Por diferentes causas, a veces hasta con la huella terrible de la sangre, los medios de comunicación (inevitables componentes del juego democrático contemporáneo) se ven envueltos en las disputas por el poder. Aquí o en Francia.
Allá el caso del satírico y burlón “Charlie Hebdó” y aquí los amagos contra un conductor de televisión, Joaquín López Dóriga a quien “nietzechianamente” el PRD llama “El anticristo”.
–¡Ay!, no mames, diría cualquiera de mis antiguos vecinos de Atlampa.
Hay muchas cosas extrañamente relacionadas tanto aquí como fuera de México con los medios y el poder. El poder o los poderes, los instituidos, los reconocidos, los jurídicamente colocados en la vida de los países o bien los reales, los poderes fácticos.
Yo comenzaría por lo ocurrido en Francia, esto de Charlie Hebdo, esta especie de excomunión musulmana y después el asesinato de una decena de periodistas como culminación de ataques y de críticas y de actos de censura y de réplicas airadas asentadas en aparentes dolores religiosos y acusaciones de blasfemia y todo lo demás. Terminaron como ya sabemos.
Pero después vimos un espectáculo inusitado, el Estado en donde nacieron los conceptos iniciales, originarios de la actual forma de enunciar los Derechos Humanos, como herencia de la Revolución Francesa y la declaración de los derechos del hombre y por supuesto lo que hizo René Cassin y todo lo demás hasta desembocar en la noción moderna de los Derechos Humanos.
Pues bien, vimos al Estado francés desarrollar la potencia de 80 mil agentes persiguiendo a un grupo extremista, hasta matarlos. Se acabó.
O como se dice allá, c’est fini, fini .
Vendrán otros episodios como lo dijo “Monsieur” Hollande: «esto no se ha terminado porque no fueron estos los únicos agitadores del agua roja de la intolerancia», como tampoco ha terminado la corriente de Charlie Hebdo en constante ironía contra un símbolo religioso, como no lo hace con ninguna otra religión del mundo.
Ahí estamos viendo un enfrentamiento entre derechos. EL derecho a criticar y el “derecho” a castigar al blasfemo. El extremo del asesinato terrorista.
Aquí en México yo o sé si el partido de la Revolución Democrática ya tendrá su “Joaquín Hebdo” y vayan también a ir en contra del “Anticristo”. Aquellos fueron acusados de ser “Antimahoma”.
Ahora nuestro amigo López Dóriga es el “Anticristo”. No sé si tenga relación una cosa con la otra, no lo espero. Mas –por lo pronto– me parece absolutamente ridículo el comportamiento del Partido de la Revolución Democrática.
También nos debería preocupar el éxodo de los jefes delegacionales. Si sólo se fueran los 14 del PRD sería una especie de instrucción en bloque, pero los otros dos, Cuajimalpa y Benito Juárez, se van a la cargada legislativa.
Solamente faltan 24, ya son 16. ¿Diez y seis para 40? Solo faltan 24 y Ali Babá para convertir de nuevo el Poder Legislativo en la cueva de los ladrones porque si estos señores, delegados o jefes delegacionales van a ir en el voto basados en la confianza motivada por sus acciones públicas, pues yo no sé, excepto si a golpes de despensa y spots puedan ganar unas elecciones en las cuales no haya nada por elegir.
Pero ya metidos en este asunto de lo electoral, los jefes delegacionales se convierten en candidatos al Congreso en víspera de una reforma –al menos en el DF— con carácter constituyente. Vamos a ver si esto se puede constituir en algo más allá de la trácala, el negocio, la concesión o la camioneta “prestada”, vamos a ver de qué tamaño son, bueno, no lo vamos a ver, ya lo sabemos, pero lo vamos a comprobar.
Pero estamos viendo además, cómo la autoridad electoral participa también de esta confusión con los medios.
¿En cual cabeza caben 11 millones de spots?
Once millones de mentiras, 11 millones de patrañas obligatoriamente metidas en la radio y la TV comerciales, en contra de los intereses legítimos de una industria ¿por qué?
¿Con qué derecho la autoridad electoral confisca la actividad radiofónica? ¿Por qué?
Pues por una razón, como dijo el gallego, pues porque se puede.
Y se puede por una ley hecha a la trompa talega y de la cual hubo advertencias previas y ellos (los legisladores) dejaron en manos del Instituto Electoral, esto confiscar el espacio y distribuirlo supuestamente para favorecer la equidad entre los partidos y por favorecer, entre comillas, “la equidad” entre partidos, mientras desfavorecen el legítimo derecho de una industria de generar ganancias, utilidades, empleos y todo cuanto existe en torno de esa industria.
Tampoco es para después llamar a los preriodistas de radio y TV (como este servidor) “Radio Hebdo» ¿verdad?
Y nos digan herejes o cismáticos o “Anticristos” o blasfemos en contra de las barbas del profeta.
No somos ni eso ni somos nada parecido, pero no es posible frivolizar la política con esta costumbre del “spot”. Los “golpes” o impactos están hechos para vender jabón, para vender productos comerciales, son mecanismos de la mercadotecnia no del pensamiento político.
La política debería hacerse a base de reflexión, no de insistencia, no de machacarte y decir «queremos 400 impactos diarios para hablar contra el “Anticristo…». ¿Para eso quieren el tiempo?, ¿para eso quieren los impactos de una publicidad mercadológica mal adaptada a un lenguaje político desconocido por la mayoría de los partidos?
Esa penuria ideológica hoy hace de los partidos instituciones despreciadas por la gente.
Y la palabra desprecio es poca, porque en algunos casos la palabra partido le genera al público el mismo efecto de la nuez moscada ¿Usted sabe cuál es el efecto de la nuez moscada?
Es un vomitivo muy eficaz.
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El grupo MVS envió un comunicado en el cual anuncia su reacción jurídica contra una resolución del Instituto Federal de Telecomunicaciones por la cual, se le sanciona debido a la concentración cometida en su alianza administrativa con Teléfonos de México.
“El día de ayer el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), notificó a DISH México su resolución sobre la supuesta concentración entre Teléfonos de México y esta empresa.
“En dicha resolución las autoridades del IFT, impone una multa a DISH México por 43 millones de pesos al considerar que las partes no notificaron previamente a la autoridad de una serie de contratos que a su juicio, constituyen una concentración. La multa, se impone a pesar que el IFT determinó que la supuesta concentración no ocasionó daño alguno al mercado…
“…DISH México sostiene que no existe concentración alguna con Teléfonos de México y que dicha sanción, es injustificada. TELMEX nunca ha participado en la operación, administración o conducción de DISH México, por lo que sorprende la conclusión a la que arriba el IFT…
“…La resolución del IFT, que consta de más de 1, 200 fojas, está siendo analizada por las áreas jurídicas de la empresa y acudiremos, como en otras ocasiones, a las instancias pertinentes a fin apelar dicha resolución”.
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Alguna vez lo dijo Félix Cortés Camarillo:
“Ahora resulta….todos íbamos a los toros con Renato”. Algo así está ocurriendo con Julio Scherer.
El fervorín de periodistas, sobre todo las “marisabidillas” de cuyos nombres no quiero acordarme, ya es de coro griego. Ellas no lo saben o no quieren decir, pero en la redacción de aquel “Excelsior” tan elogiado por una nostalgia sin méritos, no había una sola mujer.
Ni una.
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