Cuando una obra pública, se desploma o destruye la vialidad, no se requiere peritaje alguno. Ya hemos dicho que tal cosa -el peritaje- se da en automático: ESTA MAL HECHA.
La inventada contrahecha y combatida por vecinos, Línea 7 del Metrobus, es como el caso de la Línea Dorada otro producto de la aspiración presidencial inoportuna y sin sustento; en Tláhuac el hoy recepcionista frecuente de escasas vacunas en el AICM, Marcelo Ebrard tuvo prisa y si no es un fallecido -político- más, en la interrumpida Línea 12, por lo menos es un damnificado ‘valeroso’ que ya se ‘puso’ a disposición de las autoridades.
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El otro aspirante fallido a la silla que cuentan los que saben, Zapata y Villa desairaron -excepto para la foto- es el actual senador que encabeza la magra bancada del PRD, por obra y gracia de la ministra Jeanine Otalora quien en su momento de Presidenta del TEPJF hizo la sesuda disquisición de que Miguel Ángel Mancera cumplía el requisito de residencia en ¡Chiapas! Y venga el fuero.
Cuando el Dr. Mancera parecía la apuesta de C. Peña Nieto para truncar la carrera del hoy Presidente (don Enrique pronto vio que no le alcanzaba a MAM ni para 4º lugar y se cambió de mesa, a cambio de apacible noviazgo en Iberia), don Miguel Ángel inventó una línea de Metrobús en Reforma para sustituir tres rutas eficaces, limpias y baratas de La Villa a Santa Fe, con unos camiones turísticos de deshecho de doble piso y propulsión diésel ‘lo de hoy’, que sólo dan servicio de La Villa al Campo Marte.
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Los mastodontes rojos, no tuvieron la potencia suficiente para subir más allá de la Fuente de Petróleos, ni para desplazar del carril confinado a la variopinta transportación de los concesionarios de Edomex. Tampoco tuvieron la galanura para impresionar a la hoy jefa de Gobierno, Dra. Claudia Sheinbaum quien señaló ‘flamígera’ varias veces durante su campaña, la inutilidad de dichos armatostes como autobuses para un servicio de Metrobús.
De la misma manera, el hoy secretario de Gobierno de la Ciudad, el cultillo Suárez del Real, acompañó a vecinas y vecinos de las colonias cercanas a la Basílica, para denunciar la destrucción de los oratorios de los 15 Misterios y la calzada procesional más antigua de América. Hoy los Misterios son bolardos hipertrofiados y el sendero procesional, una vía de servidumbre para que los vecinos de la Calzada Misterios puedan tener acceso con sus vehículos a sus viviendas.
La razón de fondo para tanto desvarío, más allá de los sueños presidenciales de don Miguel Ángel; un negocio de instalación de muebles publicitarios en el Paseo de la Reforma por JC Decaux, megaconsorcio mundial de mobiliario urbano asociado con una empresa de don Carlos Slim. Casi 900 anuncios en la ruta original son la razón de fondo.
Hace un par de días, el Tribunal de Justicia de la CDMX confirmó que todo el mobiliario de la Línea 7 del Metrobús, viola la autorización concedida para su instalación porque en las prisas los franceses modificaron los diseños autorizados de Lance Wyman… Acción que por supuesto es motivo de cancelación inmediata del Permiso Administrativo Temporal Revocable y remoción de los burdos muebles publicitarios que afean Paseo de la Reforma -No fuera Champs Elyseés porque ni un bote de basura pondría JC Decaux.
Lo anterior en otra parte del planeta ya habría sido motivo para que el Instituto Nacional de Antropología e Historia -guardián de la integridad del Paseo de la Reforma y la Calzada de los Misterios- y el Gobierno de la Ciudad de México, restauraran los oratorios demolidos y arrumbaran los mamotretos publicitarios en un depósito de chatarra.
Pero aquí en la Nueva “Dinanarca” (con “n”), como dijo don Agustín Barrios Gómez, pues vivimos en “… afriquita, afriquita…” Nada resulta serio.
(*Invitado, VJG).