En varias ocasiones esta columna ha hecho una pregunta hasta ahora sin respuesta precisa: ¿para qué quiere el Estado sus medios, especialmente las televisoras públicas?
Si son útiles nada más para llenar la papeleta de tenerlos y satisfacer con ello una apariencia de comunicación oficial bien están así las cosas. Pero si los necesitara para gobernar (comunicar también es acto de gobierno) hay casos absolutamente patéticos de abandono, penuria y por lo tanto desinterés de las audiencias.
Sin embargo las cosas se pueden remediar… o al menos comenzar a resolver. Esto ha empezado a ocurrir en el Canal del Congreso gracias a la conjunción de dos talentos y dos voluntades: el presidente de la Comisión Bicameral,bajo cuya gestión recae el funcionamiento de la emisora, Tristán Canales y la directora Blanca Lilia Ibarra.
En poco tiempo Canales sacudió la pesada estructura bicameral y logro algo de cuya importancia nos relataba la agencia oficial de noticias, Notimex, apenas el pasado 3 de diciembre:
“Diputados y senadores de la Comisión Bicameral del Canal de Televisión reafirmaron su compromiso de fortalecer, con presupuesto y equipo, a este medio de comunicación que permite al Poder Legislativo acercarse a la sociedad.
”La directora general del Canal de Televisión del Congreso de la Unión, Blanca Lilia Ibarra Cadena, entregó a los integrantes de ese órgano legislativo un informe sobre los logros durante su gestión.
“Mencionó que hay nuevos retos para el Canal del Congreso debido a su obsolescencia tecnológica, ya que por años ha tenido dificultades para modernizar el equipo técnico.
“Hay más de 50 mil horas de historia legislativa en materia física y en breve “tendremos que buscar que se convierta en material digital”, lo que se complica porque esta televisora ha sido el medio público más castigado en materia de presupuesto.
“Lamentablemente los recursos asignados son insuficientes para renovar este equipo. Sus instalaciones no responden a los cánones que podrían ser de calidad necesarios para desarrollar su trabajo, y no cuenta con la autonomía ni independencia administrativa y de gestión”, declaró Ibarra Cadena.
“Al respecto el presidente de la Comisión Bicameral del Canal de Televisión del Congreso de la Unión, Tristán Manuel Canales Najjar, dijo que el “apagón analógico” exige la renovación de los equipos de ese canal, para lo cual se requiere más presupuesto y por ello “se está haciendo un esfuerzo para otorgarle 300 millones de pesos, es decir, 150 millones por cada Cámara”.
Y la activación de este compromiso no fue la única buena noticia ayer en San Lázaro. Hubo más:
“El Congreso de la Unión y el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, firmaron un convenio de colaboración este 12 de enero, el cual permitirá al Canal del Congreso ser transmitido en 10 ciudades en nueve estados de la república mexicana, a través de la infraestructura de antenas retransmisoras con que cuenta el SPR.
“La firma es el primer paso para lograr que a mediados de 2016, el Canal del Congreso se transmita en señal abierta y digital en Aguascalientes a través del canal 47; Campeche por el canal 32; Colima por la señal del canal 41; Tuxtla Gutiérrez en el canal 31; San Cristóbal de las Casas, por el canal 51; Uruapan recibirá la señal del Canal del Congreso por el canal 44; mientras que en Mazatlán se transmitirá por el canal 41. En Ciudad Obregón se sintonizará en el canal 31; en Villahermosa por el canal 38 y en Zacatecas por el canal 47.”
Sin embargo ni el presupuesto asignado n i la cobertura ampliada resolverán todos los problemas del Canal. Eso sólo se logrará cuando reciba un estatuto de “mayoría de edad”, como dice el senador Alejandro Encinas quien ha planteado una iniciativa para darle al Canal personalidad jurídica propia, capacidad de gestión, autonomía y capacidad financiera.
En ese sentido el Canal se convertirá en una entidad de interés público, con lo cual lograría los resultados hasta ahora inexistentes por vivir en una camisa de fuerza, sujeto a una comisión bicameral en cuya actividad se plantean compromisos y presiones de los partidos políticos.
—Y ya si se plantea eso, pues se deberían permitir a los permisionarios las mismas condiciones de comercialización de los concesionarios para no someterlos al arrinconamiento crónico del subsidio.
—Eso hemos querido hacer, ha dicho Encinas, pero hubo quienes se opusieron. Lo logramos parcialmente para los comunitarios y los publico; pero los concesionarios se oponen.
Por lo pronto en poco tiempo se presentará la iniciativa para modificar la estructura orgánica del Canal del Congreso.
Mientras tanto en Puebla podría girar la rueda de la fortuna.