El autor intelectual de una supuesta nueva escuela mexicana, sin planes ni programas de estudio y sin capacitación para los maestros y con libros de texto en los que escasean las matemáticas, el dominio del lenguaje, ciencia y otras materias, no debió buscar muchos argumentos para defender su proyecto, sencillamente parafraseo al Presidente de la República, una y otra vez, y recriminó a los «conservadores» y a los «intelectuales orgánicos».
Este martes, en la primera conferencia sobre los libros de texto, fue evidente el respaldo del gobierno al protegido de Beatriz Gutierrez Müeller (sin la que el ascenso de Arriaga en la labores burocráticas no sería explicable). En efecto, para Marx Arriaga todo fue citar a AMLO.
A diferencia de Delfina Gómez, quien se desentendió del asunto, ayer Leticia Ramírez respaldó y se metió a fondo en la protección de todo lo que Arriaga ha hecho para echar a andar su proyecto. Así que los libros de texto van como están.
Tanto Ramírez, como el investigador emérito Ángel Díaz Barriga, señalaron que la ausencia de planes y programas de estudio no importan. Esa ausencia es la que ha motivado que estados del país no repartan los libros, pues por ley deberían haber llegado primero los planes y programas.
Finalmente, el día 28 de agosto empieza el curso y el programa y los planes se irán viendo en el camino, con un cambio radical de concepción de por medio. De cómo puede aprenderse mateméticas, español, ciancias y oteras materias con un cambio tan radical y sin ninguna capacitación para los maestros, no se dijo nada este día. Sólo cobijarse en el discurso del marido de su protectora.