No será esta columna quien le pida prestado su título magno a Rosario Castellanos, pero en México, últimamente el mayor oficio de tinieblas es la persistencia negativa de las llamadas izquierdas cuya terquedad infecunda las lleva veces hasta compartir el confesionario con la pía derecha panista..

Si bien por lógica la izquierda tiende a moverse en sentido distinto de la derecha, no es esta simplona geometría el motor de su inconformidad permanente. No, la izquierda se opone a todo por una sencilla razón: después, toda claudicación resulta más rentable.

Por ejemplo.

La semana pasada el presidente electo presentó un conjunto de iniciativas para transformar la administración pública. Una de sus intenciones es fortalecer la política y coordinar la seguridad mediante una Secretaría de Gobernación plena y funcional. No como la de antes, diferente, para un país diferente.

De acuerdo con su tradición de verbalizarlo todo mediante una conceptualización rotunda y directa, de fácil comprensión e impacto sin argumentación, los izquierdistas gritaron a todo pulmón: eso es el “diazordacismo” puro, con sus inevitables componentes de “autoritarismo”, “regresión”, “represión” y demás.

Las palabras malditas, dichas así, como anatema irremediable, resuelven toda discusión por el método más sencillo: la evitan. Y de paso instalan como actitud heroica el rechazo de hoy, sustentado en el ejemplo del pasado (dislocado y fuera de contexto y de tiempo).

Otro caso es el de la iniciativa para crear la Comisión Nacional Anticorrupción cuya existencia misma es declarada inútil desde ahora mediante una profética descalificación de arranque. Leamos:

“El coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa, puso en duda que no haya regresión con el PRI, ya que algunas de las iniciativas para reacomodar el gobierno, opinó, son un “retroceso”.

“… Barbosa dijo que todos quisiéramos que los propósitos de Pedro Joaquín Coldwell, al señalar que no se volverá al pasado con el gobierno priista, sean reales; “resultaran ciertos”.

“Yo quisiera que los propósitos de Pedro Joaquín resultaran reales, resultaran ciertos, pero podemos empezar a dudar de que eso así sea, porque el sentido de las iniciativas para ajustar el perfil del nuevo gobierno no nos provocan satisfacción.

“El tema de devolver a la Secretaría de Gobernación un gran poder de control al incluir bajo su competencia el desahogo de la política policiaca investigadora en contra de la delincuencia del crimen organizado, es un retroceso, dado que estos asuntos hace 18 años tenían otra dimensión y otra complejidad”, destacó.

“Indicó que, sin avalar el desempeño de la Secretaría encabezada por Genaro García Luna, los asuntos del combate al crimen deben estar a cargo de una dependencia especializada.

“Barbosa también criticó la propuesta de Enrique Peña Nieto de crear una Comisión Nacional Anticorrupción, ya que, reclamó, no tiene el perfil de un organismo constitucional autónomo, “se pretende que sea un órgano previsto así en la constitución, pero con una integración decidida por el presidente de la República y no por los órganos del Estado que le permitan tener una autonomía desde su integración”

“Yo diría que la sociedad que va a gobernar este PRI ya no es la misma, ahí no hay regreso. Si el PRI piensa que va a gobernara a la misma sociedad de hace 12, 18 o más años se equivoca, en cuanto al retroceso del priísmo, por eso sí expreso preocupación”.

La facilidad de los argumentos soltados así, al desgaire y bajo el impulso de la tradición oratoria del plantón y la marcha perredista, no permiten detenerse un instante siquiera en los dichos mismos. A ver, ¿el criterio de especialización de la SSP, por cuya invocación niega Barbosa viabilidad al traslado de esas funciones a Gobernación, se demuestra en el caso de Tres Marías, por ejemplo?

Quizás hubiera sido mejor, en términos de operatividad, ver a la izquierda en mejoramiento de las ideas, como se los pidió Emilio Gamboa desde el Senado, y no en la condena prejuiciada de todo y por todo.

A fin de cuentas nada ocurrirá: los cambios se harán, Peña contará con las herramientas requeridas y con el paso del tiempo las izquierdas se beneficiarán del neo-sistema como les ha ocurrido siempre, desde los tiempos del financiamiento subterráneo de sus panfletos, plantones y peticiones, desde… la secretaría de Gobernación.

TERROR

Terror, temor, horror y cualquiera otra rima ominiosa. Eso sintió Arturo Núñez, gobernador electo de Tabasco, cuando le avisaron de la irresponsabilidad del gobernador Granier para endenudar al estado a la manera de Chiapas o Coahuila, por no ir más allá. Al parecer en estos días un mal gobierno siempre termina con una deuda magnífica.

MORELIA

Plugue una lectora michoacana por la publicación de esto:

“…Acaban de rehacer una plaza parte de la zona histórica y monumentos. Autorizaron juegos mecánicos que rompieron la cantera recién instalada. Los muros están “grafitteados” con las iniciales KCS…supongo algún grupo o subgrupo de facinerosos que avisan que esto es territorio de ellos.

“Las autoridades municipales y estatales ya no gobiernan, solo navegan con los que hacen más ruido y de forma más violenta. Los reglamentos y normas se vuelven irrelevantes. Lo que cuenta es la práctica que se impone y el modus operandi.

“Escuelas, estudiantes universitarios, vecinos y conventos (aproximadamente 1, 600 familias) afectadas por unos cuantos comerciantes que «deben» lucrar con los festejos de la Virgen de Guadalupe. Evento que cada vez más se aleja de la tradición, veneración y respeto… Curiosamente la iglesia no dice nada.

“Estamos sofocados con el desorden y la impunidad en esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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