Tras el fracaso de varias misiones de “cascos azules” se enviará a un grupo que dirigirá la operación y que está acostumbrado a hacer frente a actos terroristas
Frente a la impunidad y descontrol que hay en Haití por la presencia de pandillas en varias regiones de este país y tras el fracaso de varias misiones de agentes de seguridad de la ONU (cascos azules) para tratar de devolver la tranquilidad y paz a los haitianos, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas llegó a un acuerdo con el gobierno de Kania para que un contingente de mil elementos de su contingente más duro, la Unidad Paramilitar de Servicios Generales realice operaciones como cabeza de una misión para frenar la barbarie en este país antillano.
De acuerdo con la cadena británica BBC, este grupo de “fuerzas armadas especiales» keniana llegaría en las próximas semanas a Haití, tras llegar a un acuerdo con las autoridades del país caribeño y recibir el visto bueno para su despliegue, como parte de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que aprobó la presencia de este grupo con estadía por un año y dependiendo de los resultados, ampliar su presencia por nueve meses más.
La resolución refiere que esta fuerza de seguridad llevará a cabo operaciones conjuntas con contingentes de Bahamas, Jamaica, Antigua y Barbuda, además de que está latente la incorporación de elementos de España, Senegal y Chile, los que tendrán autoridad para realizar arrestos en coordinación con la policía local.
La resolución, calificada como «un rayo de esperanza» por el ministro de Asuntos Exteriores de Haití, Jean Victor Geneus, fue aprobada con 13 votos a favor y con abstenciones de Rusia y China, e impone también un embargo de armas ligeras, que hasta ahora solo se aplicaba a líderes bandas de criminales.
REGRESAR LA PAZ
El objetivo de la participación de este grupo de élite de Kenia, según la cadena británica, es desplegarlo en zonas de mayor conflicto e inseguridad y ayudar a neutralizar a las bandas criminales que han asesinado a civiles, lo que tiene en jaque a la población, además de proteger a las comunidades y restablecer la paz, la seguridad y el orden que otros contingentes de la ONU no han logrado.
Aunque aún no hay claridad sobre qué grupo de seguridad keniano será enviado a estas operaciones de seguridad, es casi un hecho que será un contingente de la Unidad Paramilitar de Servicios Generales (GSU por sus siglas en inglés), una de las más duras y que responde a eventos como manifestaciones violentas y ataques terroristas.
Agentes kenianos han sido duramente criticados por recurrir constantemente a abusos contra los derechos humanos, por lo que Organizaciones No Gubernamentales advierten su preocupación por las acciones inhumanas en las que podrían recurrir en esta misión en Haití.
PREOCUPACIÓN
En una carta abierta al Consejo de Seguridad de la ONU en agosto, Amnistía Internacional dijo que estaba preocupada por el plan, debido al historial de la policía de Kenia de responder usando fuerza excesiva e innecesaria.
La organización dijo que había documentado más de 30 casos de agentes de policía kenianos que mataron a manifestantes mediante tiroteos y asfixia con gases lacrimógenos durante varias protestas en este 2023.
El gobierno del primer ministro de Haití, Ariel Henry, sus socios internacionales e incluso la misma ONU, así como organizaciones de ayuda humanitaria, coinciden en que sólo una sólida operación de seguridad respaldada internacionalmente puede restaurar la normalidad en Haití.
Asimismo, analistas estiman que Kenia está cumpliendo órdenes de Estados Unidos y espera ganarse el favor de la máxima potencia del mundo. Washington se ha comprometido a apoyar financieramente la misión con 100 millones de dólares, apoyo al que se ha sumado Canadá.
Nelson Koech, presidente del comité de Defensa del Parlamento de Kenia, dijo a la televisora local Citizen TV que para la misión en Haití no enviarán a agentes de tránsito sino a «fuerzas armadas especiales» que estarían completamente entrenados para enfrentar cualquier contingencia.
BRUTALIDAD
El informe de la ONU revela que la violencia de las bandas que controlan gran parte de la capital haitiana, Puerto Príncipe, y algunas zonas más alejadas, se ha vuelto más intensa y brutal. Estos grupos criminales usan la violación como arma, francotiradores en los tejados para aterrorizar a los residentes locales e incluso queman personas vivas.
Datos del gobierno haitiano y de agencias internacionales destacan que entre octubre de 2022 y junio de 2023 se han registrado unos 2,800 asesinatos, 80 de ellos de menores, según el reporte.