A regañadientes, quizá, pero la sociedad ha admitido paulatinamente la conversión del Ejército Nacional de custodio constitucional de la integridad y la soberanía del país para verlo ahora transformado en un “superpolicía” sucedáneo forzoso de las pésimas corporaciones impregnadas por el delito en todas sus formas superiores de organización.
Obviamente ese traslado de responsabilidades ha implicado, como hasta ahora se discute, cambios jurídicos y políticos sustanciales ante cuya necesidad, frente a los hechos, ya se discute cada vez menos.
El marco legal solicitado desde hace años por el general secretario Guillermo Galván ya se halla en proceso legislativo (con todo y la mutilación del fuero militar) y poco a poco se van delimitando nuevas fronteras para la actuación de las fuerzas castrenses a veces con aceptación; otras con resignación dentro de las Fuerzas Armadas.
Hay quien dice, esos cambios legales se debieron hacer antes de sacar la tropa a patrullar calles y caminos con los riesgos –hacia adentro y hacia fuera–, por los cuales se han generado muertes de ciudadanos ajenos al conflicto, como ocurrió en el Tecnológico de Monterrey o con la familia Almanza en Tamaulipas solo por mostrar un par de ejemplos recientes y dolorosos.
Sin embargo el Ejército sufre peores consecuencias derivadas de la distorsión de sus funciones y la diversificación de sus responsabilidades. Al menos no se había visto a la tropa en funciones de “cadenero” en un sarao de ricachones como ocurrió en la reciente boda de Carlos Slim Domit y María Elena Torruco.
Vehículos militares rodearon la Plaza Carso y complementaron con su pericia castrense la vigilancia privada o de la Secretaría de Seguridad Pública.
La edición 226 de la revista “Quién”, publica en su página 63 las fotografías de los transportes de la Sedena en la zona reservada para la boda.
“DESPLIEGUE MILITAR. Perros, Hummers y oficiales armados rodearon (la) Plaza Carso”, dice el ufano pie de fotografía. En la gráfica se advierten nueve vehículos para transporte de tropas (con todo y ellas) y varios vehículos ligeros con personal uniformado. En la página a interior se afirma junto a otra gráfica: “MAXIMA SEGURIDAD. Varias Patrullas cuidaron la casa de la novia”.
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“ARTÍCULO 1/o.- El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, son instituciones armadas permanentes que tienen las misiones generales siguientes:
“I. Defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación;
“II. Garantizar la seguridad interior;
“III. Auxiliar a la población civil en casos de necesidades públicas;
“IV. Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país; y
“V. En caso de desastre prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio de las personas y sus bienes y la reconstrucción de las zonas afectadas.
“ARTÍCULO 2/o.- Las misiones enunciadas, podrán realizarlas el Ejército y la Fuerza Aérea, por si o en forma conjunta con la Armada o con otras Dependencias de los Gobiernos Federal, Estatales o Municipales, todo, conforme lo ordene o lo apruebe el Presidente de la República, en ejercicio de sus facultades constitucionales.
“ARTÍCULO 3/o.- El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos deben ser organizados, adiestrados y equipados conforme a los requerimientos que reclame el cumplimiento de sus misiones”.
En los párrafos anteriores, tomados de la ley vigente, como se advierte con claridad, no existe una responsabilidad militar en la vigilancia de ceremonias sociales. Ni bodas, ni bautizos, ni sepelios; excepto si un matrimonio se pudiera considerar (no parece ser así en este enlace), un caso de desastre.
Obviamente se podría argumentar lo imperioso de una vigilancia extraordinaria dada la concentración de capitales presentes en la boda y la presenciadle Ejecutivo, pero en todo caso esa sería responsabilidad del Estado Mayor Presidencial, no de la tropa regular.
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20 de agosto de 2010. (Crónica).- En el encuentro con legisladores del PAN, PRD, Panal y Convergencia —al que no acudieron los del PRI y PT— durante los diálogos por la “Seguridad, Hacia una Política de Estado”, el Ejecutivo dijo que la permanencia del Ejército en las calles será hasta que haya policías confiables en el país.
“En respuesta al senador Carlos Navarrete, quien cuestionó qué pasará después del último día de noviembre de 2012 con el Ejército en las calles, Calderón expuso que ello será responsabilidad tanto de la ciudadanía que decidirá a quién da su voto, como del nuevo titular del Ejecutivo. Calderón insistió en que mientras no existan policías confiables no es pensable retirar el apoyo de las fuerzas armadas porque sería dejar a la ciudadanía en manos de la delincuencia y de manera inerme”.
–¿Y la boda apá…?
