Todos conocemos la historia bíblica escrita por San Mateo: Herodes El Grande, rey de Judea, Galilea, Samaria e Idumea desde el 40 a.C. hasta su muerte en el año 4 D.C., cree las noticias propaladas por los Magos de Oriente en torno del nacimiento del Rey de los Judíos y para evitar la entronización futura del usurpador, pasa a cuchillo de todos los menores de dos años de la comarca.
Ese método de exterminio preventivo ya habría sido usado en Egipto, pero Moisés —con los resultados ya sabidos—se salvó de la degollina y condujo a su pueblo a la Tierra Prometida con todo y su intensa capacidad legislativa.
Este señor Herodes era una cosa así como el Jefe de Jefes de su tiempo, pues para evitar competencias políticas y de cualquier otro tipo, asesinó a su cuñado Aristóbulo; a su esposa Marianne y a sus hijos Antipatro y Alejandro, entre otros muchos. Era, como ahora se dice, una finísima persona.
Enrique Cases, de la red Catholic Net, escribe:
“La muerte rondará a Belén. Los niños asesinados entran en el gozo de Dios sin conocer los sinsabores de la vida; pero sus madres lloran. El pecado de Herodes lleva a esas lágrimas inocentes”.
Esa es una de las más tristes historias de los Evangelios. Las lágrimas de los inocentes cuyo corto tiempo no les permitió el riesgo del pecado, pero tampoco el gozo de la vida. Ni siquiera la oportunidad de correr para escapar de su negro destino. Por eso, anónimos y colectivos, se les ha llevado a la santidad de los altares y nada más se evoca su indeterminado número con el plural de “Santos Inocentes”.
En México, donde también ha habido un notable asesinato masivo de niños sin culpa ni noción del suceso terrible de su muerte en llamas, también tenemos nuestro grupo de inocentes, pero en el caso nacional no son los fallecidos sino quienes los mataron.
Hoy todos los implicados en el caso de la guardería ABC en Hermosillo, Sonora, han sido absueltos por una justicia omisa y venal. Quizá haya responsables etéreos, pero culpables punibles, ninguno, así haya sido detenido (26 de diciembre) el ex director de la unidad municipal de Protección Civil de esa capital, Martín Portillo Lugo.
Pero esta nota del diario El imparcial (26 de diciembre), nos muestra el verdadero rostro del año por terminar. Nadie, nadie queda preso por el asesinato masivo de los niños. Vea usted:
“Por la muerte de 49 niños de la guardería subrogada ABC ya no hay nadie en la cárcel, toda vez que el ex director de la Unidad Municipal de Protección Civil, Roberto Copado y la ex coordinadora de zona de estancias infantiles del IMSS, Irma Crecencia Díaz Gómez, salieron libres bajo fianza.
“Copado Gutiérrez, quien era el responsable de los dictámenes de seguridad de la guardería, salió del Centro de Readaptación Social Uno de esta capital la noche del 24 de diciembre. Un día antes, Díaz Gómez garantizó una fianza de alrededor de 2 millones de pesos que le permitirá enfrentar el proceso judicial desde fuera del reclusorio.
“Se obtuvo información respecto a que con el apoyo de sus compañeros del Departamento de Bomberos, así como familiares, el ex director de Protección Civil Municipal, Roberto Copado Gutiérrez, pudo cubrir la fianza que le permitió salir libre del Cereso. Fuentes del departamento de Bomberos confirmaron que el ex funcionario municipal dejó el penal, y fue recogido por los tragahumo y su familia.
“Copado Gutiérrez estuvo varios meses amparado, hasta que el 18 de diciembre pasado fue detenido por la Procuraduría General de la República (PGR) por su presunta responsabilidad en el incendio de la guardería ABC, al firmar las revisiones sobre los dispositivos de seguridad del inmueble. El pasado 5 de junio la bodega que albergaba a la guardería ABC ardió en llamas, lo que provocó que 49 niños, todos menores de 4 años, murieran. Algunos fallecieron intoxicados, otros quemados.
“A dos semanas de ocurrida la tragedia, Irma Crecencia Díaz Gómez fue arrestada por agentes federales por su presunta responsabilidad en el delito calificado como homicidio culposo. Durante seis meses fue la única persona encarcelada por la tragedia…
“Por otra parte, quienes eran los propietarios de la guardería ABC en el momento de la tragedia, Antonio Salido Suárez, Marcia Matilde Gómez del Campo, Sandra Téllez y Alfonso Escalante Hoffer, nunca han sido arrestados, pues siempre han gozado de amparos. Otros involucrados, como Marcelo Meuchi han estado en el extranjero durante los últimos seis meses”.
Esos son los Santos Inocentes del panismo democrático cuya historia requiere un moderno Flavio Josefo.