Una inversión millonaria cuya inauguración permitió varias cosas, entre ellas el fin de la pantomima de un evasivo Marcelo Ebrard jugando a lo largo del sexenio con Felipe Calderón.

La línea decimosegunda del Sistema de Transporte Colectivo de la ciudad fue ideada como la mejor forma de unir la zona sur oriental de la ciudad de México con la zona sur poniente: de Tláhuac a Mixcoac. Un verdadero prodigio ingenieril, se nos dijo en su momento. Uno podía subir cerca de la Barranca del Muerto y llegar hasta las zonas blandas del embarcadero de los Reyes Aztecas.

Una maravilla en beneficio de millones de usuarios. Una inversión millonaria cuya inauguración permitió varias cosas, entre ellas el fin de la pantomima de un evasivo Marcelo Ebrard jugando a lo largo del sexenio con Felipe Calderón, a quien en absurdo desplante dijo desconocer y no reconocer como jefe de Estado.

Pero no fue esa simulación política el distintivo del gobierno de Ebrard en la ciudad de México. Hubo cosas peores, entre ellas la rapacidad. Como una simple muestra, veamos cómo dejó las cuentas de los pisos elevados (de cuota, de muy cara cuota), de cuyo abandono se hizo responsable el doctor Miguel Ángel Mancera sin deberla ni temerla, pues de la noche a la mañana le cayeron encima deudas por cuatro mil millones de pesos de cuya existencia Marcelo se hizo disimulado.

Hoy ya no son sólo esos casi 350 millones de dólares (casi el monto del fraude a Banamex cometido por los pícaros de Oceanografía), sino el desastre técnico de la Línea Dorada, cuya construcción es de ínfima calidad. En menos de un año se reventó. A lo dorado le salió el cobre y ahora no hay quien se lo cobre a Marcelo.

De acuerdo con una relación de los defectos y los problemas cuya solución hace necesario (por primera vez en la historia del STC) suspender el servicio, éstas son las fallas, las graves fallas de una obra cuyo costo superó los 24 mil millones de pesos. Hoy se sabe, entre otras cosas, la raíz de los defectos: las vías y los trenes son incompatibles. Al niño le quedaron chicos los zapatos. Joel Ortega, el director del STC, resumió en estas diez ideas todo el asunto, según se dio en una entrevista de Radio Fórmula citada por algunos portales:

1.—“Tenemos un problema en la línea donde se han presentado fallas sistémicas que va en demérito de la prestación del servicio y que nos obliga a hacer una disminución progresiva de la velocidad, empezamos en agosto a tener este problema, cada vez con mayor acento”.

2.—“Cada vez que disminuimos la velocidad, lastimamos los equipos y, a su vez, el material rodante lastima la vía”.

3.—“En términos técnicos del Metro, tenemos un desgaste ondulatorio en la vía, una corrugación posiblemente generada por el peso del tren o el tipo de rodadura”.

4.—“Hay un problema de interface entre la rueda y el riel, es decir, la rueda al parecer está lastimando el riel, pero tenemos que analizarlo con mucho mayor detenimiento”.

5.—“También tenemos un problema de inscripción del boogie, donde la forma en que éste entra en la vía genera una vibración en el tren y no le permite correr con la facilidad que debería hacerlo” .

6.—“En la parte elevada, las curvas son de menos de 300 metros, lo que hace que de una velocidad de 70 u 80 kilómetros por hora que debería correr, disminuimos a 30 o 40?.

7.—“Tenemos una falla y hemos hecho un gran esfuerzo por mantener la línea operando. El consorcio se quedó con el mantenimiento por un año, pero lejos de mejorar las condiciones, se han deteriorado”.

8.—“No queremos que este asunto llegue a un punto en el que sea un tema de seguridad, por eso anunciamos la suspensión del servicio en la parte elevada”.

9.—“Nosotros hemos presentado ya una extensa carta a la Contraloría General señalando las deficiencias en la terminación de la obra y faltas en el contrato en lo que se había suscrito con el consorcio, algunos seguramente derivarán en vicios ocultos y le corresponderá a la instancia jurídica deslindar responsabilidades”.

10.—“Hemos invitado a dos empresas europeas (TCO y ETS) para que presenten diagnósticos operativos que nos estarían llegando en los siguientes días. Tenemos una idea de cómo iniciar una línea de ataque para las correcciones mayores que habrá que hacer”.

Y cuando se habla de correcciones mayores es casi como decir, vamos hacerlo todo de nuevo. ¿Y quién lo va a pagar? Pues usted y yo, faltaba más.

Posiblemente el asunto se centre en los puntos noveno y décimo de este decálogo de los problemas, pero si las cosas han caído en manos de contralores burocráticos, podrá dormir el sueño de los injustos, pues justos no hay. Al menos no los hubo en el gobierno de pantalla de Marcelo Ebrard, cuya fama de inteligente se queda simplemente en la evidencia: Marcelo siempre se quiere pasar de listo.

Y a veces lo consigue, con altos beneficios personales.

rafael.cardona.sandoval@gmail.com

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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