Cuando todos lo miraban en la tranquilidad de una vida culminada (al menos en sus reconocidas aportaciones a la transformación política nacional), colmado de honores, lauros, premios, distinciones y respeto, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas acepta un cargo en la administración urbana del Distrito Federal.
Notable acierto de Miguel Ángel Mancera en su audaz movimiento para convertir a Cárdenas en un escudo, un aval y un guía.
Escudo necesario debido a la escasa militancia del jefe de Gobierno en un partido donde todo es zona minada, juego de intereses, componendas, trácalas y feudos. Aval, por la calidad moral y política de quien hoy, circunstancialmente, queda por encima del fundador del partido en labores administrativas, por muy respetuosa como pueda ser la jerarquía. Jefe sólo hay uno.
Es también Cuauhtémoc Cárdenas un guía pues nadie podrá aconsejar a Mancera, no solo en asuntos internacionales como es su la naturaleza de su cargo, sino para descifrar los crucigramas de la ambición tribal.
La notable designación ha sido vista únicamente desde el ángulo del acierto de Mancera, pero poco se ha hablado de las razones por las cuales el ingeniero aceptó semejante tarea cuando ya la vida le ha reconocido tantas cosas como se dijo en el inicio de estas líneas, incluyendo el altísimo honor de la medalla Belisario Domínguez, entre otros lauros.
En un libro autobiográfico de reciente publicación (“Sobre mis pasos), visto por algunos como testamento político, Cárdenas dice:
“…Tengo la intención de mantenerme activo en la política, impulsando desde las trincheras a que tenga acceso y en las oportunidades que se me presenten, las causas con las que he hecho compromiso personal: el rescate hasta lograr el ejercicio pleno de la soberanía nacional, el aprovechamiento del petróleo, y los recursos energéticos para fortalecer la soberanía del país mejorar sostenidamente en el bienestar de la población, profundizar y expandir nuestra democracia, avanzar en la equidad, y en poner fin a exclusiones y marginaciones, pugnar POR LA INTEGRACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA DE AMÉRICA LATINA, POR UN ORDEN INTERNACIONAL JUSTO Y EQUITATIVO Y POR LA PAZ…”
En estas mayúsculas queda trazado, de manera simple el desempeño futuro del ingeniero Cárdenas en la encomienda recibida. Esas son sus palabras y esas son sus ideas.
Como cualquiera puede advertir, la vocación latinoamericanista preside la visión internacional del ingeniero Cárdenas. quizá haya en ello una notoria parte de la herencia recibida de su padre, tanto como su fervor defensivo del petróleo y los energéticos nacionales.
Buscando los anaqueles he hallado este añejo discurso del general Cárdenas en torno de los pueblos iberoamericanos. Vale la pena recordarlo así sea nada más como un indicio.
“…En este aniversario del descubrimiento de América, en nombre del pueblo de México, tengo el honor de enviar un saludo cordial a todos los países del continente, haciendo votos por su mejor entendimiento, a fin de que se estrechen sus relaciones y fructifiquen cada vez más el progreso y la paz en las tierras que descubriera el ilustre navegante Cristóbal Colón.
“Aprovecho la oportunidad para reiterar la política internacional de México ajustada a los principios del derecho de gentes y que condena categóricamente la guerra de conquista contra los pueblos libres y toda agresión contra los fueros de la humanidad.”
EL REVENTÓN
Es una regresión política –dice Ernesto Cordero, presidente del senado–, mantener los mandos policiacos en manos de quien ejerce la conducción política del país”.
Con base en ese juego de palabras el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática, quienes desde hace meses formalizaron una alianza para frenar la concentración del poder y las tentaciones autoritarias –eso dicen–, incluyeron en la reforma a la administración pública las comparecencias recurrentes y semestrales de los mandos policiacos y de gobernación.
El PRI dijo: esa posibilidad no esta contemplada en la constitución, incluyámosla.
Y de ahí al levantamiento de la sesión, la incordia y el sabotaje.
–La mitad de este problema fue la inexperiencia de Cordero. La otra mitad fue su mala leche, le dijo a esta columna un enfurecido priista ayer por la tarde.
El asunto ahora es saber si la ley aprobada en lo general está vida o ha muerto de muerte natural.