En las últimas semanas hemos visto a un hombre desesperado. Se llama Gustavo Madero y su caso tiene muchas aristas interesantes para el análisis no sólo político sino conductual. Después de ver su comportamiento hay una sola pregunta: ¿calcula Madero la trascendencia de sus actos?
El punto de quiebre en la vida política de Don Gustavo fue, obviamente, la derrota apabullante de su partido en las elecciones presidenciales. Afines o no, él y Felipe Calderón comparten las amargura de esa catástrofe. Lo admitan o no.
Los primeros pasos de Madero en el aferramiento a su cargo fueron en un sentido auto crítico. Reconoció la falsedad de una militancia abundante y poderosa (si hubiera existido no habrían perdido de esa manera) y mientras lamía las heridas convocaba a una extravagante comisión reflexiva cuyas conclusiones fueron inútiles y autocompasivas.
Sin embargo Acción Nacional generó dos líneas de aplicación política: la primera, refugiarse en la importancia de su pasado,. La plusvalía de su pasado, como decía un profesional de la nostalgia.
La cantaleta de cómo le ayudaron a México en el desarrollo de la democracia, cómo construyeron instituciones (el IFAI, la Comisión del Bicentenario; alguna bagatela menor y pare de contar) ocupó nuevamente el fraseo de sus discursos. Y junto con eso desempolvaron el manido rollo del autoritarismo priista; la restauración del presidencialismo mayestático y la suciedad electoral.
En este sentido –en su mejor momento–, distribuyó materiales comprometedores para el PRI veracruzano, puso a temblar a la secretaria de Desarrollo Social y logró hacerle un agregado al pacto, cuya existencia y maleabilidad significa en los hechos la negación plena del autoritarismo. Y ahí Madero ha tenido una silla importante no solo como integrante sino como presidente de su consejo rector.
Tan importante fue su actuación en el Pacto desde donde podía hacer política a favor de viejas demandas y tesis de su partido, como para enfurecer al rencoroso Calderón quien le envió a sus validos en el senado para hacerle la guerra y sabotear con iniciativas propias los avances del Pacto.
De ahí surgió toda la guerra de Reforma y Madrid.
Envalentonado y quizá “contagiado por la presidencia poderosa”, le soltó un soplamocos a Ernesto Cordero quien respondió echando mano a sus fierros y a los demás del club michoacano y le cambió los estatutos de control de la bancada en un golpe de mano cuya solución aún no se conoce y en medio de un escándalo por la munificencia en el dispendio de los recursos destinados a cada legislador azul.
Casi medio millón de pesos per cápita sin justificación alguna.
Y en esas condiciones se acerca el proceso electoral del próximo domingo y Madero se va de bruces con un falso secuestro, el del candidato a regidor de Boca del Río, usado por el presidente del PAN para embestir a medio mundo, culpar al presidente de la República de un clima inexistente (no todo cuanto ocurre en tiempo electoral es de naturaleza electoral) y dar palos de ciego mientras dice y repite cómo el PRI lo tien hasta la madre.
Pues hasta donde lo tendrán ahora las “voladas” de Yunes y el secuestro imaginario.
“En conferencia de prensa—decía la información–, el líder nacional del PAN acusó que Carlos Valenzuela fue “levantado” de su casa y que se desconocía su paradero; mientras que Yunes Márquez acusó y exigió al gobernador Javier Duarte liberar “inmediatamente a nuestro compañero con vida y su integridad física intacta…
“…dijo que el Presidente Enrique Peña Nieto “también es culpable” del clima de violencia que impera en los estados con elección, pues no hace nada para detener los actos de mapachería”.
En estas condiciones, más allá del ridículo, Acción Nacional incurre en una conducta peligrosa. Pero rentable, dirán algunos.
Eso de auto secuestrarse o hacerse el secuestrado a veces tiene rendimientos políticos, lo cual quizá en este caso no guarde ninguna importancia: se trata de un cargo muy escuálido: regidor del ayuntamiento de Boca del Río. O sea, nada.
Quizá por eso el afectado no quiso ratificar la denuncia de hechos en la Procuraduría de Veracruz. Pero la actitud de Madero es riesgosa. Mentir de esa manera no solo lo exhibe ante el Ministerio Público, sino lo empobrece. En medio del desaire de sus senadores, atropellado por sus propias contradicciones entre la condena al autoritarismo y el disfrute de un pacto político al cual le debe el escaso oxígeno de su respiración actual, Madero se pone a bailar el oso sin recato.
Y ¿cuál es el objeto de todo esto? Al parecer (y lo veremos el lunes) ninguno.
No debería preocuparse por Veracruz, debería perder el sueño por Baja California. Su obsesión contra Javier Duarte, alimentada por Yunes no lo ha llevado a ninguna parte.
FONATUR FELIZ
Ante el presidente Enrique Peña Nieto, la secretaria de Turismo anunció que la empresa Apple Leisure Group, invertirá 600 millones y medio de dólares en seis proyectos turísticos en Jalisco, Quintana Roo y Baja California Sur durante el segundo semestre de 2013. En esos centros Héctor Gómez Barraza, Director General de Fonatur, es responsable de impulsar los ejes rectores del desarrollo turístico.
El beneficio social se reflejará, en la generación de más de cuatro mil empleos y derramará 356 millones de dólares en su primer año de operación. Como quien dice, cualquier baba de perico, ¿no?