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Una vez más el viejo libreto sale del polvo.

De nuevo se nos quiere hacer creer en la utilidad de una comparecencia ante el indignado Congreso de la Unión representado por el H. Comisión Permanente y para ello se llama con energía y autoridad al secretario de Hacienda, Ernesto Cordero para exigirle explicaciones ante los hechos consumados.

Horas y horas de simulaciones, largos minutos de cavilaciones; interminables tiempos de reflexión en la Tribuna más Alta de la Patria para repetir las terquedades de un lado y las inconformidades de otro.

Y a fin de cuentas todo se queda como estaba. Cordero llega arropado con el discutible aval de José Ángel Gurría, quien desde el trono tecnocrático de la OCDE asiente con gravedad paternal y le da un par de palmaditas en la espalda a sus antiguos compañeros de Hacienda, a sus amigos; a sus pares y nos sale con la cosa aquella de lo necesario de una reforma fiscal integral, etc., etc., como si la invención del agua tibia tuviera una patente de su propiedad.

—Yo propuse una vez una reforma fiscal y el PAN me la echó abajo —ha dicho. Y luego propuso el PAN otra y se la echó abajo el PRI o sea, quedamos bien todos con Dios y con el demonio y suspendamos el reparto de las culpas y hagamos de una vez por todas la ya dicha transformación fiscal como si se tratara de ordenar un plato de enchiladas suizas.

Pero mientras eso sucede —o no sucede, como a la larga ocurrirá—, los verdaderos escenarios se reacomodan. Este no es un problema fiscal ni financiero ni económico ni hacendario. Es un asunto político; es parte de la lucha por el futuro en la cual el PRI juega con muchas ventajas. La primera, la debilidad institucional del gobierno, su levedad; su liviandad, su poca potencia argumentativa, su anorexia discursiva.

“Tengo confianza cuando pienso en el futuro de México —nos dijo el presidente Felipe Calderón en su postergado mensaje de año nuevo, expresado la noche de Reyes—. Lo veo de manera positiva porque me alienta conocer el temple de los mexicanos, porque sé que nuestra unidad y solidaridad son más grandes que cualquier desafío, porque sé que en cada uno de nosotros existe la profunda convicción de que el nuestro, es un país destinado a ser grande, a sobresalir, a hacer historia”.

Temple, convicción, confianza, solidaridad, grandeza histórica, son conceptos grandilocuentes en los permisivos campos de la oratoria, pero sin ningún significado en momentos de pérdida del empleo, alza de precios, inflación inminente, desencanto, violencia, sangre y fuego.

“En el año 2010, estoy seguro de que los mexicanos daremos una lección de orgullo, de coraje y de dignidad para encarar los retos que nos ha tocado vivir y tomar las riendas de nuestro propio destino”.

Lo mismo se puede decir del coraje (¿será por tanta gente encorajinada o es un sinónimo de enjundia valerosa?), la dignidad y el orgullo o las riendas de nuestro propio destino, como si ese fuera el problema real de estos momentos.

“No permitamos que visiones pesimistas nos paralicen e impidan alcanzar nuestros ideales. Si queremos escribir nuevas páginas de gloria, como las generaciones de mujeres y hombres que se han ganado ya un lugar en nuestra historia, hagamos a un lado las dudas y los temores. Unidos en lo fundamental, en lo que genuinamente creemos, hagamos de este año, 2010, nuestro momento en la historia, para seguir con el camino trazado por los Padres de la Patria.

“Es hora de unidad y de trabajo”.

Y aquí respetuosamente esta columna pregunta, ¿unidad en torno de quién y trabajo en dónde?

Todo este amplio preámbulo en el cual utilicé las palabras presidenciales no tiene otra finalidad sino probar cómo de antemano resultan inútiles las asistencias de los secretarios de cualquier despacho ejecutivo cuando ya sabemos cuál es el tono general del gobierno. No sirven para nada, son en algunos casos, escapes a la rijosidad política, pero nada van a cambiar. Y si no sirven para cambiar las cosas, las decisiones y los hechos ya ocurridos, entonces no sirven para nada.

OTRO MENSAJE

Después del rapapolvos de Manlio Fabio Beltrones al presidente Felipe Calderón, los reporteros abordaron al gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto a su salida del Teatro Morelos en Toluca donde encabezó las ceremonias del Día de las Enfermera.

Ahí dijo: el gobierno federal está obligado a explicar el alcance de las medidas tomadas para incrementar los precios de los productos elaborados por el sector público.

“Me parece que no es el mejor momento para iniciar las alzas en insumos indispensables y básicos para la población, y ello obliga a que si se ha tomado esa determinación, el gobierno debe dar la cara para explicar las razones de esas decisiones”.

SME

—¿Todavía cree Martín Esparza en la posibilidad de lograr respaldo social a su movimiento después del vandalismo salvaje del pasado miércoles?

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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