Un texto de Arturo Ramos y Emiliano Medina
México se hace bolas con la migración y el fin del Título 42 en los Estados Unidos. El gobierno federal de la 4T decidió no dar más permisos de tránsito por el territorio a partir de este viernes, una decisión de Migración ante las oleadas de migrantes que suponen que el fin del Título 42 estadunidense (deportación inmediata para evitar contegios de COVID-29) implica mayores facilidades para ser admitido en Estados Unidos.
Este viernes, autobuses contratados por la Secretaria de Gobernación trasladaron a mil migrantes que se encontraban acampando en el bosque de Tláhuac, a un costado del albergue habilitado por las autoridades capitalinas, sin que el INM o Segob dieran información precisa sobre el destino de estas personas. Se rumora que las esparcirán por ciudades que tienen oficinas de Migración o de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados. Qué se hará con ellos llegando a ese destino, nadie tiene una idea clara.
Activistas en defensa de migrantes hicieron un llamado a la jefa de gobierno capitalino, así como al secretario de Gobernación Adán Augusto López y al canciller Marcelo Ebrard para que dieran información sobre el destino de más de mil migrantes desalojados este viernes del punto “la Marquesita”, en Tláhuac. El albergue oficial, en el que sólo cabían 150 personas y les ofrecía cobijo bajo techo, parece seguir funcionando.
Farida, de la Fundación Humanos Libres, tenía que ir el domingo a Tláhuac a dar cursos a los cientos de niños que estaban allí. «Muchos ya gradecitos no saben tomar un lapiz», indica, «es dramático y ahora sólo me indicaron que se cierra el albergue». Ella es venezolana, fugada de las locuras de Maduro y hoy convencida de que puede llevar un poco de alegría a los pequeños haitianos que no han tenido un domicilio fijo en toda su vida. Farida se presentó en la Plaza Giordano Bruno, en la Colonia Juárez, porque intuyó que allí regresarían muchos antillanos expulsados de Tláhuac. En efecto, allí estaban ya decenas, reinstalando las casas de campaña.
El Gobierno de la República, a través del Instituto Nacional de Migración, durante las últimas ocho semanas, apostó a contener las caravanas de migrantes provenientes de Tapachula concediendoles permisos de tránsito. Ya con ese documento en la mano, el migrante tendía a avanzar sólo hacia la frontera norte. Lo mismo pasaba en los albergues en la Ciudad de México, en Tláhuac y en la Colonia Juárez: a cambio del permiso de tránsito, los migrantes aceptaban no invadir calles y plazas públicas con sus tiendas de campaña.
Pero ahora, con la decisión de no dar más permisos de tránsito, el gobierno mexicano se queda ya sin nada que ofrecer a cambio de que los movimientos migrantes por territorio nacional sean lo más discretod posible.
Ese pacto tronó junto al fin del Título 42 estadunidenses: La Pequeña Haití, campamento callejero en la Plaza Giordano Bruno, Colonia Juárez de la Alcaldía Cuauhtémoc, ha reaparecido por enésima vez luego de que había sido borrada del mapa tres veces hasta ahora.
Y el mega campamento de Tláhuac está siendo removido, mitad porque las autoridades intentan mover a los haitianos a otros puntos del país, mitad porque los propios haitianos saben que ya no tienen nada que esperar en ese lejano punto, a mitad del bosque, y regresan a la Colonia Juárez.
Allí, nuevamente, son convocados trabajadores de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social capitalina, de migración y la ya mencionada Farida. Sólo saben que les esperan jornadas largas por delante. ¿Algunas pauta proveniente de la estrategia gubernamental? No parece exitir nada semejante, así que se alistan a pasar las horas en acompañamiento de los haitianos que, ya sin nada que hacer en aquel bosque lejano de Tláhuac, han vuelto a ser visibles.