La modificación a última hora de lo convenido en el borrador de la convocatoria emitida por el PRI el pasado lunes, hace avanzar a los búfalos, modifica el precario equilibrio y la fachada de armonía hacia la candidatura y le abre la puerta a la escisión o por lo menos al incordio entre los precandidatos, pero le abre también al PRI riesgos jurídicos a los cuales no tenían razón de exponerse.

El citado borrador, cuya redacción final fue calificada por Pedro Joaquín Coldwell presidente de la Comisión de Procesos Internos del PRI, como una victoria de la sensatez, fue modificado (no falsificado como dice la campaña contra Humberto Moreira) mediante el conocido mecanismo de los viejos merolicos de feria: ¿dónde quedó la bolita?

Como se sabe el texto original impedía la alharaca oportunista y la marcha de las matracas en favor de quien fuera, no sólo por un criterio de equidad (Art 218.- Los partidos políticos promoverán y garantizarán en los términos del presente ordenamiento, la igualdad de oportunidades y procurarán la paridad de género en la vida política del país, a través de postulaciones a cargos de elección popular en el Congreso de la Unión, tanto de mayoría relativa como de representación proporcional), sino por la forma como los adversarios podrían contabilizar los apoyos de acuerdo con lo estipulado por el artículo 214 del Código Federal de Instituciones y Procesos Electorales, (Cofipe): Artículo 214

“A más tardar en el mes de noviembre del año previo al de la elección, el Consejo General del Instituto Federal Electoral determinará los topes de gasto de precampaña por precandidato y tipo de elección para la que pretenda ser postulado. El tope será equivalente al veinte por ciento del establecido para las campañas inmediatas anteriores, según la elección de que se trate”.

En esas condiciones Humberto Moreira, quien de paso el mismo lunes (con la velocidad de quien siente pasos en los talones) “planchó” las costosas alianzas del PRI con el Panal y el Verde y le metió un “descontón” a sus propios correligionarios.

Hay cosas en la política cuya trascendencia a veces parece nimia pero cuya importancia en la opinión queda para tiempo más adelante y esta podría ser una de ellas: mientras los eternos rijosos de las izquierdas ofrecen una muestra de armonía excepcional, profesional, hábil, casi como una danza del Bolshoi, en el PRI comienzan a repetir la vieja costumbre de meterse entre ellos la mano en el bolsillo.

Pero si alguien no tiene claro el asunto, le ofrezco dos versiones periodísticas. Una divulgada por esta columna. La otra en un sitio de Internet:

“Quizá usted no lo sepa –escribí– pero hay una especialidad zootécnica llamada “Bubalinocultura” cuya materia de estudio es el búfalo, ese hermoso animal bóvido artiodáctilo, cuyas manadas cubrían casi todo el territorio de la América del Norte desde Coahuila hasta casi el Canadá. La verdad esos animales cuya estampida revienta las praderas (o las reventaba antes del casi exterminio del cazador blanco) se deberían conocer como bisontes, pero la palabra búfalo se ha extendido tanto como para considerarla correcta.

“Pero más allá de estas minucias del diccionario, la “bufalada” fue siempre la forma de llamar a la conducta de los oportunistas cuando el candidato del PRI (en otros tiempos seguro ganador del trono) se alzaba con la candidatura.

“Ayer el PRI emitió una convocatoria y en ella se prohíbe la carrera del búfalo. Se acabaron las adhesiones anticipadas, los camiones de redilas y las cargadas. Van contra la ley y contra la equidad, como mañana veremos”.

Y por la red circula:

“El texto original de la convocatoria prohibía en su versión original que Gobernadores y funcionarios públicos de filiación priista, así como de los sectores, hicieran públicas sus preferencias por candidatos, sin embargo en el documento que se difundió en la noche del lunes el candado fue suprimido por Moreira.

“El presidente de la Comisión de Procesos Internos del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, dijo que el candado pretendía introducir un criterio de equidad en la contienda. El senador Francisco Labastida aseguró que la alteración genera un riesgo de división y de fractura.

“Por el contrario, David Penchyna (vocero de Moreira) afirmó que «no existe dicha falsificación» del documento y que fue un mandato del Consejo Político a Moreira, quien tomó opiniones diversas antes de emitir la propia convocatoria”.

Obviamente la apertura de las adhesiones (el “Bufalismo” puro, el oportunismo, la “cargada”), tranquiliza las ansias novilleriles de líderes jóvenes como Joaquín Gamboa Pascoe (en la CTM) o Jesús Ayala Almeida (en la FSTSE), pero distorsiona y desequilibra al partido en tiempos sumamente difíciles.

Por un lado enfrenta la campaña de exterminio del PAN (cuya resurrección del dedazo, por cierto ha sido abatida por el Tribunal Electoral contra la voluntad del índice supremo por un marcador apabullante, mil 455 contra 1) y por la otra la implacable organización de Andrés Manuel y la Morena con sus asociados de la izquierda bien peinada, como le decía Nikito Nipongo.

LUTO

Uno comprende las penas humanas.

Es fácil advertir cómo necesitaba el presidente Calderón unos días de sosiego y reflexión después de los desastres de la semana pasada, entre ellos su “michoacanazo” y su corbata negra, pero regresar a la escena para confundir Ecuador con Uruguay, en la bienvenida a un jefe de Estado, no se ve bien, nada bien.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

Deja una respuesta