Los correctos callaron como mariachis
RAFAEL CARDONA

“Aunque los rencores nunca son nuevos, las tonalidades cambian conforme a los protagonistas se les llena la sangre de malos modos; los grafiteros así lo pintan en las bardas de la ciudad….”

Con estas palabras Rafael Ramírez Heredia (La esquina de los ojos rojos) describe parte del misterio del barrio, ese lugar duro y rasposo donde el grito de toda la vida en las procesiones de los “movimientos sociales”, se ha venido a ahogar para toda la vida: ¡únete pueblo, únete pueblo!”, convocatoria anónima y aglutinante a la cual los comerciantes, fayuqueros, similares y conexos de eje uno respondieron con el único lenguaje posible: a palos.

Pero sí la reacción y el hecho fueron importantes, si la “justicia” de un movimiento de bloqueos, paros, ocupaciones ilegales y sabotaje urbano, no convence ni a sus imaginarios “hermanos de clase”; si el mundo se divide en los méritos del trabajo y las presiones de la huevonada, han sido los tepiteños los únicos en dejar las cosas en claro: por aquí no.

Sólo les ha faltado decir, aquí se respeta a la autoridad y la autoridad somos nosotros y la imponemos sin contemplaciones ni limitaciones. ¡Órale ìnches zánganos!

Pero si líneas arriba decíamos de los hechos notables, no es menos la respuesta de los analistas bien portados y políticamente correctos. El cauteloso silencio o la generalización de los lugares comunes: “debemoscondenarlaviolenciavengadedondevnga”.

Además de esa obviedad hay algo sobre lo cual se debe reflexionar: ¿hasta donde pueden llegar los movimientos sociales cuya naturaleza no per mite ni siquiera el respaldo del resto del cuerpo social? O bien, ¿prueba la ausencia de respaldo general la insuficiencia de razones para lanzarse a un movimiento exclusivamente de beneficio gremial, díscolo y ventajista, cuya evolución sacrifica derechos ajenos?

La cautela de la autoridad tuvo como sustento una precaución y una explicación: no convertir la ciudad en un campo de batalla. Si la lucha iba a darse entre fuerzas policiacas y grupos disidentes, violentos y ventajistas, la autoridad tenía forma de evitarlo, pero poco se puede hacer, con esa misma argumentación, cuando los enfrentamientos se dan entre dos grupos de similar pugnacidad.

Obviamente, como en toda confrontación, los “maestros” de Michoacán, Oaxaca o de dónde sean, pocas posibilidades tendrían si los tepiteños y demás habitantes de la zona aledaña al Eje 1 norte se les fueran encima de a de veras. No habría forma de salir de la ratonera y tampoco de restablecer el orden.

Cuando la autoridad legítima desaparece, aparece otra autoridad cuya legalidad viene a ser cosa de segundo plano. El hecho es ese, la ley de la selva (así sea para usar el lugar común, la selva de asfalto) impone su norma sangrienta.

Entonces la ciudad se vuelve un campo de batalla y volvemos a donde no queríamos estar.

Recordemos:

“…Con pedradas, tubos, palos, mentadas y rechiflas, comerciantes del barrio de Tepito recibieron a los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quienes caminaron sobre Eje 1 Norte con rumbo a la Cámara de Diputados; dos manifestantes resultaron con heridas en la cabeza.

“¡Lárguense a otro lado!”, “¡pónganse a trabajar!”, fueron algunas de las consignas que tepiteños gritaron al contingente, para después lanzarles piedras.

“Los vendedores exigieron a los manifestantes regresar a sus lugares de origen y permitir trabajar a los capitalinos.

“Fue entonces cuando los comerciantes comenzaron a lanzar piedras. Para evitar que la violencia subiera de nivel, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del DF (SSPDF) tuvieron que resguardar a los manifestantes para que salieran del lugar. Sin embargo, dos de los integrantes de la CNTE recibieron pedradas en la cabeza, por lo que fueron atendidos por paramédicos de la Cruz Roja Mexicana.

“Los profesores, provenientes de Guerrero, Chiapas, Veracuz y Michoacán, se manifestaban contra la reforma fiscal y para exigir darle marcha atrás de la reforma educativa. Originalmente, el contingente, que salió del Monumento a la Revolución, iba con rumbo a la Bolsa Mexicana de Valores; sin embargo, en último momento decidió trasladarse a San Lázaro.

