Hace ya muchos años Octavio Paz publicó un célebre ensayo titulado “Las peras del olmo”. Título recuperado de la vieja forma popular para describir lo imposible.
Peras al olmo le pide Enrique Peña Nieto a López Obrador. Reconocimiento primero; diálogo después. Pero a López no le interesa ni lo uno ni lo otro. Por eso esas palabras cayeron en el vacío.
«Estoy de acuerdo de tener un diálogo sí así lo quiere, y realmente a partir del reconocimiento que haga él (López Obrador) a (de) esta Presidencia ganada por el voto mayoritario de los ciudadanos.”
Pero la civilidad política no halla eco en las tapias, ni ojos en los muros, ni da peras el olmo ni entiende razones Gabino Barrera. Andrés ni ve, ni oye. Es como Salinas.
En ese sentido, el de la intransigencia disfrazada de buenas razones y mejores motivos, la eficaz propaganda de la izquierda ha dispersado por aquí y por allá una falsedad basada en la aritmética pueril, no en la política: Enrique Peña no representa a la mayoría sino a la menor minoría. Sus votos a favor no suman tantos como los votos en su contra.
El simplismo expresado de esa manera haría imposible la victoria electoral de cualquiera.
Ni siquiera el bono democrático de Vicente Fox, como se le llamó a su indiscutible ( y trágica, como algunos lo advertimos a tiempo) victoria, les habría satisfecho. Suman los votos en favor de los otros candidatos (en números gruesos en millones 13.5 para Josefina, 16 para López) y resultan siempre menores los 19 de EPN.
Pero eso es una falsedad. En el juego democrático un voto a favor de alguien no es automáticamente un voto exclusivamente en contra de otro candidato. En todo caso sería contrario para los dos o tres restantes en la papeleta.
Sin embargo con esa distorsión aritmética, aunada al mito de la compra de votos, se fundamenta otra mentira: la diferencia entre legalidad y legitimidad.
Bajo un sistema jurídico constitucional lo legítimo es consecuencia de lo legal. Lo otro es una jugarreta de orden sofístico. Si algo se ubica correctamente dentro de la ley, es legal y legítimo. A veces puede ser injusto, pero esa sería una discusión tan bizantina como para no terminarla nunca. Y en materia electoral sólo hay una forma de acabar la polémica: acatar el dictamen del Tribunal Electoral.
Y cuando todas las partes han firmado un compromiso escrito de respetar los resultados, si no los inmediatos, sí los finales, se sabe fácilmente quien sostiene sus dichos y quien habla sin honrar su palabra.
INFORMES
Coinciden los informes de los gobernadores de Hidalgo (Francisco Olvera) y el Estado de México (Eruviel Ávila).
Previamente a su encuentro con el presidente Felipe Calderón, una especie de eclipse en Los Pinos, donde la cara del viejo sol, quedó oculta por el nuevo astro, Peña viajó a Toluca. No acudirá a ningún otro informe hasta después de diciembre.
Pero en eso de los eclipses, Peña deslumbra en el teatro Morelos.
Se come la escena y devora los aplausos. Profeta en su tierra. Todos lo lagotean. Todos lo exaltan, lo vitorean, lo aplauden. Vueltas al ruedo antes de iniciase la encerrona de los seis años seis. Es la apoteosis mexiquense.
–“Llegamos, llegamos”, dicen los “atlacomulcos” de cepa.
Eruviel regresa a su habitual segundo plano cuando Peña está cerca. Así ha sido, así será de ahora en adelante, como siempre fue de ahora hacia atrás.
Pero en Pachuca de Soto el segundo informe de Francisco Olvera tiene un interés importante.
Hidalgo, donde ya se tiene un plan de desarrollo regional suficiente para los próximos 50 años, será un escenario decisivo para detonar el concepto de infraestructura del gobierno peñista. El aeropuerto, las líneas férreas, las carreteras. Hacia allá va la descentralización, hacia allá van tantas cosas. Hasta Carlos Slim compra en Pachuca. Por algo será.
Por eso Olvera insiste: la elección de Peña Nieto como presidente de la República traerá consigo mejores tiempos para Hidalgo, pues entre los compromisos firmados están la refinería Bicentenario en Tula y el
Aeropuerto de Tizayuca.
Ante la LXI Legislatura local, y tras los posicionamientos de diputados del PT, PVEM, PAN, PRD, Panal y PRI, Olvera Ruiz anunció la primera etapa del Tuzobús; el nuevo sistema de videovigilancia y la semaforización en la Zona Metropolitana de Pachuca y la primera fase de la “Ciudad del
Conocimiento”.
Como parte de la civilidad política en un estado donde las oposiciones no han logrado penetrar el blindaje priísta, al informe asistieron los ex gobernadores Miguel Ángel Osorio Chong, José Murillo Karam, Manuel Ángel Núñez, Humberto Lugo Gil y Adolfo Lugo Verduzco; los senadores Omar Fayad Meneses, David Penchyna Grub e Isidro Pedraza Chávez, diputados federales y otros notables hidalguenses.
En representación del gobierno federal acudió el secretario de Salud,
Salomón Chertorivski Woldenberg. También acudió Carolina Viggiano Austria, coordinadora de Vinculación con Organizaciones de la Sociedad Civil en el equipo de transición de Peña Nieto.
Enésimo Serrano González, diputado priísta dio respuesta al informe de Olvera.