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Pero ya concluido el cuento de hadas de la fiesta ya comentada, el país se mira al espejo de la sangrienta normalidad de los últimos años. Levantones, homicidios múltiples en ciudades antaño serenas y aburridas como Tepic; fusilamientos en Tijuana; obreras acribilladas en el transporte de su fábrica en Ciudad Juárez; ejecuciones en grupo, pendencias mortales en Tepito, secuestros grupales en Acapulco, cabezas cortadas aquí y allá y para colmo la violencia como recurso de descalificaciones en la cima del poder por el control del partido gobernante.
Mientras la lucha se nos ofrece implacable e interminable con los mismos razonamientos de hace cuatro años, el Presidente de la República abandona por momentos su recurrente argumento del remoto pasado priísta como germen de las actuales condiciones de corrupción nacional y le pone nombre y apellido a la evolución criminal (agravada por las permisivas molicie y desinterés): Vicente Fox.
“En entrevista con la BBC, el mandatario atribuyó a «las muchas equivocaciones» de su correligionario del PAN el hecho de que el crimen organizado alcanzara los actuales niveles.
“El periodista Stephen Sackur le preguntó a Calderón si coincidía con lo dicho por Fox sobre el beneficio que traería la legalización de las drogas al romper el sistema económico que genera millonarias ganancias a los narcotraficantes.
«Tengo un gran respeto por el ex presidente Fox (menos mal, digo yo), pero creo que cometió muchas equivocaciones en ese asunto. Quizá la más importante fue no actuar a tiempo en relación con el mismo. Creo que si México hubiera comenzado a luchar contra este problema hace diez años, estaríamos hablando ahora de un asunto completamente diferente».
Pero como la abuela no tiene ruedas no hablaremos ahora de bicicletas imposibles. Si se hubiera, pero no se hubo, pues.
Ante el reciente grillerío azul, no es posible separar esas acusaciones del intrincado y caníbal proceso interno en el Partido Acción Nacional donde algunos se han rebelado ante la inminente tercera imposición de Jefe Nacional desde Los Pinos (RGZ), como es el caso de “la senadora Judith Díaz Delgado, una de los cinco aspirantes a presidir el PAN, (quien) impugnó la candidatura de Roberto Gil Zuarth por incumplir, dijo, el tiempo mínimo como militante que exigen los estatutos. (Crónica).”
Pero no sólo esta senadora por Nuevo León se ha inconformado. Juan José Rodríguez Prats, ex senador panistas, acusó al Presidente Calderón (en un programa de TV conducido por Brozo el viernes pasado) de embestir al partido desde dentro y a los promotores de Gil (Patricia Flores y Jorge Manzanera, dueño de Docsa -Desarrollo y Operación de Campañas. S.A.), de corromper el proceso mediante la combinación de dádivas, promesas y amenazas.
Al golpear a Fox se golpea también al grupo residual cuya intención es recuperar el partido, al menos parcialmente.
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En abierta campaña tras un posicionamiento del cual pueda derivarse la mudanza del ánimo presidencial, ahora inclinado por Ernesto Cordero, el secretario de Hacienda, en la búsqueda de un candidato de Acción Nacional para prolongar las administraciones panistas en Los Pinos, Alonso Lujambio se ha convertido por decisión propia en el adversario de Enrique Peña Nieto a quien busca para un debate, aquí o donde sea.
La estrategia es bien simple: si se logra un mano a mano automáticamente se están igualando las posiciones y los méritos. Y el mejor posicionado jala automáticamente al de abajo y lo sube. Facilito.
Pero Peña es obsesión para muchos en el PAN, no nada más para Lujambio. El señor Ernesto Madero, quien aun cree en sus posibilidades para jefaturar el partido, dice como si alguien se lo pudiera tomar en serio: tenemos diez distinguidos militantes para oponerle a Peña.
Y anuncia frente a la cautela de los “destapables”:
Sé que la gente (¿cuál?) está ansiosa y desesperada, porque ya existan esos posicionamientos, pero son los tiempos normales de los candidatos; quienes están en el Senado, en la Cámara de Diputados, en los gobiernos de los estados o en el gabinete. Todos tomarán sus decisiones para salir en las primeras semanas de enero”.
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Sostiene Moreira. El presidente de la Comisión de Derechos Humanos, de la Cámara de Diputados, Rubén Moreira Valdez (PRI) opina:
“Se debe revisar si la estrategia es la correcta, a mi juicio hay una fuerte deficiencia, esto no se resuelve con más policías, se tiene que castigar a los responsables, mejorar los cuerpos de seguridad pública y cerrar la entrada de mucha gente que se está sumando a la delincuencia a partir de la falta de oportunidades del empleo, valores, de estudio, cultura y esparcimiento”.
*Felicidades a Isabel Arvide en su cumpleaños
