Encapuchados del “Bloque negro” realizaron pintas y destrozos en distintos negocios en su camino al Zócalo, donde se toparon con resistencia de la policía capitalina
Al cumplirse 56 años de la matanza estudiantil de 1968, este 2 de octubre, la marcha que llegó al Zócalo capitalino recordó la barbarie cometida por elementos del Ejército contra colectivos de estudiantes ocurrida en la plaza de Tlatelolco, se tiño nuevamente por la violencia con la presencia de encapuchados que agredieron a quien se cruzaba en su camino, siendo el principal blanco los policías de la Ciudad de México, por lo que al surgir bombas molotov, palos, tubos y todo objetivo que pudiera causar daño, los uniformados repelieron los ataques con escudos plásticos y toletes.
El grueso de los manifestantes se desplazó de forma pacífica desde su lugar de reunión, en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, hasta la céntrica Plaza de la Constitución.
Sin embargo, manifestantes encapuchados pertenecientes al conocido como “Bloque Negro”, realizaron pintas y destrozos en distintos negocios durante el camino hasta el Zócalo, donde se toparon con resistencia de la policía al intentar hacer lo propio con el edificio sede del Gobierno capitalino.
Los encapuchados lanzaron piedras, petardos y objetos incendiarios contra el edificio que fue rápidamente protegido por agentes de la policía que, por momentos, recibieron una lluvia de objetos en posición defensiva.
Al aumentar la intensidad del ataque, la policía reaccionó haciendo uso de extintores contra incendios, que consiguieron dispersar a la mayoría de los que protestaban.
Pablo Vázquez Camacho, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la CDMX, informó en entrevista con canales de televisión que al menos tres policías resultaron heridos en los disturbios.
El grupo que protagonizó los disturbios mantuvo en todo momento una actitud violenta con los medios de comunicación presentes, queriendo impedir grabaciones, y llegando a agredir a un camarógrafo de TV que intentaba registrar las escenas.
La marcha que recordó los 56 años de la masacre estudiantil en Tlatelolco y que estuvo encabezada por sobrevivientes e integrantes del Comité 68 Pro Libertades Democráticas, se vio opacada por la violencia lanzada por personas ajenas a este movimiento, lo que ya es común, y es que los encapuchados del “Bloque negro” aparecen cuando quieren desatar el caos.
Este 2 de octubre, la Secretaría de Gobernación (Segob) ofreció una disculpa pública, en nombre del Estado mexicano, por la represión del 2 de octubre de 1968 y anunció un decreto que formaliza el perdón, el primero en la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum. El decreto instruye a contribuir a la memoria histórica de esta masacre y para que el Estado reconozca políticamente los actos perpetrados en octubre de 1968 que fueron “constitutivos de un crimen de lesa humanidad” cometido por el entonces presidente, Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970).