“Aunque la Cámara de Diputados está vigilada por uniformados, los profesores determinaron que sólo se manifestarían en los alrededores. No obstante, al final caminaron rumbo a la avenida Eduardo Molina y ahí se dispersaron. Por su lado, el secretario de Seguridad Pública del DF, Jesús Rodríguez Almeida, informó que, durante los próximos días, seguirán de cerca las manifestaciones de la CNTE para evitar que escale el nivel de violencia”.

Pero el repudio no se quedó ahí, al día siguiente los protestantes decidieron ampliar la gama de sus objetivos. Se fueron contra os centros comerciales transnacionales, Wal-Mart, para ser precisos. Cerraron las tiendas (como en su momento el Movimiento Ciudadano hizo con Soriana) y recibieron la repulsa de amas de casa, compradores y empleados de los almacenes.

Lea:

“Las protestas y bloqueos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no dan tregua al Distrito Federal. El día de ayer los maestros bloquearon la tienda de autoservicio Wal-Mart Buenavista, ubicada en Insurgentes Norte, por lo que clientes y trabajadores de la empresa tuvieron que ser desalojados del inmueble.

Por más de cinco horas, los “docentes” estuvieron obstruyendo las salidas y entradas del supermercado, situación que provocó el descontento de los clientes y peatones que caminaban por la zona.

“Ya lárguense de la ciudad y pónganse a trabajar, los niños de sus estados los están esperando para que los eduquen… qué ejemplo les están dando, de veras no es posible”, gritó la señora Lourdes López, quien tuvo que acudir a otro lugar para surtir su despensa.

El grupo de maestros llegó a las 10 de la mañana provenientes del campamento que mantienen en el Monumento a la Revolución”.

Pero la animosidad parece ser la constante nacional. En Tixtla, Guerrero, por ejemplo, los pobladores organizados en Guardias Comunitarias (¿serán los tepiteños la versión capitalina de esas guardias?) retienen a un grupo militar y a los productores de un documental sobre el auxilio de los damnificados, al parecer patrocinado por la Defensa, mediante el baladí pretexto de impedir la burla filmada en torno de su grave condición.

Como se sabe medio pueblo está anegado por las aguas de la Laguna Negra cuyos entonos ribereños con frecuencia se inundan.

MANLIO

Algo debe estar haciendo bien Manlio Fabio Beltrones cuando su labor en la Cámara de los Diputados como coordinador del grupo parlamentario del PRI recibe tantas críticas de parte de Andrés López.

Si durante años y años hemos escuchado la canción de los acuerdos como fin y necesidad de la política, hoy, cuando esos frutos se cosechan, ya sea por los pactos los equilibrios en las cámaras, el resultado se llama componenda, maniobra indigna y todo lo demás.

Sólo así se explican estas palabras publicadas ayer en los medios:

“Anoche, Andrés Manuel López Obrador, acusó, a través de su cuenta de twitter, que el coordinador de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones, “por órdenes de EPN (Enrique Peña Nieto) logró que los diputados lograran aumentar deuda e impuestos para entregar ganancias de PEMEX (Petróleos Mexicanos) a extranjeros”. Parece un extraño cruce de cables.

Lo único real en este asunto es el trabajo políticamente notable de Beltrones quien condujo todo un proceso para hallar posibilidades de sacar adelante una reforma mediante alianzas y acuerdos.

RATONES

Cómo sin hubiera caído el gobierno, como si se tratara de un golpe de Estado o una crisis profunda, la nación entera se ocupa, preocupa y acongoja por el destino de un vulgar equipo de futbol. Una madriguera de ratoncitos ahora empiojados y llevados de la mano de toda la FMF (una filial de las televisoras) hasta los extremos del auto albur suicida del dueño de las “Chivas”.

–¿No podía Jorge Vergara decir algo más allá de cómo se la traga toda?

Pudo haber dicho, lo debemos aceptar.

De antemano esta columna ofrece disculpas por tan alburera redacción e interpretación de las cosas, pero si uno empieza hablando del Barrio Bravo; las cosas se contagian, y no diré se pegan para no caer en las mismas alusiones al impronunciable apellido de Don Jorge, el Chiva mayor.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

Deja una respuesta