Maitti tiene 38 años, es un haitiano originario de Gonaives. Relata que lleva tres meses en México luego de haber llegado el 16 de diciembre de 2022 a Chiapas, donde solo estuvo dos días, pero al ver que no había intención de las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) por acelerar los trámites para conseguir la documentación de estancia temporal, y con las aglomeraciones de cientos de personas de distintos países que aguardaban para ser atendidos en las oficinas de esa dependencia donde se registran retrasos por semanas para adquirir ese documento, señaló que él junto con su esposa, una hija de 7 años y varios de sus connacionales emprendieron la travesía rumbo a la Ciudad de México haciendo escala en varias comunidades de Oaxaca, Veracruz y Puebla.
Este joven haitiano desconoce que el inicio de su travesía lo ha llevado por ahora a recorrer 833 kilómetros desde Chiapas hasta la Plaza Giordano, en la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México, y optimista asegura que llegará con su familia a Estados Unidos.
“Tardamos varios meses en llegar acá, ya que para ahorrar lo poco que traemos de dinero para comprar agua y comida hicimos paradas obligadas en algunos pueblos de Veracruz. Somos 22 personas, entre camaradas que vienen con sus mujeres e hijos y para no lanzarnos a lo loco conseguimos algunos trabajos lavando carros, barriendo calles y cargando verdura y fruta para un mercado”, señala este joven haitiano que dice haber salido de su país debido a la violencia que hay en varias regiones.
–¿A qué te dedicabas en tu pueblo?
–Trabajaba como albañil, pero hacía trabajos de lo que fuera, de plomero, de repartidor, de peluquero y también en un local en la venta de pan”.
–¿Su travesía desde Chiapas hasta llegar acá como ha sido, los han tratado bien?
–La gente nos ayuda porque saben que no venimos en plan criminal, tenemos familia y nuestra intención es mejorar y si no se puede que nos quedemos en México nuestra meta es llegar a Estados Unidos si Dios quiere”.
–¿En los pueblos que han cruzado para llegar a la Ciudad de México les ayudaron o consiguieron algún trabajo?
–Estuvimos en Coatzacoalcos, en Veracruz, donde l clima es parecido al de mi tierra, ahí trabajé como cargador de verdura y fruta para un mercado. Al menos aseguraba la comida para mi esposa e hija y lo compartíamos con los otros camaradas y sus familias que también trabajaban en lo que fuera para ganar plata. Estuvimos caso un mes en ese lugar pero llegó gente de migración y nos pedían papeles, por lo que para evitar problemas nos movimos y agarramos rumbo hacia Tuxtepec, en Oaxaca. Allí llegamos por un raide que nos dio un trailero”.
–¿Con la gente de migración no trataron de ver lo de sus papeles de estancia temporal en el país?
–Nos querían regresar a Chiapas, que sólo ahí se tramita ese papel, según dijeron y que al otro día pasarían por nosotros en camionetas. Pero nos fuimos esa misma tarde, llegamos a una gasolinería y le dijimos a un camionero que cuanto nos cobraba por llevarnos a México, pero nos dijo que llegaba a Tuxtepec, cerca de entrar a Puebla, que ahí nos podía dejar, nos llevo y el compa no nos cobró nada. Fue un ángel que nos llegó del cielo.
–¿En esa parte de Oaxaca que hicieron?
–Trabajos de lo que fuera, ya que nos agarraron lluvias fuertes y las casitas de campaña que traemos todas escurrían de lo mojado. Una señora que vio que somos pocos y que vienen niños con nosotros nos dejó quedar en un terreno donde había vacas, tenía su techo y al menos evitábamos la lluvia. Aquí nos quedamos poco más de mes y medio, ya que conseguimos trabajo, cosas sencillas pero aseguramos la comida y conseguimos unos cuartos donde podíamos estar.
–¿Qué hicieron después de mes y medio en ese lugar?
–Nos decididos a seguir para tratar de llegar aquí (en la CDMX), pasamos varios pueblos de Puebla, pero como si eran rutas largas por carretera tardamos algo, ya que camioneros o de los mismo autobuses no querían llevarnos porque no tenemos papeles y decían que los podríamos meter en problemas. Finalmente con aventones, como dicen acá, fue que llegamos a la terminal de la Tapo, donde preguntamos para llegar a las oficinas de migración.
–¿Ya iniciaron su trámite?
–Tenemos dos semanas aquí, solo nos dicen que esperemos, que nos van a atender según una tarjeta con folio y cuando nos llegue el turno se hará el papeleo, pero para eso hay que ir todos los días temprano y preguntar si ya nos toca turno, pero no hay nada claro. Si vemos que en unas dos semanas más no hay avance emprenderemos camino hacia Estados Unidos”, comentó este haitiano mientras realizaba un corte de pelo a unos de sus connacionales.