“Sostiene Moreira”, habría dicho el genial escritor italiano Antonio Tabucchi si la vida le hubiera dado oportunidad de escribir esta historia de crueldad y sevicia frente a la cual palidece “La cabeza perdida de Damasceno Monteiro”.
Humberto Moreira, a quien la política le tendió un emboscada mediática para hacerlo ver como el causante histórico de todos los problemas de Coahuila cuando sus conciudadanos le dieron no sólo su aplauso sino hasta el derecho de imponer la candidatura de su hermano e impulsar su posterior triunfo electoral, abre los espacios de su duelo y comienza a develar una historia macabra de complicidades narcoempresariales por la cual muchos comienzan a preparar la defensa en los medios mediante la más ruin de las acusaciones: está utilizando la muerte de su hijo para establecer su defensa política.
Moreira ha hablado y ha prometido seguir adelante quizá en cumplimiento de aquellas sus primeras palabras cuando fue asesinado José Eduardo: he aguantado todo, esto no lo voy a aguantar. Aquí no se sabe si se refería a su propia resistencia ante la dureza del golpe o su reacción ante un hecho de naturaleza política. Sus palabras de estos días –especialmente las publicadas en la notable entrevista de Ricardo Mendoza en “Vanguardia”–, apuntan a lo segundo:
–Se acaba de dar a conocer la información de la muerte de Heriberto Lazcano ¿Qué significa para usted?
–En esta situación trágica y dolorosa, uno lo que busca es justicia y no venganza, y yo confío en que las autoridades federales y estatales vayan deteniendo no solamente a quien mató a mi hijo, lo dije claramente porque así lo creo; en el momento de más dolor se sale del corazón lo que tú sientes, y lo que yo creo es que es uno de muchos muertos que ha habido en este proceso de guerra que ha vivido el País; obviamente a mí me duele muchísimo el mío, pero me duelen todos también. Se han muerto muchos mexicanos de manera trágica.
Me ponía a pensar cuando estaba en estos días, sin poder levantarme, y le preguntaba a Dios por qué me pasó esto, y también me respondía: “¡Cuántos padres o madres de familia ni siquiera han visto el cuerpo de sus hijos porque los han desaparecido!” ¿Qué representa esto? es parte de lo que tiene que estar haciendo el Gobierno Federal, Estatal, los municipales también.
–Sin embargo el principal acusado, el “Z-40”, está libre…
–Es responsabilidad del Gobierno detenerlo. Yo confío en que lo van a hacer, pero no nada más a él, sino que se haga una investigación de aquellos personajes, muchos que… forman parte de la sociedad y son hasta reconocidos algunos y que tienen relaciones financieras con ellos o que han hecho sus fortunas a través de vincularse con ellos, por consiguiente son co-responsables de la muerte de mi hijo y de los 80 mil o 100 mil… -ya ves que las cifras no se sabe cuál es, hasta 150 mil manejan-, finalmente de los miles de muertos de esta guerra.
“Esos personajes que yo sé que tienen relación financiera con ellos, y si tienen relación financiera es que les permite a ellos comprar armas, y si les permite comprar armas les permite matar gente. Entonces pues tan culpable es el que ejecuta esas cosas, son los narcotraficantes, como esas personas que tienen vínculos de tipo financiero y que están en la sociedad, dentro de la sociedad.
“Gente que se hace pasar como “bien” y que asume posiciones luego de autodefensa para no ser descubiertos. Mira, cuando te pasa algo como lo mío, ya las aspiraciones políticas, esas cosas, quedan en un quinto plano, pasan a un tema no relevante para uno; lo que quiero es que se haga justicia, como todos los padres, no nada más a mi hijo, que quede bien claro, de todos.
“Sería el inicio para que busquen en cada estado ¿quiénes han tenido relaciones con ellos? y es gente que, insisto, asumen posiciones críticas luego hacia al Gobierno para poder tener una protección viéndose como “demócratas”, como “opinólogos”… es gente de lo peor.
“Personajes de la “sociedad” que han pasado de tener un mediano ingreso a ser ahora muy ricos y además no lo esconden… esto ha permeado en círculos sociales…
–Se dice que usted dejó crecer al crimen organizado en Coahuila…
“…Lo dicen los “opinólogos” que, sin saber, siempre hablan y a quienes yo les deseo como hombre creyente, que Dios los perdone. A ver ¿qué fue lo que hice yo? Hablé con el general (Guillermo) Galván, en quien yo confío, el Secretario de la Defensa Nacional, yo confío en él y en su momento le dije:
“–A ver General… Écheme la mano, ayúdeme”, es un tema que en esos momentos era federal, pero que además yo sí quiero ayudar, y me hizo favor de proponerme militares, casi todos ellos retirados, para que nos ayudaran a enfrentar este problema; es decir, gente que ha estado formada en el Ejército y que tiene el valor, los conocimientos, las agallas, las habilidades para poderse hacer cargo de esto”.
Ojalá Moreira hable. No ante los medios, pero sí ante quien debe hablar. A la fácil invención de la “narcopolítica”; el ex gobernador opone la “narco-empresa y la narco sociedad”.
¿Quién tirará la primera piedra?