No recuerdo claramente si está en su famosa obra “World as i see it” (El mundo como lo veo) o se trata de una frase suelta expresada quizá en una charla o en una conferencia, pero Albert Einstein dijo algo cuya vigencia se confirma en esta ciudad a cada paso:
“Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del universo no estoy tan seguro”. Y no conoció el gobierno de la ciudad de México.
Es claro, la progresión idiota (en el fondo cómodo disfraz para la deshonestidad) se puede aumentar y aumentar, pero lo ocurrido aquí en años recientes, verdaderamente rebasa todas las estupideces cometidas por las administraciones anteriores, quizá por la desmedida ambición de construir sobre lo construido, modificar lo innecesario y concesionar todas las obras públicas imaginables en beneficio del capital privado, nacional o extranjero.
A fin de cuentas los pantalones tienen varias bolsas y algunas están del lado izquierdo. En este sentido en una especie de paráfrasis de Den Siao Ping, creador del capitalismo comunista chino, para quien la importancia de un gato no estaba en su color sino en su capacidad de cazar ratones, Marcelo Ebrard ha explicado su nueva condición de gestor de la inversión privada en las obras públicas:
“La inversión privada es útil cuando genera bienes públicos, no tiene sentido estar en contra de inversión privada porque sea privada, lo que determina la validez, calidad o utilidad de una obra no es si es pública o privada, sino que bienes públicos genera”.
Discutir en este sentido (y en cualquiera) si el transporte público, por ejemplo, debe estar por encima del uso extensivo, abusivo e inadecuado (como ahora sucede) del automóvil privado, viene resultando verdaderamente idiota. Pero hacer mal el transporte público, con la lógica a la altura de las ruedas del carro, es una estupidez peor.
Y una de esas memeces ya ha sido anunciada: meter autobuses al centro del Anillo Periférico (donde no hay forma de subir y bajar a los pasajeros y para lo cual se encarecerá la obra y se rehará prácticamente todo un sistema vial) en lugar de “confinarlos” a su espacio original y lógico.
A pesar de advertir este contrasentido, Marcelo “vende” su última genialidad con la palabrería hueca de los merolicos, como ha promovido las “bicis” y las albercas sucias de pobres sin protesta:
“El Anillo Periférico –reconoce–, está diseñado para que las personas que usan transporte público vayan en (por) la lateral; circunstancia que actualmente perjudica a casi 400 mil personas quienes para llegar a sus destinos invierten hasta el triple de tiempo en comparación con alguien que se traslada en automóvil particular”.
Esa es la primera falacia. Van lerdamente no por usar las laterales sino por la ineptitud del gobierno para hacer un hábito respetado de paradas coherentes, sin dobles filas ni autos estacionados en esos carrilles. Hace unos meses como si esta “Damasco” no hubiera brillado aun en su cerebro, Marcelo nos “vendió” el “Corredior vial Periférico”. El negocio le duró un año.
“La Red de Transporte de Pasajeros (RTP) –28 II-2010 — mantendrá su presencia en ambos sentidos del Corredor Vial Periférico con sus dos servicios: Ordinario y Expreso, del Metro Constitución de 1917 al Metro Toreo.
“Al respecto, la Directora General de la RTP, Ariadna Montiel Reyes, indicó que la instrucción del Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon, ha sido la de continuar con el servicio de la Red para apoyar a la población de escasos recursos, por lo que se mantiene la tarifa subsidiada preferente de 2 pesos en servicio ordinario y de 4 pesos en el servicio Expreso”.
¿El resultado? Un doble negocio. Primero meter autobuses por la lateral después sacarlos.
“Para ello –dice su boletín–, se harán tareas de reencarpetamiento, preparación de estaciones, banquetas y señalización de entradas y salidas sobre el carril referido con el propósito de que en esta importante vialidad de la ciudad “el transporte público lleve la preferencia y haga mucho menos tiempo que los vehículos particulares”.
¿Y las comisiones, apá?
VIOLENCIA
Le llaman la “Ley Barrales”.Tiene como finalidad frenar las barbaridades en contra de las mujeres mediante el encarcelamiento de los agresores y no nada más el regaño de un negligente juez cívico.
Los datos espeluznan: 63 mil 690 delitos denunciados entre 2007 y abril del 2010 ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), sin contar una cantidad por lo menos igual de hechos no consignados ante la autoridad investigadora.
¿Y quién se opone a una ley como ésta, propuesta por el PRD? Pues el PRD. Martí Batres bombardeó a Barrales y Alejandra ganó. Si eso le acarrea bonos en una aspiración sucesoria, pues bueno para ella, pero por lo pronto la legisladora ha legislado.