Los adversarios panistas del alcalde Jesús Vizcarra exhumaron una fotografía de hace veinte años, en la cual el munícipe de hoy aparece en una reunión, cerca del Mayo Zambada. Interesante es la forma como ha respondido el alcalde de Culiacán y aspirante a la candidatura para el gobierno de Sinaloa, Jesús Vizcarra.
Sus adversarios panistas exhumaron una fotografía de hace veinte años, en la cual el munícipe de hoy aparece en una reunión, cerca del Mayo Zambada.
Las inferencias son obvias. La intención también: desacreditar al PRI en Sinaloa, golpear por debajo del cinturón y darle título de validez probatoria a algo cuyo entorno nada prueba. Exactamente así algunos medios publicaron una foto de campaña de Raúl Ojeda, en la cual de punta a punta de un presidium estaban Andrés Manuel López Obrador y Carlos Ahumada.
Alguna vez amigos de Miguel Ángel Yunes contrataron a unas “locas” del carnaval para sentárselas en La Parroquia de Veracruz al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.
Son pruebas de nada, pero lodo fácil.
Por eso llama la atención la carta de respuesta:
“A la opinión pública:
“El día de hoy aparece publicada en el periódico Reforma, de circulación nacional, una nota donde se me relaciona ‘con aspectos de narcopolítica’. Ante tales especulaciones quiero mencionar que:
“Hace una década decidí dedicar mi vida al servicio de los demás por ser un inconforme con la situación de nuestro país, y porque estoy convencido de que las cosas las podemos cambiar los ciudadanos; pero nunca imaginé el tamaño de los intereses a los que hay que enfrentarse ante este tipo de circunstancias.
“He dedicado mi vida al trabajo honesto y productivo, a nivel nacional y al servicio de nuestro querido estado, como es del conocimiento de la comunidad. Mi esfuerzo lo he orientado a la creación de empleos, a la inversión productiva y a la realización de obras en beneficio de los sinaloenses.
“El tema al que se refiere la nota del día de hoy no es un asunto nuevo, ya había aparecido en ocasiones anteriores, con motivo de dos elecciones, para diputado federal y presidente municipal, las cuales gané de manera contundente.
“Sin embargo, consciente de la responsabilidad y el respeto que les debo a los culiacanenses y del impacto que estas notas podrían causar a mi familia y a la ciudadanía, así como evitar que una vez más se deteriore la imagen de quienes habitamos y trabajamos de manera honesta todos los días en el estado, he solicitado una audiencia con el procurador general de la República para que este asunto, que se ha ventilado ante la opinión pública, se someta al escrutinio de la autoridad, y sean ellos quienes definan si a lo largo de mi vida he cometido algún ilícito.
“Esta campaña no me distraerá de mis obligaciones como presidente municipal de Culiacán y continuaré trabajando, junto con la ciudadanía, por la gran transformación de Culiacán”.
“…He solicitado una audiencia con el procurador general de la República para que este asunto, que se ha ventilado ante la opinión pública se someta al escrutinio de la autoridad.”
Ese sano razonamiento debería ser seguido por todos quienes han sido recientemente difamados y calumniados, sin consecuencias de ninguna especie por los medios convertidos en tribunales.
HERMOSILLO
Han llegado a Sonora cinco especialistas del departamento de Bomberos de San Diego a hurgar entre las cenizas de la guardería ABC de Hermosillo, en busca de los detalles de la horrible conflagración cuyo saldo fue la muerte de 49 niños de muy tierna edad.
—¿De verdad quieren saber?
No se necesitan investigaciones. Todo mundo sabe la razón de ese incendio. Los detalles técnicos no tienen ahora ninguna importancia, pues su conocimiento únicamente serviría para evitar futuras circunstancias físicas iguales, pero no fueron ellas las causantes de la desgracia.
Fueron el influyentismo, el compadrazgo; el salto de altura sobre reglamentos, ordenamientos, normatividades y hasta del sentido común. Intervino como un factor esencial la subrogación de los servicios del Seguro Social, cuya naturaleza es convertir una garantía en un negocio particular.
Todos sabemos cuál fue la razón de ese incendio: el incumplimiento de todas las previsiones habidas y por haber para permitir un negocio de señoras de la clase privilegiada de Hermosillo, de la “gente bonita” de las familias de apellidos importantes. Pero a todos esos se les puede hoy gritar a la cara la palabra precisa: Asesinos.
No importa durante cuánto tiempo gocen de la protección política ni tengan la impunidad garantizada. Eso no les quita a las señoras dueñas y administradoras de la guardería la condición homicida (involuntaria, pero culposa).
A ellas y a quienes lo permitieron debiendo haberlo impedido y a quienes al saberlo todo omitieron su obligación de castigar a los y las responsables. ¿Investigar? No tiene sentido seis meses después.