No lo podríamos comparar con Demóstenes. Le queda mejor Mario Moreno. La elocuencia del merolico no logra comunicación; genera confusión y aturdimiento palabrero en el cual quien habla termina por no decir nada y quien escucha por no entender nada.
Ese es el método oratorio del doctor López Gatell cuya abrumadora presencia cotidiana no corre parejas con la utilidad fe sus prolongados discursos en las conferencias oficiales a las cuales se deben agregar las entrevistas con noticiario radiofónicos, cuyos aportes son invariables: esto va para largo.
En un estilo muy propio de la burocracia, el inútil Consejo de Salubridad General, bajo la presidencia del fantasmal y pacato secretario de Salud, don Jorge Alcocer, ha dejado su capacidad de organización de lado y lo ha puesto todo en manos de una subsecretaría cuyo logro mayor, hasta ahora ha sido reventar internamente la Secretaría de Salud hasta con la renuncia de la otra subsecretaria, Asa Cristina Laurell.
En esas condiciones el control de la epidemia ha dejado su lugar al relato del control de las cifras sobre la epidemia. No se habla de asuntos terapéuticos ni clínicos, se pierden las disertaciones en láminas y trazos de curvas de colores.
Ni las gráficas sirven para algo, ni los datos en ellas contenidos son ciertos o definitivos. Todo se expone con retraso y todo se contabiliza en medio de un ir y venir de procedimientos y métodos a contentillo de la mejor imagen de un gobierno cuyo resultado es desastroso: la epidemia no ha bajado y las palabras alegres de su doma y disminución, son tan falsas como la amistad del presidente y Donald Trump.
Este es un ejemplo simple, escogido entre otros muchos de cada día:
“…considerando los casos todavía en estado de sospechosos, y esto también, simplemente esto lo pondremos por algunos pocos días para mostrar la consistencia de las dos grandes señales de la vigilancia epidemiológica: la que depende de pruebas y la que no necesita esperar el resultado de las pruebas, que desde luego es el primer frente de la vigilancia de esta enfermedad…”
A ver, las dos grandes señales de la vigilancia epidemiológica son las pruebas y las no pruebas.
“…la que depende de pruebas y la que no necesita esperar el resultado de las pruebas… “
–¿Tiene esto alguna lógica o es nada más la palabrería comprometida ofrecer una interminable perorata cotidiana para aturdir en lugar de informar?
–¿Por qué el presidente le tiene tantas consideraciones a este oscuro epidemiólogo? Sencillamente porque ha repetido el discurso anti neoliberal.
Ahora todo se agrava por la comida chatarra. ¿Y en Italia, y en España y en Estados Unidos?, además porque es preferible la crítica a López-Gatell y no a López Obrador.
Es como un presidente de Estados Unidos (Roosevelt) cuando le dijeron, Somoza es un “son of a bitch”.
Y respondió, si, pero es nuestro“son of a bitch…”
–López Gatell es un desastre…
–Si, pero es mi desastre…
Pero mientras las cosas se quieren controlar con semáforos de capricho e inutilidad, cuando se definen y abandonan al minuto los “Municipios de la esperanza”, cuando la liberalización de las actividades y la circulación de personas y vehículos se decide por sorteos ridículos, el número de muertes sube y sube.
Sin contar los registros imposibles, pero cuyo cálculo haría pensar en una cifra quizá duplicada, llevamos treinta mil cadáveres. Y se nos había dicho del “aplanamiento” de la gráfica, para el mes de mayo.
Y quizá no mintieron, pero omitieron el año. Si mayo de 2022, posiblemente.
Mientras tanto en Oaxaca se firma un convenio con el Insabi (sí, si existe, de veras), por el cual se amplia, entre otras cosas, el hospital de Especialidades de Juchitán, de 25 a 42 camas para la atención de pacientes del Covid 19.
También se anuncia la incorporación de 450 médicos y el fortalecimiento de 500 centros de salud para la atención especialmente de mujeres.
En este esfuerzo es notable la actividad de la senadora Susana Harp, quien realiza una campaña no solo de atención hospitalaria sino de persuasión social para convencer de las bondades y necesidad del confinamiento como medida de prevención ante el virus.
SEGUNDO
El segundo estate quieto de Trump en la visita de Amlo. El primero la Casa Blair. El segundo, la inspección del muro y el alarde de su avance maravilloso.
Y luego la zanahoria; Amlo es un tipo sensacional, es mi amigo.