Antes de desinflarse como un globo pinchado, la serie de monólogos de la inseguridad, oficialmente conocidos como “Diálogos por la seguridad”, los medios registraron la declaración con la cual el propio presidente Felipe Calderón reventó la posibilidad de tomar en serio tan concurridos afanes.
Mientras en la primera fase del masivo coloquio, cuyo término se anuncia para hoy, el dato estremecedor de los 28 mil cadáveres en las calles fue lo único realmente novedoso y dramático en medio del carrusel de la palabrería, afuera se conocían también las evidencias algunas encuestas sobre la percepción generalizada de peligro e inseguridad como una constante inevitable en la sociedad mexicana.
En ese sentido el Presidente fue interrogado por la influyente y bien informada cadena “Radio Caracol” de Colombia durante los festejos por la llegada al poder de Juan Manuel Santos. Así lo divulgó “Eje central”:
“En declaraciones a Radio Caracol, el mandatario (mexicano) afirmó que desde que el Congreso de EU decidió no renovar la prohibición del uso de rifles de asalto en 2004, la violencia en México “se incrementó notablemente”.
“Aseguró también que es necesario “tomar riesgos” para combatir “la amenaza para nuestros pueblos” que representa el crimen organizado.
“El Presidente apuntó que las amenazas que ha lanzado el narcotráfico no lo afectan. “A mí básicamente me quita el sueño el café y algunos temas de gobierno. Tengo muy buena protección del Estado Mayor Presidencial”, dijo.
“El presidente Felipe Calderón aseguró, en Colombia, que es necesario “tomar riesgos” para combatir al narcotráfico y el crimen organizado”.
Después de eso, quien sabe si por cortesía diplomática, confirmó su intención de aplicar aquí algunas de las experiencias curativas del mismo mal en Colombia.
Sin embargo para muchos fue verdaderamente inoportuno el desliz de la seguridad presidencial. Ya lo sabemos todos, él tiene mil quinientos elementos del Estado Mayor Presidencial para cuidar su seguridad y la de sus familiares y colaboradores.
Pero ningún otro mexicano, ni siquiera el más rico entre otros posee tal ejército para hacerlo el único mexicano seguro de toda seguridad.
En estas condiciones se produce un nuevo error de tacto: el presidente se regodea de la capacidad de fuego del Ejército frente a las bandas de malhechores a quienes —nótese el talante deportivo—, les vence en cada entrenamiento con un marcador de 8 a 1.
Pero finalmente, cuando todo en México se convierte en un asunto de política, el curso de los diálogos se mira interrumpido en su utilidad cuando las cosas se vuelven un tiroteo entre el PAN DE Fox y el de Calderón.
Por primera vez el Ejecutivo no lanza las culpas de la historia al Partido Revolucionario Institucional sino al adalid de la alternancia, el panista Vicente Fox a quien le dice severo:
“Si la lucha contra la delincuencia organizada hubiera iniciado cuatro o cinco años antes, el país estaría hoy en una mejor situación.
“Una ventaja es que empezamos a atacar el problema antes de lo que lo hicieron otros países, quizá mucho después de lo que a mí me hubiera gustado, la verdad. [Pero] si este problema se hubiera tocado cuatro o cinco años antes, estaríamos en una situación mucho mejor”.
Como todos recordamos (en medio de los barruntos de expulsión de Manuel Espino del PAN) Vicente Fox le metió severo estacazo a Calderón:
“El lunes pasado (online), el ex presidente Vicente Fox dijo que durante su sexenio no se vivían los niveles de violencia que se expresan hoy, y propuso legalizar la producción, distribución y venta de drogas como una forma de golpear a los cárteles y abatir los índices de criminalidad.
“También urgió el retiro del Ejército de las labores de seguridad pública, pues dijo que la imagen de las Fuerzas Armadas se está deteriorando y se les está exponiendo a que cometan violaciones a los derechos humanos al realizar una tarea que, según él, no les manda la Constitución”.
Tanto y tanto ruido para acabar los diálogos por la seguridad en un pleito interno de panistas.
VIRGINIA
Humanitaria, comprometida e infatigable Virginia Sendel prosigue su persistente labor en la atención y cuidado de los niños quemados. Hace unas horas fue inaugurado el pabellón especializado en este tipo de terapia y al reconocer el trabajo de la señora Sendel, Marcelo Ebrard dijo:
“Por lo pronto, aquí se podrá atender, quizá, más de dos mil 500 niñas y niños al año. Quizá en algunos casos, todavía vamos a tener que mandarlos al exterior, pero cada vez van a ser menos, por que lo que aquí estamos generando no es sólo la capacidad física, los equipos que necesitas, sino lo que me interesa muchísimo es el personal especializado y el conocimiento para una red hospitalaria, de 30 hospitales y de 220 clínicas en la ciudad, más las unidades móviles que ha puesto en marcha la Secretaría de Salud, a cargo del doctor Ahued”.
Y pronto el presidente Felipe Calderón va a inaugurar el Centro Nacional de Quemados, instalación única en el país edificada a golpes de heroísmo civil por la insistente señora Sendel. ¿Mexicana con iniciativa? No, mexicana con una obra ejemplar; una labor cumplida, pero no concluida.