménez, del municipio de Santiago Amoltepec, Oaxaca, fue asesinado.
“El 28 de julio, Fortino Cortés, alcalde de Florencia de Benito Juárez, en Zacatecas, también fue asesinado a balazos; hasta el cierre de esta edición, José Eduviges Nava Altamirano, presidente municipal de Zacualpan, en el Estado de México, fue el último en morir a manos de narcotraficantes, el 20 de agosto.
“Respecto de los candidatos a algún puesto de elección popular, suman cinco las víctimas, donde destaca el asesinato del priista al gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, emboscado el 28 de junio de 2010, en una carretera del municipio Soto la Marina.
“Ese día, Torre Cantú regresaba de un mitin, y en la carretera Ciudad Victoria–Soto la Marina un comando le atravesó un camión. En cuanto se detuvieron, comenzaron a dispararles. En el lugar murieron seis personas y una más en el hospital.
“El 20 de agosto de 2009, el diputado local de Guerrero, y aspirante a la gubernatura, Armando Chavarría, falleció de dos impactos de bala dentro de su vehículo.
“El 7 de abril de 2009 fue asesinado Gustavo Bucio Rodríguez, candidato a diputado federal suplente por el PRD. Él era compañero de fórmula de Julio César Godoy Toscano, medio hermano del gobernador michoacano, Leonel Godoy.
“Otras víctimas que también disputaban puestos de elección popular son: José Mario Guajardo, quien contendía por la alcaldía de Valle Hermoso, Tamaulipas, murió el 14 de mayo del año pasado.
“Romero Núñez Montiel, candidato a la alcaldía de Jololalpan, Puebla, falleció de varios balazos, al igual que Gonzalo Amador Ortega, ex candidato a la Presidencia Municipal de Huauchinango, Puebla, quien murió el 24 de julio pasado.
“Los estados donde más políticos han muerto presuntamente a manos del crimen organizado son: Michoacán, con 12; Tamaulipas, con diez; Chihuahua, con ocho; Durango, Guerrero y Sinaloa, con seis casos cada uno.
“En el recuento de este diario, sobre las más de 40 mil personas que han perdido la vida en el contexto de la lucha federal contra el crimen, están los nombres de 32 presidentes municipales y 83 jefes policiacos y otros 60 de servidores públicos y políticos.
“La Federación Nacional de Municipios de México denunció que 126 alcaldes han sido amenazados. Durante el sexenio, también han muerto regidores y síndicos…
“Chihuahua y Michoacán tienen registradas tres muertes cada uno; mientras que en Baja California Sur y Sinaloa murieron dos.
“En Baja California, Guerrero, Hidalgo y Tamaulipas fueron asesinadas una persona por entidad”.
Y el alcalde Blanco, mientras, se trenza en un pleito por dinero, capital –según él–, adeudado por el gobierno estatal. Todo se reduce a eso.