Equipos de la Universidad de Oxford apoyan a organizaciones no gubernamentales en Jalisco con entrenamiento y recursos, habiendo ya localizado con éxito fosas comunes en México

La obligación y necesidad de encontrar a sus seres queridos desaparecidos han llevado a colectivos de familias de personas no localizadas y organizaciones de madres buscadoras a recurrir a lo que sea, incluso pedir permiso a grupos del crimen organizado para buscar en territorio bajo su control, para tratar de dar con algún pariente enterrado en alguna de las miles de fosas clandestinas que hay en México. Ahora, estos colectivos suman una herramienta más a su incansable búsqueda, el uso de drones con detectores químicos, un recurso más del que echan mano ante la incapacidad e indiferencia del Gobierno Federal para ayudar.

María Aguilar ha estado buscando a su hijo durante más de una década. Ella, como miles de mexicanos cuyos seres queridos están desaparecidos, ha pasado incontables días explorando vastas extensiones de tierra árida en busca de pistas, con la esperanza de encontrar sus restos.

Pero ahora, Aguilar -y el colectivo de “personas desaparecidas” que ella fundó- estarán armados en su búsqueda con drones montados con cámaras termosensibles, que muestran distorsiones en el suelo que podrían indicar una fosa común, destaca información de la agencia Reuters.

Detectores químicos insertados en el suelo pueden entonces resaltar cambios biológicos en el terreno que también podrían ser un indicador de restos humanos -como niveles inusualmente altos de nitrógeno y humedad- y ayudar a delimitar posibles áreas de búsqueda.

A lo largo de los años, madres como Aguilar que buscan a sus hijos desaparecidos han llevado a cabo búsquedas manuales, metodológicas y meticulosas en vastas áreas potenciales de que haya personas sepultadas en México, a menudo sin éxito o con una amenaza para sus propias vidas.

MÁS DE 100 MIL DESAPARECIDOS

Hay más de 100 mil personas desaparecidas en el país, en gran parte como resultado de la violencia de los cárteles de la droga.

Muchos son asesinados y enterrados en fosas clandestinas, a veces comunes. Pero las autoridades tienen poca idea de dónde están esos lugares y carecen de recursos para seguir buscando.

Los drones dan esperanza a las familias de que finalmente podrán dar descanso a sus seres queridos.

“Tenemos que encontrar todas las variables científicas que nos puedan llevar a localizar fosas de la forma más segura, primero para las familias”, dijo Víctor Hugo Ávila, comisionado de Búsqueda de Personas del estado Jalisco, en el oeste del país.

 “Y ya no andar desperdiciando tiempo y esfuerzo de los familiares y de los servidores públicos, varillando hectáreas a veces, sino ya ir a lugares específicos donde la tecnología nos está diciendo que muy probablemente ahí exista una fosa ilegal”, agregó.

“La tecnología nos va a ayudar a minimizar el riesgo para las familias y para los servidores públicos”, añadió, señalando un evento reciente en el que se tendió una trampa a quienes buscaban cadáveres.

UNIVERSIDAD DE OXFORD

Equipos de la Universidad de Oxford ahora están apoyando a autoridades y organizaciones no gubernamentales en Jalisco con entrenamiento y recursos con drones, habiendo ya localizado con éxito fosas clandestinas en el país.

Tunuari Chávez, quien dirige el análisis de la Comisión de Búsqueda de Jalisco, dijo que está entusiasmado con un enfoque más basado en la ciencia para encontrar personas desaparecidas.

“La guía fue cómo podemos interpretar la naturaleza para encontrar a las personas que fueron privadas de la vida y que su cuerpo fue oculto para que no las encontraran”, detalló.

Aguilar, cuyo hijo ha estado desaparecido desde 2011, espera que la tecnología finalmente pueda poner fin a su largo intento por encontrar la verdad sobre lo que le sucedió.

“Esto definitivamente nos da más esperanza”, dijo durante una sesión de capacitación sobre cómo utilizar los drones.

“Nosotros los seguiremos buscando”, añadió.